Por Remo Cornejo Luque
El crecimiento de la inseguridad, del desempleo y el alto costo de vida son problemas acumulados que molestan a la población. El Decreto # 126 fue el detonante para la resistencia indígena y popular.
La panacea del incremento del IVA al 15%, para acabar con la delincuencia y el crimen organizado, no ha dado resultado, como tampoco lo hará la consulta mañosa del 16 de noviembre y donde de seguro ganará el NO.
El pueblo está movilizado y exige que se derogue el incremento del precio del diesel. Noboa es testarudo por cumplir con los acuerdos del FMI y ha acentuado su carácter represivo y autoritario. Durante el Paro Nacional han existido 377 vulneraciones de derechos humanos, 205 personas detenidas, 296 heridas, 15 desaparecidos y 3 fallecidos.
La presencia de convoyes militares en comunidades indígenas de Imbabura y la persecución a líderes sociales y gremiales han levantado rechiflas y repulsión. Mientras tanto, en la costa ecuatoriana, los hechos de violencia continúan sin una respuesta de igual magnitud por parte de las fuerzas de seguridad.
El reciente enfrentamiento armado en el Hospital Monte Sinaí de Guayaquil dejó en evidencia la falta de personal y equipamiento militar en la zona, a diferencia de las operaciones ejecutadas en el norte del país, donde se han desplegado tanques y tropas en territorio indígena.
Lo cierto es que cada acción y mentira de Noboa lo hace perder popularidad. Hoy el 63,38% de los ecuatorianos lo desaprueba.
Parangoneando a Mandela, “Sabemos que el fin de un gobierno mentiroso, incapaz, autoritario y asesino está cerca; cuando lo único que tiene en las comunidades indígenas son militares».