Por Florentino López Martínez* /México
A partir de este 20 de enero de 2025 inició una nueva ofensiva contra la clase obrera y los pueblos del mundo, pero ¿es Donald Trump el verdadero autor intelectual de esta arremetida? Sobran evidencias para asegurar que detrás de las medidas que ponen en vilo al mundo entero, está la oligarquía financiera norteamericana.
Ante una irreversible pérdida de la hegemonía mundial del imperialismo norteamericano y el creciente control de los mercados del imperialismo chino, el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca, es una respuesta desesperada de los superricos norteamericanos para contener esta decadencia.
De tal manera que los multimillonarios han tenido que dar la cara y ser parte directamente del aparato de estado, e invertir millones de dólares para imponer a un personaje como Trump, que se ha destacado por ser implacable con su política racista, xenófoba y fascista.
Toma de posesión de Trump: un concierto de la oligarquía financiera
Las imágenes y los videos que dieron vuelta al mundo, sobre la toma de posesión de Trump en el Capitolio de los Estados Unidos (EE.UU.), retrata claramente, que son los multimillonarios los que dictarán la política estadounidense en los próximos 4 años.
Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, Jeff Bezos fundador de Amazon, Sundar Pichai CEO de Google y Tesla, y Elon Musk dueño de X, además de Shou Zi Chew, el CEO de TikTok, son los que aparecieron en primera fila de esta toma posesión.
Esto significa también que serán los gigantes tecnológicos, el sector particular de la oligarquía financiera que cogobernará en la nueva era de Trump, y será este bloque oligárquico el principal benefactor del plan “Make America Great Again”.
El ultranacionalismo y neocolonialismo de Trump: una ofensiva contra los pueblos
Bajo el pretexto de perseguir a los delincuentes y detener la sangrienta violencia que los propios oligarcas de la industria militar generaron con la siembra masiva de armas en todo el territorio de EE.UU, Trump ordenó perseguir y deportar a millones de migrantes de todas las nacionalidades que trabajan en ese país.
Al mismo tiempo, el nuevo inquilino de la Casa Blanca anuncia su plan para anexar vastos territorios de Groenlandia que son parte de Dinamarca, tomar bajo su control el Canal de Panamá e intervenir militarmente México mediante la declaratoria que considera a los cárteles mexicanos como grupos terroristas.
Estas decisiones expresan una política neocolonial del imperialismo norteamericano, para anexar e intervenir a la vieja usanza países y territorios con la finalidad de saquear sus recursos naturales y materias primas, que los gigantes tecnológicos requieren para la nueva era digital.
Las consecuencias de la política de Trump afectarán a la clase obrera de ambos lados de la frontera
Es totalmente falso que los planes de Trump beneficien a la clase obrera y al pueblo norteamericano; por ejemplo, la aplicación del 25% de aranceles a las importaciones provenientes de Canadá y México, provocarán el encarecimiento en esa misma proporción los costos de estos productos, y quienes pagarán ese costo son los consumidores de estas mercancías.
La eliminación o privatización de distintos programas sociales como el de salud pública y educación, también afectarán seriamente a los trabajadores en los EE.UU.
La deportación masiva de migrantes, mantendrá el terror sobre toda la clase obrera norteamericana, especialmente la clase obrera latina y de las minorías nacionales, incluyendo sectores como el LGTBI+, porque se abre una persecución feroz que no distinguirá a documentados e indocumentados.
Para la clase obrera y el pueblo mexicano, será especialmente dura esta ofensiva de la oligarquía norteamericana; porque en el arrebato de los mercados y los recursos naturales que se planean, Trump buscará forzar una profundización de la dependencia de México a los intereses del imperialismo norteamericano.
Unidad internacional de la clase obrera para defender sus conquistas
Frente a este difícil escenario, a la clase obrera y los pueblos del mundo no les queda otro camino que intensificar su lucha al interior de cada país, para defender sus conquistas históricas, como sus salarios, sus derechos políticos y sociales.
Pero no será suficiente la lucha de los trabajadores dentro de su propio país, será indispensable desarrollar un amplio internacionalismo proletario, unir sus fuerzas, su capacidad de organización y movilización para enfrentar esta nueva ofensiva de la oligarquía financiera trumpista.
Tomar el ejemplo de las recientes huelgas en la industria automotriz de los EE.UU., la huelga de los trabajadores portuarios y de las cadenas transnacionales, para generalizar la huelga como una forma de lucha que permita seguir acumulando fuerzas, para resistir a esta brutal política antiobrera de Trump.
Se vienen tiempos difíciles, es hora que la clase obrera inaugure una nueva era de lucha combativa, unitaria, internacionalista; sólo así podrá iluminar los nuevos senderos de nuestra lucha de clases.
*Presidente del Frente Popular Revolucionario de México, mixteco y oaxaqueño
Fuente: Amexi