Por: Remo Cornejo Luque
La Junta de Regulación Monetaria aprobó la normativa para que se devuelva la administración del Fondo de Cesantía del Magisterio Ecuatoriano (FCME) a sus verdaderos dueños: los maestros.
Esto es un hecho histórico y de gran relevancia para los sectores organizados y, en particular, para el magisterio representado en la gloriosa y combativa UNE, puesto que esta lucha siempre fue desigual, dura, adversa, orquestada desde el poder omnímodo del correísmo para deslegitimar al sindicato más grande y de límpida trayectoria en nuestro país, pero la organización, convicción y perseverancia permitió el triunfo de los maestros frente al atracador de su fondo.
Vale recordar que entre mayo del 2015 y junio del 2016, el BIESS asumió la administración de 65 fondos privados de jubilación y cesantía, que eran otras alternativas de ahorro que tenían los trabajadores públicos y privados. La medida se tomó luego de que varias auditorías de la Superintendencia de Bancos determinaron que los fondos habían recibido recursos estatales, más, luego de un examen de la Contraloría publicado en febrero del 2019 se concluyó que en al menos cuatro fondos no se verificó el aporte estatal en los informes finales de auditoría, previo al traspaso. Ese fue el caso de los fondos previsionales del Magisterio Ecuatoriano, la Universidad Nacional de Loja, la Universidad Central del Ecuador y la Universidad Técnica Estatal de Quevedo.
El caso del FCME, al ser el más grande, fue uno de los más simbólicos. Veamos, en marzo del 2015, antes del cambio de administración, se contaba con 141 590 partícipes, luego se estimaron 140 000 hasta llegar a 94 000 aportantes. Los activos del fondo sumaban USD 405,9 millones y al cierre del 2018, los activos habían caído a USD 382 millones. No obstante, también durante el 2018, los pasivos (deudas) se incrementaron en USD 29,6 millones, más del doble que los activos. Por su parte, el patrimonio cayó de USD 30,5 millones a 13 millones y la utilidad disminuyó en un 60%.
Con esto se evidencia que el gobierno de Alianza País, jamás encontró ni aportes estatales ni irregularidades en la administración propia de los maestros, pero sí demostró ser un mal administrador y saqueador de los dineros de los educadores.
El magisterio ecuatoriano con humildad y orgullo unionista asume esta victoria y levanta la vigilancia hasta que todos los bienes sean revertidos y en lo posterior poder exigir una auditoría integral para constatar, y recuperar de ser necesario, el atraco que han cometido contra los dineros sagrados del magisterio.
Gracias UNE por vuestra transparencia y convicción, por educar en la resistencia, por seguir combatiendo la prepotencia, la corrupción y la maldad del correísmo.