Por Patricio Camacho Z.
La desesperación del presidente Daniel Noboa por cumplir, por primera vez, su palabra en el sentido que se acabarán los apagones el 20 de diciembre; es evidente. La decisión de desconectar a las principales empresas del segmento AV2 que consumen energía eléctrica del sistema nacional ecuatoriano, a partir del 15 al 31 de diciembre; significa eliminar al sector residencial de los apagones. En el grupo AV2, están cuatro empresas: Ecuacorriente, que opera la mina de cobre a gran escala Mirador; Lundin Gold, propietaria de la mina de oro Fruta del Norte; y las acerías Adelca y Novacero.
En conjunto, estas cuatro empresas son las mayores consumidoras de electricidad de Ecuador, pues demandan 230 megavatios de potencia o un 5% (MW) de la demanda total del país; también se desconectarán algunas de las empresas en el segmento AV1, que también son grandes consumidores, particularmente tres cementeras. Al ver el detalle de su ubicación hay que señalar que sólo en Guayaquil hay 75 empresas y otras 25 en Durán, que están en el grupo de grandes consumidores que esperan conocer si serán incluidos en el apagón industrial previsto para las dos últimas semanas de diciembre de 2024.
Esto nos lleva a la siguiente reflexión: ¿cuándo son buenos o malos los subsidios y quiénes los reciben? La crisis energética del país, sacó a flote esta realidad, un 5% de las empresas demandan 230 MW, para ello requieren de combustibles, de ordinario diésel que es subsidiado. Aquí no vemos a los grandes medios de comunicación rasgándose las vestiduras por los subsidios que reciben un pequeño grupo de empresa que durante años han medrado del erario nacional, elevando la tasa de retorno de las ganancias de estas empresas, que junto a la eliminación del Impuesto a la Salida de Dividas (ISD); van enmarcando multimillonarias ganancias, todo ello en desmedro de la riqueza del Ecuador, y quitando recursos al desarrollo nacional.
La política neoliberal de Daniel Noboa entra en plena contradicción con su teoría de “eliminar subsidios”; sólo por la necesidad política de ganar los votos para dentro de 60 días y poder cumplir los ofrecimientos, hace que obligue a las grandes empresas que busquen energía, para destinar lo que tiene en los embalses del país para los hogares ecuatorianos…aquí están los votos.
Otra cosa es que pueda sostener un fluido eléctrico normal, más allá del 31 de diciembre, tomando en cuenta que en esa semana se terminarán todas reservas que las hizo con este mes de cortes, ya que la demanda de diciembre es del doble de la normal; pero la afectación a la cadena productiva de estos tres meses es catastrófica y será cuantificada en próximos días.
El portal Primicias, recoge la posición de la derecha guayaquileña, a través del presidente de la Cámara de Industrias de Guayaquil, Francisco Jarrín, puso el grito en el cielo y sentenció: «Es una afectación a toda la cadena productiva que recibe o demanda productos de estas empresas, es decir, no están aisladas; no debe verse como una afectación solo a unas pocas empresas». Y citó cifras de la industria manufacturera ecuatoriana, que integra la cadena productiva de productores, industrias, proveedores; del consumo intermedio total de las diferentes actividades económicas a nivel país.
Citando a la misma fuente dijo que el sector genera más de 445.600 empleos adecuados; esto equivale al 15% del total de estos puestos de empleo. Esto en una visión parcial del problema, que no cuantifican el impacto de los apagones en los trabajadores que tienen que llegar a sus puestos de la producción, venciendo los asaltos que se incrementaron en los barrios populares sin energía eléctrica; entre otras dificultades.
Recordemos que Ecuador aún no ha superado la crisis eléctrica, pues la demanda actual de electricidad es de alrededor de 4.600 megavatios (MW), pero Ecuador solamente tiene una oferta de 3.500 MW, ya que la sequía ha reducido la operación de sus principales hidroeléctricas. Colombia ha ayudado a compensar en algo la falta de electricidad, pues vende a Ecuador alrededor de 402 megavatios, esto porque su tendido eléctrico interconectado con el Ecuador, no puede sostener más carga. Mientas que el faltante depende de factores como la lluvia que aún son escasas o de que entren en operación todos los proyectos termoeléctricos en el Salitral y Quevedo, pero para los cuales todavía no hay fecha.
Entonces, el presidente-candidato, se movió para buscar energía y les pide un “sacrificio” a los empresarios, a los que durante 11 meses les dio “cama, dama y chocolate”; y por motivos electorales les suspende el subsidio… ¿hasta cuándo?