Milei y Noboa: estafas y fracasos

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Por Jaime Chuchuca Serrano

Milei y Noboa han sido los consentidos de las derechas oligárquicas, de los medios de comunicación, y de los sectores más conservadores de sus países. Milei, aún más, tempranamente se convirtió en un rock star. Milei con el auspicio de la motosierra comunicativa recortó el Estado, los servicios públicos, y ha incrementado la pobreza al 52,9%, pero a pesar de todo eso, mantenía respaldo, por supuestamente alejarse de la corrupción, sin embargo, ahora ha quedado expuesta a la luz pública su criptoestafa, y le han llovido las denuncias. Noboa, con el fetichismo del cartón, ha subido impuestos, profundizado la recesión económica, el desempleo, la pobreza, ha crecido la corrupción, y sus propios datos muestran el fracaso del invisible Plan Fénix. Los dos gobernantes mantienen el discurso engañoso de que un año es muy poco para demostrar su capacidad, pero, del otro lado, ese año si ha sido suficiente para crear situaciones aún más precarias de vida para la población.

El discurso de Milei y Noboa, con algunas imitaciones de Trump y Bolsonaro, han llegado a la obscenidad, logrando aplausos por sectores conservadores igual de obscenos. Un punto que requiere del psicoanálisis de Lacan y Žižek. Aunque la población conservadora se dé cuenta de las mentiras y autoritarismos de Milei y Noboa (y de Trump), no los cuestiona, se regocijan de ello, porque les llega al inconsciente, a su vida cotidiana. El desprecio y la racialización del otro, el insulto directo a la oposición, o por miles de trolles, las persecuciones judiciales y las respuestas más absurdas, generan aplausos de sus seguidores. Igual sucede con los silencios. Estos gobernantes decían que iban a combatir la tiranía, y se convirtieron en tiranos; y quienes les apoyan, critican a los autoritarismos anteriores, pero aplauden a los tiranos actuales, porque son sus tiranos (y para los más poderosos, sus títeres), aunque estos sean peores. Sin embargo, sin el show de los medios, su discurso se achica, enmudece.

Otra cosa en común, entre Milei y Noboa, es el sometimiento permanente al poder extranjero, a la deuda.  Cuando estaba Biden, Milei y Noboa respaldaban sus políticas internacionales de guerras, directas y comerciales; y ahora que está Trump, actúan del mismo modo, pero aplaudiendo con más gana: aunque las contradicciones son evidentes, en un par de días Zelenski, paso de demócrata a dictador. Estos dos presidentes latinoamericanos han permitido el ingreso de las fuerzas extranjeras estadounidenses en sus territorios, con diferentes pretextos, como el control antidroga, pero la verdad es el control geopolítico estadounidense. Milei y Noboa, en sus países, han insertado sus políticas, pero no hay reanimaciones, las crisis continúan. Estos son los días, en que los presidentes, argentino y ecuatoriano, han quedado expuestos, en sus estafas y fracasos. Milei tiene tres años más; Noboa lucha por un período de cuatro años, porque se le acaba el período de transición.

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