Por Karina Guerra Flores
Con el triunfo contundente del NO en la Consulta popular en Ecuador el domingo 16 de noviembre, hemos culminado una lucha que empezó el 15 de septiembre con la movilización nacional y protestas en varias provincias del país, en respuesta a la eliminación del subsidio al diésel, la aprobación del proyecto minero Loma Larga, situado cerca de la reserva hídrica de Quimsacocha -Azuay y una serie de demandas en el sector de la educación, la salud, contra el desempleo, la emigración y la inseguridad.
El triunfo del NO es la victoria de la resistencia popular, sobre todo del pueblo indígena y campesino de la provincia de Imbabura, del glorioso pueblo de Otavalo que tras 31 días de lucha implacable y deshumanizada de parte del gobierno neoliberal de Daniel Noboa, ve con alegría que su sacrifico no fue en vano, que las muertes de Efrain Fuérez y de José Guamán, luchadores sociales asesinados a quemarropa por los militares, tienen ahora un resultado: el triunfo de la soberanía, los derechos y la vida.
Y es que en esta consulta Noboa pretendía que se elimine la prohibición de establecer bases militares extranjeras en territorio ecuatoriano, que ya no se entregue el fondo partidario a las organizaciones políticas , que se reduzca el número de Asambleistas y, tal vez la pregunta más capciosa de la arremetida neoliberal, dar paso a una nueva Asamblea Constituyente para derogar la Constitución del 2008, Carta Magna trabajada en su momento con las organizaciones sociales, donde se reconocen todos los derechos necesarios para garantizar el bienestar , la justicia, la libertad, la inclusión y la vida. Día tras día fueron cayendo las mentiras del gobierno, a pesar de los bonos, los kits de alimentos al puro estilo populista, a pesar del aparataje mediático donde en complicidad con los medios de comunicación tradicionales y de las redes sociales de pago inundaba con propaganda fascista su campaña por el SI.
Las redes sociales, el trabajo en territorio de las organizaciones, la vocería de personalidades y dirigentes y el trabajo de hormiga de los ciudadanos conscientes lograron decirle basta a un gobierno autoritario de derecha que llegó al poder en el contexto de la dicotomía correismo- anticorreismo.
Noboa subió el impuesto al valor agregado (IVA) del 12 al 15 por ciento que afectó directamente al consumo de todos los ecuatorianos en abril del 2024 para supuestamente combatir la delincuencia, pero hasta el momento no existen resultados, sino todo lo contrario. Ecuador registra un alto índice de crímenes, posicionándose como uno de los países más violentos de América Latina. En 2025, el país ocupa el quinto lugar mundial según el Índice Global de Crimen Organizado, con una puntuación de criminalidad de 7,48. Los homicidios han aumentado significativamente; en el primer semestre de 2025 hubo 4.619, lo que representa un aumento del 47% respecto al mismo período en 2024.
El presidente indica ahora que requiere apoyo internacional para combatir el crimen organizado, pero hay una contradicción entre lo que dice y lo que hace. Durante el paro nacional ya se demostró que Ecuador sí tiene la capacidad militar para acabar con las mafias narco delincuenciales, lo que no existe es voluntad política. El despliegue de 7mil militares para reprimir al pueblo fue un claro ejemplo. Además, causó indignación que la empresa Exportadora Bananera Noboa eliminó la mayor parte de su deuda tributaria con el SRI (Servicio de Rentas Internas) al acogerse a la remisión tributaria que se incluyó en la Ley Orgánica de Integridad Pública, publicada en junio de 2025. Esta ley permite condonar el 100% de intereses, multas y recargos de deudas tributarias generadas hasta el 31 de diciembre de 2024, siempre que se pague el capital original. La deuda original de aproximadamente $98 millones se redujo a cero de la noche a la mañana.
La victoria del NO en la consulta popular de este 16 de noviembre es el triunfo de todo un pueblo cansado de la barbarie y la dictadura, del despojo, el racismo, la criminalización de la protesta social, la impunidad, la corrupción, el desmantelamiento del Estado social de derecho, etc. Hoy es el tiempo de las organizaciones sociales, la resistencia, la lucha popular, la identidad de clase.
Triunfaron los “invisibles”, los campesinos sin apoyo, los jóvenes sin oportunidades, los desempleados con necesidad, los migrantes que se sacrifican, las amas de casa que no llegan a fin de mes, los jubilados por su pensiones, los pacientes que esperan un turno o medicamentos que no llegan, los profesores que anhelan una educación de calidad y salarios justos, los pueblos indígenas históricamente oprimidos pero dignos, los estudiantes conscientes que defienden la educación pública y gratuita, etc. Hoy como ayer la resistencia y la lucha son el camino. El reto mantener la unidad más allá de la coyuntura en una sociedad fragmentada por el regionalismo, los intereses y el sectarismo. “La mejor manera de predecir el futuro es creándolo”, en Ecuador estamos en ello.
