La investigación educativa como herramienta de transformación social

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Por Dr. Miguel Díaz Álava MD.

La sociedad concebida como un ente dialéctico no puede detener su transformación, la educación y especialmente la educación investigativa es una poderosa herramienta para lograr cambios sociales permanentes ya que la innovación es un factor clave para promover la equidad y la justicia social, es una necesidad especialmente en países latinoamericanos como el Ecuador
La investigación educativa puede desde el pensamiento crítico contribuir en revelar las condiciones caducas del sistema educativo tradicional impulsado por organismos internacionales como la UNESCO, Naciones Unidas, etc.; en la cual amplios sectores de la población son marginadas de una educación de calidad a la cual solo acceden los estudiantes de las unidades privadas. Entendemos entonces que no se necesita potenciar individualmente a algunos estudiantes, estamos hablando de reformar completamente todo el sistema educativo (1), incluso no solo el sistema educativo sino todo el tejido social de las comunidades y que como se afronta el desafío de la educación de calidad para la justicia y la equidad social en la actualidad.
En esta tarea titánica , que depende del trabajo de miles de personas ( un trabajo colectivo es imposible que se encare individualmente), es de singular importancia la organización de los docentes en gremios , asociaciones o instituciones educativas(2) que impulsen la investigación educativa y participativa como un escenario donde los prejuicios , los antivalores , la desigualdad económica , educativa y social promovida por la elite económica sean combatidos desde la óptica educacional científica(3).
En este marco las unidades educativas especialmente las universitarias pueden desempeñar un crucial papel ya no solo desde la docencia o la investigación, sino aplicando la innovación de la investigación educativa en la resolución de problemas socioeconómicos (4). En ese marco sería improbable realizar esa tarea sin un cambio de paradigma de cómo se concibe el estudio en el tercer y cuarto nivel. En el Ecuador la universidad publica cada vez ha ido perdiendo espacio mientras las universidades privadas han ganado terreno, estudiantes y millones de dólares.
Mientras otros centros universitarios en otros países han progresado su modelo hacia uno que incorpora el pensamiento crítico, la transformación social y la multicomplejidad de los procesos las universidades más “rankeadas” de nuestro país persisten en el paradigma constructivista surgido acorde a la realidad del periodo del desarrollo del capitalismo industrial, podemos decir que siguen en el pasado y eso concuerda con su objetivo político de mantener la reproducción social de la clase dominante y el “status quo” sin ninguna variación.
La investigación educativa debe estar abocada a utilizar la innovación como práctica cotidiana para resolver los desafíos sociales y ambientales (5), al contrario, en el Ecuador en el suceso más importante del inicio del milenio la pandemia por Sars-Cov-2, la mayoría de las universidades incluyendo la más grande del país la Universidad de Guayaquil cerraron sus puertas enviando a todo su personal a confinamiento. No es aceptable que en periodos de crisis social, económica o sanitaria los directivos de las universidades publicas tradicionales del país no tuvieran una mejor idea de cómo contribuir a la solución de la crisis que esconderse, ese hecho refleja la magnitud de la falta de compromiso social de quienes dirigen la educación superior en nuestro país.
Estudios recientes demuestran el impacto de la innovación social en la resolución de problemas socioeconómicos (6), la misma entonces además de ser generada debe ser sostenida en el tiempo como una actividad permanente en el tiempo con la flexibilidad dinámica que la problemática social y educativa exige en la actualidad.
Este nuevo paradigma educativo si su antecesor es excluyente debe ser asociativo e inclusivo, involucrar a los estudiantes en la investigación desde las etapas temprana favorece su formación en la elaboración de juicios, procesos, pensamientos complejos y la resolución de problemas, además el investigador dejara de ser un lejano observador de la realidad si permite que las comunidades participen en la investigación por ende en la resolución de sus propias dificultades, especialmente en las áreas donde el estado es ausente como el sector rural (7).
Hoy se reafirma el papel histórico y determinante de la educación para promover el cambio social (8) lo cual se ha evidenciado durante toda la historia de la humanidad sin embargo tal vez ahora como nunca el cambio hacia un nuevo paradigma educativo es una necesidad especialmente en Latinoamérica.
El siguiente es un cuadro comparativo que nos puede ayudar a esclarecer las diferencias entre los métodos educacionales tradicionales y los que promueve la pedagogía critica:


Algunos ejemplos interesantes de como se ha aplicado en la practica el cambio de paradigma educativo se dio por ejemplo en Finlandia en la enseñanza de pregrado de las carreras de Medicina y Odontología desde un modelo tradicional a uno orientado a las competencias (9). Otro ejemplo reciente fue durante la pandemia se extendió la necesidad de la virtualidad en las clases (10), siendo este un ejemplo de la flexibilidad en horarios y modalidad precautelo la posibilidad de continuar con los cursos académicos sin que fueran interrumpidos.
Finalmente los cambios educativos no son sencillos de implementar , cambiar un modelo educativo sin cambiar a la sociedad no es práctico , si bien la educación investigativa se plantea la transformación social lo evidente es que primero debemos cambiar la estructura económica de producción social para luego cambiar la súper estructura social donde se encuentra la educación ,
siendo esto así las barreras para la aplicación de las metodologías educacionales críticas son múltiples: resistencia cultural y social , limitaciones institucionales y de infraestructura, formación docente son tal vez las acuciantes.
La investigación educativa es una herramienta muy útil que se puede aplicar en el cambio de paradigma de educación en nuestras unidades educativas, a su vez al redefinir el rol del estudiante, del docente, las metodologías, los objetivos centrales y las estrategias didácticas abren un campo importante para la acción de la educación en la resolución de problemas, económicos, sociales, sanitarias o ambientales con la participación activa de estudiantes y comunidad. Este es un proceso que como tal no puede implementarse con la velocidad que quisiéramos más si hay una resistencia política e institucional de los gobiernos con proyectos neoliberales donde la educación para la liberación no es precisamente un objetivo.


Bibliografía :
1)Bang, M., & Vossoughi, S. (2016). Participatory Design Research and Educational Justice: Studying Learning and Relations Within Social Change Making. Cognition and Instruction, 34, 173 – 193. https://doi.org/10.1080/07370008.2016.1181879.
2)Datnow, A., Yoshisato, M., Macdonald, B., Trejos, J., & Kennedy, B. (2022). Bridging Educational Change and Social Justice: A Call to the Field. Educational Researcher, 52, 29 – 38. https://doi.org/10.3102/0013189×22113883
(3)Beach, D., & Vigo-Arrazola, M. (2024). Researching in solidarity with marginalised groups: A meta-ethnography about research for educational justice and social transformation. International Journal of Qualitative Studies in Education, 37, 2981 – 2996. https://doi.org/10.1080/09518398.2024.2348783.
(4)Schröder, A., & Krüger, D. (2019). Social Innovation as a Driver for New Educational Practices: Modernising, Repairing and Transforming the Education System. Sustainability. https://doi.org/10.3390/su11041070.
(5)Belcher, B., Claus, R., Davel, R., & Jones, S. (2021). Evaluating and improving the contributions of university research to social innovation. Social Enterprise Journal. https://doi.org/10.1108/sej-10-2020-0099.
(6)Mdleleni, L. (2021). University as a vehicle to achieve social innovation and development: repositioning the role of the university in the society. Social Enterprise Journal. https://doi.org/10.1108/sej-10-2020-0093. (7) Robinson-Pant, A. (2023). Education for rural development: forty years on. International Journal of Educational Development. https://doi.org/10.1016/j.ijedudev.2022.102702.
(8)Bourn, D. (2022). Education for Social Change. . https://doi.org/10.5040/9781350192874.
(9)Brauer, S., Kettunen, J., Levy, A., Merenmies, J., & Kulmala, P. (2023). The educational paradigm shift—a phenomenographic study of medical teachers’ experiences of practices. BMC Medical Education, 23. https://doi.org/10.1186/s12909-023-04013-w.
10)Stojan, J., Haas, M., Thammasitboon, S., Lander, L., Evans, S., Pawlik, C., Pawilkowska, T., Lew, M., Khamees, D., Peterson, W., Hider, A., Grafton-Clarke, C., Uraiby, H., Gordon, M., & Daniel, M. (2021). Online learning developments in undergraduate medical education in response to the COVID-19 pandemic: A BEME systematic review: BEME Guide No. 69. Medical Teacher, 44, 109 – 129. https://doi.org/10.1080/0142159x.2021.1992373.

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