Calentamiento global: largas negociaciones y limitados avances

Periódico Opción
Periódico Opción
19 Minutos de lectura

Calentamiento global: largas negociaciones y limitados avances

 

Por Oswaldo Báez Tobar

 

Hasta el año 2018 se han realizado 24 Conferencias de las Partes signatarias de la Convención sobre Cambio Climático COP (por las siglas en inglés) con el propósito lograr acuerdos vinculantes para todos los países en torno al calentamiento global. El presente artículo resume lo más relevante de las últimas reuniones, los progresos alcanzados así como las limitaciones, a partir de lo que establecen los principales convenios, acuerdos y resoluciones:

  1. Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, se aprobó en la Conferencia Cumbre de la Tierra, Río de Janeiro 1992, con el objeto de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero GEI causantes del calentamiento planetario.
  2. Protocolo de Kioto, se adoptó en diciembre de 1997, entró en vigor en febrero de 2005 y debía tener vigencia hasta 2012, pero se resolvió prorrogar su vigencia hasta el 2020. El Protocolo dio fuerza vinculante a las resoluciones de la Convención; pues obligó a 38 países más industrializados a reducir las emisiones de gases en un 5.2% entre 2008 y 2012, en relación al año 1990, pero no incluyó a EE. UU. China, India, Brasil, y México.
  3. Conferencias de las Partes, COPs. Se han celebrado 24 COPs, de las más recientes se presenta un breve análisis, con el propósito de ofrecer a los lectores una apreciación objetiva de la forma cómo la comunidad de naciones busca enfrentar el grave problema del calentamiento global.
  4. COP21 celebrada el año 2015 tuvo especial significado porque aprobó el Acuerdo de París que reemplazará al Protocolo de Kioto en 2020.

  COP20, Lima 2014

 

 

“Llamado de Lima para la acción climática” fue denominado el documento de la COP20; contiene varios elementos para la negociación sobre el cambio climático: estableció los programas de mitigación que los países deben asumir y los mecanismos de financiamiento. Con este documento los líderes de todo el mundo reafirmaron su compromiso para trabajar por la mitigación del cambio climático; fijaron objetivos de la acción climática y abrieron el camino para el nuevo acuerdo en la COP21 en París.

 

Según algunos analistas el “Llamado de Lima para la acción climática” tuvo un carácter innovador, pues consideró  la necesidad de emprender acciones integrales que no se limiten a reducir emisiones de los gases de efecto invernadero, sino que incluyan acciones paralelas para el mejoramiento del panorama climático y social actual; sin embargo no faltan apreciaciones escépticas sobre los resultados. (1)  Para los analistas más críticos la COP20 fue decepcionante, con resultados escasos; el producto se ha convertido en rutina: acuerdos de último momento que no satisfacen a nadie. EE.UU. y China anunciaron que actuarían para proteger el clima, pero no se comprometieron con objetivos ambientales y no desean que se les monitoree. (2)

 

Las Conferencias que precedieron a la de París fueron escenarios repetidos de negociaciones con miras a lograr acuerdos para enfrentar el grave problema del cambio climático, pero los avances han sido limitados; además existe duda sobre los acuerdos de la “diplomacia verde” como los firmados entre EE. UU. y China (los más responsables del calentamiento global) que establecieron plazos  y metas ambiciosas para reducir las emisiones de CO2; pues, no hay seguridad de que esos acuerdos se cumplan. (3)  

  COP21, París 2015

 

 

La esperada conferencia de París concluyó el 12 de diciembre de 2015 con un acuerdo mundial aprobado por 195 países para enfrentar el cambio climático. El Acuerdo de París reemplazará al Protocolo de Kioto el 2020. Para algunos analistas es un acuerdo histórico, ya que por primera vez las naciones se comprometieron a emprender acciones concertadas para mantener la temperatura por debajo de 2º.C, y ratificar la constitución del fondo de ayuda de USD 100.000 millones para apoyar a los países en desarrollo en sus programas de adaptación al cambio climático a partir de 2020.

 

El acuerdo –en lo general fue satisfactorio para todos los países-, tanto desarrollados, emergentes, como en desarrollo y a los países vulnerables, porque sentó las bases para reducción de los gases de efecto invernadero, mediante la disminución de la generación de energía proveniente de combustibles fósiles: petróleo, gas y carbón. Empero, algunos analistas plantearon dudas respecto de la efectividad de los acuerdos; porque desde el año 1992 en que se firmó la Convención de Cambio Climático las emisiones de gases del mundo han aumentado en 50%.

 

Si por una parte algunos políticos elogiaron el texto, los defensores del medio ambiente temen que podría quedar en promesas que no se cumplan, ya que solo se fijaron una meta, pero no los mecanismos para alcanzarla, pues el acuerdo entrará en vigor el año 2020 (antes de ese año todo siguió igual); no fijó la cantidad de emisiones gaseosas para cada país, pues el acuerdo dejó a su libre voluntad el volumen de reducción -las denominadas contribuciones nacionales-, que se reportarían cada cinco años.

 

Para otros analistas el júbilo y el optimismo después de la COP21 es exagerado, porque careció de creatividad, al repetir lo aprobado en conferencias anteriores, tolerar que los países mantengan los niveles de emisiones de GEI, es decir que se mantenga el consumo de materias primas y combustibles fósiles; con lo cual la temperatura global podría superar los 3º C. (4) Algunos activistas calificaron al acuerdo de París como la gran hipocresía, porque oculta las intenciones de los países más industrializados y contaminantes.

 

La comunidad científica confirma que la causa principal es la producción industrial basada en la sobreexplotación de combustibles. Solo 90 empresas habrían producido el 65% de las emisiones de gaseosas; 10 países son responsables de casi ¾, pero eso no se discutió en la COP21. El acuerdo de París fue una versión empeorada del Protocolo de Kioto que era insuficiente; las “contribuciones previstas y determinadas a nivel nacional” son voluntarias; la suma de estas contribuciones de 180 países significarían el aumento de 3 a 3.5º C. en el 2100, con lo cual la situación climática sería irreversible. Si un incremento superior a 2º C. tendría efectos devastadores, al punto que los estados insulares podrían desaparecer; un aumento de 3º C. sería catastrófico. Se advierte que no existe un acuerdo cuando cada país contribuye “con lo que pueda”. (5)

COP22, Marrakech, Marruecos 2016

 

 

 

Fue la primera reunión después del Acuerdo de París en la COP21 (reciente  tratado  sobre Cambio Climático que fue adoptado por unanimidad y ratificado por los países signatarios). La COP22 trabajó en la base teórica y política que se reflejó en el “Decreto de Marrakech” el cual se explica a las Partes cómo elaborar el plan de actuación y las estrategias para cumplir los objetivos pactados en el Acuerdo de París. Empero, se advirtió la incertidumbre por la elección de Donald Trump al haber amenazado con abandonar el Acuerdo de París; se enfatizó en la necesidad de impulsar la transferencia de conocimiento y tecnología a los países en vías de desarrollo, como también la necesidad de levantar el fondo de 100.000 millones de dólares. (6)

COP23, Boon 2017

 

La COP23 tuvo como objetivo impulsar la acción climática para hacer frente al calentamiento global y además alentar las acciones para apoyar los planes nacionales de acción climática y temperatura acordada y la Agenda 2030 con miras al desarrollo sostenible. Según lo propuesto por la Secretaria Ejecutiva de la ONU para el Cambio Climático, Patricia Espinosa: La COP23 mostró las dos caras del Cambio Climático, en primer lugar el impulso positivo, resultado inspirador por parte de los gobiernos y ciudades, estados, empresarios, líderes de la sociedad civil y agencias de la ONU alineados con los objetivos y metas del Acuerdo de París; y segundo, la evidencia de que los riesgos climáticos son cada vez mayores: eventos meteorológicos extremos como tornados, huracanes, inundaciones, sequías… frente a lo cual la vulnerabilidad es mayor para los países pobres. “El pulso del planeta está acelerado y las ventanas de oportunidades se están cerrando; juntos debemos avanzar más lejos y más rápido para elevar el nivel de ambición y de acción para pasar a un nivel definitivo”. Este es un llamado a la acción concertada de todos si queremos enfrentar con posibilidades reales de éxito el cambio climático global. (7)

 COP24 Kotowice, Polonia 2018

 

La COP24 se centró en los mecanismos para lograr la aplicación del Acuerdo de París 2015 -reunión en la cual se cerró el pacto que involucra a todos los países en la lucha contra el cambio climático-. En la reciente COP los países signatarios de la Convención de Cambio Climático aprobaron las reglas para combatir el calentamiento del planeta que ya no se puede revertir, sino solo atenuar.

 

En efecto, la reciente COP24 aprobó las normas de aplicación para que funcione el Acuerdo de París; el documento de 120 páginas contiene las reglas de transparencia, financiación, adaptación y recortes de emisiones de los gases de efecto invernadero; la forma como cada país tiene que notificar sus planes de recorte: qué tipos de tipos de gases se debe combatir, los plazos en los que se revisarán los compromisos nacionales contra el calentamiento y cómo se hará el seguimiento de las promesas de financiación. Con estas normas aprobadas por consenso ya es posible hacer el seguimiento de los compromisos obligatorios de todos los países. Se debe destacar que el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático IPCC (por las siglas en inglés) ofreció una importante ayuda para elaborar la indicada normativa.

 

Empero, la aplicación completa del Acuerdo de París requiere una transformación de la economía mundial, dejar los combustibles fósiles derivados del petróleo y el carbón, que son los responsables de la mayor parte de gases que calientan el planeta. Ante esto EE. UU., Rusia, China y los Estados Árabes expresaron su deseo de llegar a acuerdos menos obligatorios. Otra cuestión importante es la velocidad con la que se debe actuar, pues mientras las negociaciones han tomado más de 20 años, las emisiones de gases a la atmósfera han aumentado. El calentamiento planetario ya es de 1º.C. Si las emisiones se mantienen al ritmo actual, en el 2040 la temperatura de la Tierra será de 1.5º.C. respecto de los niveles preindustriales, se advirtió en la reciente COP. (8)

 

La buena disposición del mayor número de países y líderes mundiales contrasta con la posición de algunos políticos como Donald Trump que se ha negado a aceptar los resultados de un estudio realizado por la Casa Blanca con la participaron 330 científicos de 13 agencias federales y que reveló 467 maneras en que este fenómeno afectará de forma negativa al planeta. Frente a esto Trump afirmó: “No lo creo” e insiste en que EE.UU. debe salir del Acuerdo de País.  En esa misma línea política Jair Bolsonaro, el nuevo presidente de Brasil, anunció una medida similar. Esta actitud negacionista se hizo evidente en la reciente COP cuando EE. UU. y otros países impidieron que se acepte como base científica el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, por razones políticas y económicas. (9)

 

Necesidad de cambios radicales y urgentes

 Una revisión de las recientes Conferencias permite apreciar los esfuerzos de los países y los avances para atenuar el calentamiento global. La COP21 celebrada en París aprobó el Acuerdo histórico marco; en la COP22 de Marrakech se expresó la voluntad de cooperar para ponerlo en práctica; en la COP23 de Bonn se planteó la urgencia de emprender acciones ante los impactos catastróficos provocados por el cambio climático; y, en la COP24, en Katowice, Polonia, se aprobaron las normas de ejecución para aplicar el Acuerdo de París.

 

El ámbito de las responsabilidades del calentamiento global se ha ampliado durante el proceso de negociación que lidera la ONU, pues las responsabilidades ya no les corresponde solamente a los Estados y sus entidades de gobierno, sino también a las administraciones regionales y locales, empresas agrícolas e industriales, Iglesias, corporaciones transnacionales, instituciones de educación de todos los niveles, ONGs, organizaciones sociales y políticas… en suma a todos, pero de manera diferenciada según sus competencias.

 

El problema es más profundo que la retórica de las conferencias, porque el cambio climático toca al núcleo de las economías de los países: al modelo económico, los patrones de producción y consumo, las fuentes de energía, etc.  Los países industrializados y los emergentes anteponen sus intereses económicos al gran objetivo de la humanidad que es frenar el calentamiento planetario.  El problema del cambio climático es uno de los más críticos de las últimas décadas; en él están inmersos todos los países, así como las corporaciones transnacionales que continúan operando sin asumir ninguna responsabilidad, más aún algunas han hecho del problema climático global grandes negocios.

 

En las sociedades productivistas la sociedad y la naturaleza se perciben de manera independiente y los perjuicios se consideran “daños colaterales” o “externalidades”. Los indicadores clásicos como el crecimiento  y el producto interno bruto reflejan el enfoque utilitarista y no toman en cuenta la erosión de los recursos y la acumulación de residuos, entre ellos los gases de efecto invernadero; es decir, es un modelo económico insustentable que está en un callejón sin salida. Por lo que es imperativo que se invierta la perspectiva: integrar la economía a los límites del medio ambiente y dejar de considerar a la naturaleza como fuente inagotable de crecimiento económico. (10)

 

El problema del cambio climático es un mega problema que debe ser enfrentado antes que el medio ambiente mundial se vuelva inhabitable para los seres humanos. Nuestro futuro como especie está en peligro por la degradación creciente de la biósfera producto del crecimiento insostenible. El problema de fondo tiene raíces en la economía globalizada e incontrolable que se sustenta en el crecimiento infinito y el consumismo desmedido, sin considerar que los recursos son limitados. El problema climático debería llevar a la reflexión respecto de la necesidad de un cambio en el modelo civilizatorio, y de la urgencia de emprender transformaciones radicales, antes de que sea demasiado tarde.

 

Referencias

 

  1. Página web de Naciones Unidas/COP20.
  2. DW. Ciencia y Ecología.
  3. El Comercio, 16 de noviembre 2014.
  4. Honty, G., E. Gudynas. Acuerdo de París en cambio climático: aplausos errados. ALAI: 14/12/2015
  5. Ribeiro, S. El futuro del cambio climático, durante la COP 21. www.alainet.org/es/articulo/174386 11-01-2016.
  6.  http://geonnova.org/blog-teritorio/cop-22-Cumbre-Cambio-Climatico Consulado: 22/12/2018.
  7. https:unfccc.int/ Consultado 25/12/2018.
  8. COP 24. Cómo aplicar el Acuerdo de Paris. https://elpaís.com/sociedad/2018. Consultado 29/12/2018.
  9. Isabel Alarcón. Ceguera frente al cambio climático. Diario El Comercio, 30/12/2018.
  10. Le Monde Diplomatique. El Atlas del medio ambiente: amenazas y soluciones. Buenos Aires: Capital Intelectual, 2008.

 

 

Comparte este artículo