Triunfo del pueblo

Periódico Opción
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Por Francisco Escandón G.

Once días de paralizaciones ininterrumpidas fue el telón de fondo de una aguda crisis política en el Ecuador. El torrentoso movimiento social sólo se amansó luego de triunfar, al derogarse el Decreto Ejecutivo 883 que elevaba el precio de los combustibles.

La masividad de las protestas se generalizó en el país hasta constituirse en un verdadero levantamiento popular, que en su esencia rechazó al neoliberalismo y la violencia estatal. Delante del triunfo del pueblo está el movimiento indígena liderado por la CONAIE, son co-protagonistas las organizaciones del FUT y del Frente Popular, así como la valerosa y combativa juventud.

Del lado de los derrotados está el gobierno de Moreno que, por más fantasmas creados en base de una supuesta insostenibilidad de la dolarización, no pudo ratificar el paquetazo. Ni siquiera el brutal estado de emergencia y el toque de queda, que dejan un saldo aproximado de 2500 víctimas, contuvo la ira popular.

También fueron vencidos el criminal Fondo Monetario Internacional, los políticos burgueses que agitaron discursos de odio racista y regionalista, los serviles oligopolios de la comunicación y las Cámaras de la Producción que no lograron imponer las políticas neoliberales. 

Capítulo aparte merece el correísmo que languidece luego de fracasar en su intentona golpista, pues la generalidad de los manifestantes lo rechazó. El prófugo y sus seguidores deben enfrentarse a las etapas judiciales finales, en las que no sólo deben ser sentenciados por la corrupción de una década, sino también por su vinculación a las acciones delincuenciales que existieron durante las paralizaciones.

El Ecuador queda fraccionado entre unos pocos y las mayorías. Cada esfuerzo de la oligarquía por desnaturalizar el levantamiento popular, tuvo la respuesta inteligente del pueblo que combinó diferentes formas de lucha. Cada ensayo de la burguesía por posicionar su llamado a la paz, al respeto de la democracia formal, fue superado por los manifestantes que exigieron justicia social.

Nuevamente la historia la han escrito las masas, ellas testimoniaron que sólo su unidad y lucha es camino de victorias. La próxima batalla serán las elecciones del 2021, ya es tiempo de que el pueblo sea gobierno.

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