Daniel Noboa: el engaño no desvanece derechos humanos y sociales

Periódico Opción
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Por Ramiro Beltrán.

El IESS pertenece a los trabajadores, no al gobierno. El presupuesto es propio y distinto al del Estado. Art: 372. No podrá ser privatizado Art: 367.

Presidente Noboa. Un engaño, por más cuidadosamente diseñado, no puede borrar derechos humanos ni sociales. En política, la manipulación de la verdad tiene consecuencias profundas: destruye la confianza ciudadana, debilita las instituciones, erosiona los principios democráticos, vulnera leyes de la República e incapacita la vida democrática de la nación.

El engaño no es estrategia, es traición y felonía. Cuando un gobierno manipula la verdad para someter la conciencia social colectiva, está atentando contra derechos humanos, sociales y dignidad ciudadana individual.

En los últimos días, el ciudadano presidente Noboa, ha lanzado como globo de ensayo una polémica propuesta: que el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) deje de prestar atención médica y que esta sea asumida por el Ministerio de Salud Pública. Aunque presentada como una medida técnica o de eficiencia, detrás se percibe una estrategia política de engañó, manipulación, picardía y trampa.

No es una propuesta técnica: es una maniobra política del engaño, falsedad ideológica en un intento de crear ideas falsas positivas (manipulación comunicacional). Al intentar trasladar la atención médica de los afiliados al IESS al Ministerio de Salud Pública, éste sin recursos ni infraestructura suficientes, el presidente de la República está debilitando deliberadamente a la institución (IESS) más importante de protección social del Ecuador y perjudicando a afilados y jubilados, quienes con sus aportaciones mensuales sostienen y sostuvieron al IESS; los recursos financieros son propios y distintos a los del Estado. 

El sistema público de salud enfrenta una crisis estructural: falta de medicinas, insumos, profesionales y presupuesto. Hoy mismo existe la orden de no permitir ingreso de pacientes a los hospitales públicos y menos aceptar la ejecución de operaciones médicas. En ese contexto, transferir responsabilidades del IESS al MSP es un intento de control social y financiero de los recursos del IESS.

Se trata de un globo de ensayo, una forma de medir la reacción del pueblo antes de dar el siguiente paso: la privatización del IESS, siguiendo las líneas impuestas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Esa ruta no fortalece la soberanía del país (capacidad de gobernarse por sí mismo sin estar sujeto a la autoridad de otro Estado), lo entrega al neoliberalismo (reducción del Estado en la economía a favor del libre mercado y la propiedad privada de los medios de producción y la privatización de las empresas públicas), al control financiero nacional e internacional, debilitando la soberanía nacional y el rol del Estado (garantizar, proteger y respetar derechos).

Analistas y sectores sociales ciudadanos organizados, advierten que, este podría ser el primer paso hacia una privatización encubierta del IESS, en línea con las recomendaciones del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Ambos organismos han promovido históricamente reformas que terminan desmantelando instituciones públicas para abrir espacio al capital financiero privado.

El IESS no es solo un servicio público: representa el esfuerzo colectivo del trabajo de millones de ecuatorianos, con un patrimonio que supera los 40 mil millones de dólares. Su debilitamiento o privatización implicaría un golpe directo a los derechos de los trabajadores y jubilados y al ahorro financiero colectivo.

El engaño como política comunicacional no puede disfrazarse de reforma o de modernización, es: una traición a la confianza pública y una violación a los derechos fundamentales de los ciudadanos.

El país exige orientar las políticas públicas hacia un desarrollo económico armónico y sostenible, que fortalezca los derechos de la seguridad social, promueva la creación de empleo digno y amplíe la cobertura de afiliación al IESS. Resulta impostergable recuperar la calidad y eficiencia de los servicios y prestaciones hoy gravemente deteriorados.

Defender la soberanía nacional implica colocar los intereses del Ecuador por encima de las presiones de los grupos financieros y organismos internacionales, reafirmando que la justicia social y la dignidad humana y social son los pilares de un Estado verdaderamente democrático. El país demanda que el presidente de la República asuma con responsabilidad y lidere la función pública con la dignidad y visión de un verdadero estadista.

Docente universitario jubilado. Miembro Comisión Nacional Anticorrupción. Miembro Comisión de Defensa de la Seguridad Social. Ex Miembro de Organismos Internacionales de Seguridad Social.

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