Por Ramiro Vinueza P.
Un golpe de Estado se desarrolló el pasado 26 de julio en Níger. Una junta militar derrocó al presidente Mohamed Bazoum, electo en febrero de 2021, con el argumento de hacer frente a la «degradación continua de la situación de seguridad y la mala gestión económica y social del presidente”. La Comandancia militar de las Fuerzas Armadas Nigerinas y los lideres del golpe nombraron como nuevo jefe de Estado al general Abdourrahmane Tiani. Se produce en medio de una gran crisis social, de hambruna, del ascenso del terrorismo que afecta a cinco de las ocho regiones del país, especialmente a las fronterizas con Mali y Burkina Faso, donde operan grupos ligados a Al Qaeda y al Estado Islámico (EI).
Los lideres del golpe han ordenado el cierre de las fronteras, toque de queda, han suspendido la Constitución de 2010, y anunciaron que ejercerán el conjunto de los poderes legislativo y ejecutivo, una medida de importancia es que ha prohibido la exportación a Francia del oro y uranio. Este es el segundo intento de golpe de Estado, otro se produjo antes, a finales de marzo de 2021, a solo dos días de la posesión del presidente Bazoum.
Níger es uno de los países más pobres del Mundo a pesar de ser el cuarto productor de uranio y otros minerales. Tiene una economía basada en la agricultura de subsistencia, de la que vive alrededor del 90% de la población. Esta afectado por la presencia de grupos terroristas islamistas, es centro de las redes de trata e inmigración y sufre sobre todo la dominación de las potencias imperialistas que saquean sus recursos. Niger, es parte de la extensa zona conocida como el Cinturón del Sahel, donde los conflictos y golpes de estado son comunes y hay una gran inestabilidad política, con gobiernos militares y una crisis humanitaria de grandes proporciones.
Al referirse a estos hechos, un comunicado emitido el 31 de julio, por el Partido Comunista de los Obreros de Francia, señalan que “gran parte de la oposición a los regímenes de Issoufou (2011-2021) y su sucesor Bazoum, se unió al Comité por la Salvación de la Patria CNSP y se produjeron manifestaciones en apoyo en la capital, Niamey y en otras ciudades” y establece que la mayoría de la población espera cambios pues está cansada de soportar el hambre, la miseria y la violencia, en “un país rico en minerales de todo tipo, saqueados principalmente por Francia, por las multinacionales, incluida Orano, (ex-Areva) que han estado explotando minas de uranio durante décadas.
La población también rechaza la presencia de tropas militares francesas que participaron en la “Operación Barkhane”, en Malí y Burkina Faso y ahora están desplazadas en Níger, donde “situación de seguridad” sigue siendo grave, a pesar de los 1500 soldados y las bases francesas, la presencia de las unidades especiales estadounidenses con sus drones e instructores alemanes e italianos… Por eso una de las consignas de las manifestaciones es ¡Fuera soldados franceses, ¡Fuera, Barkhane”!
El comunicado del PCOF, enfatiza que: “El imperialismo francés y sus aliados de la Unión Europea no aceptan ver a su “aliado”, el presidente Bazoum fuera del poder y exigen su regreso y amenazan con implementar un bloqueo económico, financiero y comercial a Níger, país que no tiene salida al mar, como medida de presión a la Junta militar. “De concretarse dicha medida las principales víctimas serán la población pobre de los campos y ciudades.
El presidente francés, Macron, ha señalado que «no tolerará ningún ataque contra Francia y sus intereses y que tomará represalias» inmediatamente. Sin embargo, sabe que una intervención militar directa provocaría una respuesta popular en Níger, aumentaría la oposición a la presencia del imperialismo francés en otros países de la región y también correría el riesgo de encontrar oposición en la propia Francia. Es por ello que está presionando a los jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental CEDEAO, al menos a los que siguen siendo aliados del imperialismo francés, para que organicen el criminal bloqueo y preparen una intervención militar conjunta. Esto ha provocado que los gobiernos de Burkina Faso y de Malí, comuniquen a la CEDEAO de que una posible intervención militar en Níger sería considerada como una declaración de guerra contra ellos.
Esta es una manifestación concreta de la guerra de reparto de zonas y territorios entre las potencias imperialistas, particularmente en África, en la que los pueblos no tienen nada que ganar poniéndose del lado de cualquiera de estas potencias imperialistas, señala el PCOF, Esto significa para nosotros, dicen, denunciar a “nuestro” imperialismo y exigir el retiro de sus tropas, rechazar el criminal bloqueo que amenaza al pueblo de Níger y rechazar toda injerencia imperialista.
Durante las manifestaciones de apoyo al golpe, al igual que en Mali y Burkina, han aparecido banderas rusas, lo que ha sido interpretado por los líderes franceses y de la UE con intereses en Sahel (Alemania, Italia) como una injerencia por parte de Rusia.
Níger es un punto clave de la región africana del Sahel, un cinturón de tierra que se extiende desde el océano Atlántico hasta el Mar Rojo, que agrupa a cinco países: Mauritania, Níger, Mali, Burquina Faso y Chad, una zona plagada de yihadistas y acosada por regímenes militares donde levantamientos y asonadas se suceden año tras año. Bazoum era considerado por Francia, la UE y EEUU como una punta de lanza contra esos desórdenes y la expansión de la influencia rusa en la región, que en las actuales circunstancias puede ampliar su influencia en África. No han faltado grupos que han pedido que Níger se aleje de Francia y se acerque a Rusia, como lo han hecho los nuevos líderes militares en En Malí y Burquina Faso.
El imperialismo francés y los recursos de Níger
Los intereses de Francia en Níger y la zona del Sahel, son muy grandes pues tiene que alimentar con uranio a 19 centrales nucleares que suman 56 reactores, a los que sumarian la construcción de 14 nuevos. Francia es el segundo productor de electricidad nuclear del mundo, es el que más electricidad se genera en la UE. Es decir, depende de la energía nuclear, o sea, del uranio. Y en Francia no hay uranio, lo tiene Níger, que produce el 7% de todo el suministro mundial de uranio, y es el tercer productor mundial. En el desierto de Níger están algunas de las mayores reservas de uranio del mundo, su explotación supone para el país el 31% de sus ingresos por exportaciones. Sin embargo, el 80% de la población carece de luz eléctrica, el nivel de vida de los nigerinos es uno de los más bajos del mundo, muy pocos son los beneficiarios de la venta del uranio, la economía de Níger está basada en el pastoreo y la agricultura.
¿Y Rusia?
Una voz a favor de golpe de Estado ha sido la del líder del grupo ruso Wagner, que lo ha calificado de triunfo. Los mercenarios de Wagner, activos en otros lugares de la región del Sahel, ven la posibilidad de influenciar en Níger, donde no antes no tenían injerencia; sumándose a una gran franja que va desde Mali en el oeste hasta Sudán, donde gobiernan militares, y en varios de esos países, el Grupo Wagner, es decir, Rusia, tiene una presencia significativa.
Este golpe de estado tendrá repercusiones en ésta conflictiva región y a nivel global. Las potencias imperialistas se alistan para nuevas agresiones y guerras para someter a los pueblos que reclaman mejores condiciones de vida, en una zona rica en recursos, pero empobrecida por la dominación de las potencias.