Por: Sandra Peñaherrera
Cansada y tras un extenuante día de trabajo, empecé a reflexionar sobre la vida, sobre los misterios que trae consigo esa palabra de gran significado “Vida” y nacieron en mí dos grandes interrogantes ¿Qué es la vida? y ¿Cuál es el sentido de la vida?, empezaba a recordar lo estudiado y profundizado a lo largo precisamente de mi vida, el amplio estudio del Materialismo Dialéctico, Materialismo Histórico y la Filosofía, recordar y parafrasear a grandes autores que escribieron su teoría tal vez pensando en aportar a una mejor comprensión y aplicación.
Y mientras trataba de descifrar las inquietudes que sentía, sobre si se trata solo de una cuestión filosófica de la existencia o si es algo más profundo relacionado intrínsecamente a significados, símbolos, a hechos empíricos convertidos en ciencia y en conocimiento; escuché de repente una canción de fondo, imposible de evadirla, preste atención inmediata y se trataba de la potente y encantadora voz de Tania Libertad; sí, era aquella mujer Peruana de nacimiento y nacionalizada en México, cantaba la canción El Pastor: “Va el pastor con su rebaño, al despuntar la mañana, bajando por el sendero, de la sierra a la pradera, va musitando sus quejas, con su flautín de carrizo, seguido por sus ovejas, como si fuera un hechizo…” esas frases me condujeron imaginariamente a los páramos andinos, a las comunidades indígenas de mi bello Cotopaxi, hacia nuestros campesinos que labran la tierra y pastorean sus ovejas e inmediatamente me quedé inmutada no sabía si se trataba de una casualidad y cavilaba al pensar ¿cómo sienten la vida nuestros campesinos?.
Era inminente, debía seguir indagando el canto a la vida y a la libertad, proseguí en aquel afán y fui en búsqueda de mujeres y de sus voces, de aquellas mujeres que en distintas etapas, circunstancias y realidades, utilizaron sus voces como instrumento de defensa de causas sociales, reproducían mensajes para la transformación social, sorpresivamente me encontré con la imponente Amparo Ochoa cantautora mexicana, nadie como ella para narrar poética y musicalmente a través de los corridos el sentir de los de abajo, los oprimidos, medité con la letra y su canción La Calaca: “…el obrero gana el pan, con el sudor de su frente, para que sus hijos coman, aunque no lo suficiente, mientras muchos abusivos, viven violando las leyes, ganando lo que ellos quieren, por andarse haciendo bueyes…” acertada letra para la realidad actual ecuatoriana con las pretendidas “reformas laborales” que hará de los pobres más pobres y de los ricos cada vez más ricos.
“Ni en mi sueño, ni mi madrugada, ya no mandas tu… si yo fuera una paloma, volaría lejos de aquí, si pudiera yo decirte, lo que tú eres para mí, es que yo volví a vivir…” canción Volar Paloma, escrita e interpretada por Lila Downs, compositora, cantante, productora y antropóloga mexicana, nos invita a repensar la forma de vida de las mujeres, a denunciar la violencia de género y todo tipo de maltrato, a deconstruir los patrones socio culturales, a ser disidentes de la estructura de explotación; en especial nos invita a activar y organizarnos por nuestros derechos.
Me adentre en la fantasía musical y escuche a Violeta Parra; la folclorista chilena, quien impulsara la difusión de la música popular, escucharla cantando su canción, Qué dirá el santo Padre “Miren como nos hablan de libertad, cuando de ella nos privan en realidad, miren como pregonan tranquilidad, cuando nos atormenta la autoridad, qué dirá el santo padre que vive en Roma, que le están degollando, a sus palomas…” lo que hace varias décadas ocurriese en Chile con la Dictadura de Pinochet hoy ocurre en varios países de la América Latina y el mundo, en Ecuador la década del correismo afirmó la persecución política a los activistas y luchadores sociales, a maestros, obreros, campesinos, ambientalistas, a las mujeres, a todo un pueblo que resistía y aún resiste contra las políticas de dominación, políticas neoliberales, extractivistas, heteropatriarcales, antipopulares y antidemocráticas; dicha persecución aún es evidente, se manifiesta de las formas más crueles e inhumanas, pero a su vez la organización social se fortalece y la lucha por la libertad sigue vigente.
Joan Manuel Serrat escribía la letra de Cantares y Guadalupe Pineda la interpretaba con su fuerza estremecedora que nos hace vibrar “Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar…cuando el jilguero no puede cantar, cuando el poeta es un peregrino, cuando de nada nos sirve rezar, Caminante no hay camino, se hace camino al andar…”
No puede faltar en esta apología Mercedes Sosa, argentina de sangre y de la América entera de corazón, de descendencia indígena y origen humilde, interprete, su proyecto cultural identificaba la reivindicación política y rechazaba con firmeza la discriminación y las injusticias sociales; basta reflexionar sus letras, verla agitar sus pañuelos y escucharla cantar al son del folclore “…. muero todos los días, pero te digo, no hay que andar tras la vida como un mendigo, el mundo está en ti mismo, debes cambiarlo, cada vez el camino es menos largo. Cómo un pájaro libre…” cuanta razón tenía la negra, el mundo está en nosotros, somos quienes le damos sentido a la vida, somos el motor de la historia y seremos quienes transformaremos el mundo.
No creo haber llegado a una concepción definitiva de la vida, pues la dialéctica nos demuestra que todo se encuentra en constante cambio, breguemos juntos para construir una vida con libertad; por alcanzar la tan anhelada libertad, que nos otorgue la satisfacción material y la felicidad que nos merecemos.