Por Remo Cornejo Luque
La propuesta de montar una Asamblea Constituyente, objetivo central de la consulta popular, y anhelo de la burguesía y el imperialismo para contar con una constitución neoliberal a su medida y bolsillo, anulando derechos y garantías que los pueblos plasmaron en la Constitución de Montecristi, no pasó.
Las actas escrutadas hasta este momento muestran una tendencia irreversible del triunfo del NO; es un rechazo al gobierno mentiroso, autoritario y asesino de Noboa; es un voto de protesta contra la política económica y fondomonetarista que eleva el costo de los combustibles y de vida, contra el desempleo, la inseguridad y la corrupción; es una cachetada contra el racismo, la represión, el servilismo yanqui y la chequera bananera.
Han triunfado los trabajadores, pueblos y nacionalidades indígenas, las organizaciones sociales, gremiales y populares, triunfan los partidos y movimientos de izquierda, triunfa el campo popular; triunfa la dignidad, la vida, la naturaleza, la defensa de la educación y la salud públicas, de la seguridad social; triunfa el Estado plurinacional y de derechos de las personas y de la naturaleza.
Indudablemente, el presidente de cartón y toda la derecha fue derrotada, se le hicieron agua los helados, se esfumaron momentáneamente los protervos propósitos que perseguía con la nueva constituyente. Pero, el afán de la burguesía de tener más poder del que tiene, sigue en las perspectivas. Recordemos que el acuerdo actual de Ecuador con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es un programa de 48 meses (cuatro años) que fue aprobado en mayo de 2024. Esto significa que el compromiso se extiende hasta mayo de 2028 y por lo tanto persistirán en su proyecto al servicio de la burguesía y el capital internacional, pero, también, persistirá la resistencia y lucha del pueblo por mejores días.
Me salta una inquietud ¿Tendrá vergüenza el muñeco de cartón para renunciar e irse a su casa luego de tremenda derrota? Si tiene sangre en la cara debe hacerlo, más cuando el 65% de la población está en su contra. Los resultados demuestran que el Ecuador no necesita una nueva constitución, -la actual, necesariamente, puede y debe mejorarse-, lo que el país requiere es cambiar de presidente.
Hoy, los trabajadores y pueblos, en gran diversidad, han contado con memoria histórica y de resistencia y lucha, han detenido los intentos de la oligarquía y la derecha de alzarse con el santo y la limosna; hay que labrar un proyecto unitario, programático y de acciones, para echar a Noboa y conquistar el gobierno para ponerlo, verdaderamente, al servicio del pueblo. ¡La lucha continúa!
