El pasillo “maldito”

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En la foto: Ángel Leonidas Araujo Chiriboga y Monseñor Carlos María Cardenal de la Torre.

El pasillo «maldito» prohibido por la iglesia católica, fue escrito por un riobambeño 

Al compositor riobambeño Ángel Leonidas Araujo Chiriboga los ecuatorianos le debemos algunos de los pasillos más populares de nuestro pentagrama, uno de ellos es el pasillo “Rebeldía” que la iglesia lo calificó como “maldito”

Según el cronista riobambeño, Edwin Chávez Medina, “Amor grande y lejano” fue la primera canción grabada en el Ecuador, esta primicia musical se dio en Radio “El Prado”, la primera radioemisora del país. El tema fue interpretado por la conocida cantante Carlota Jaramillo, quien estuvo casada con Jorge Araujo Chiriboga hermano de Ángel.

Sin embargo, de todas las composiciones de Ángel Araujo, la más conocida, popular y exitosa es el pasillo titulado “Rebeldía”, debido a una curiosa circunstancia; allá por los años 20 ocupaba la Cátedra Episcopal de Riobamba Monseñor Carlos María de la Torre. El influyente Obispo, conocido por su posición ultraconservadora e intolerante tuvo un paso turbulento por Riobamba; su ideología ultramontana le llevó a enfrentarse acremente con las autoridades políticas, civiles y educativas de la ciudad.

Su posición dogmática y puritanamente inflexible no admitía desvaríos que afecten la intocable y rígida doctrina católica. Ni siquiera la música popular se salvó de su santa cólera.

Cuando Ángel Leonidas Araujo, lanzó su pasillo al que tituló “Rebeldía”, la letra de la canción escandalizó sobre manera al severo Obispo. El futuro primer Cardenal ecuatoriano, montó en cólera ante semejante herejía escrita en verso y tomó medidas drásticas contra la misma.

En una de sus pastorales puso fuera de la ley con pena de excomunión para autores, intérpretes y oyentes del que llamó “pasillo maldito». ¿Pero que dice la letra de esta canción para ser merecedor de semejante escarmiento?

La primera estrofa de la canción dice lo siguiente: “¡Señor! no estoy conforme con mi suerte ni con la dura ley que has decretado, pues no hay una razón bastante fuerte para que me hayas hecho un desgraciado». Según la rígida interpretación de Monseñor de la Torre, estas afirmaciones son heréticas pues reniegan del infalible dictamen divino, según el Obispo, el orden de Dios no admite discusión ni protesta.

Fuente: Diario Los Andes. Riobamba

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