Por Mateo Rodríguez
Los resultados electorales del 16 de noviembre de 2025, abren un nuevo escenario político en el país. Expresan una nueva correlación de fuerzas sociales y políticas que se manifiesta en distintos ámbitos y niveles.
Daniel Noboa no cuenta con el respaldo mayoritario de la población, sufrió una derrota política muy dura que afecta a todo el Gobierno. En todas las provincias, incluidas en las que ganó en alguna pregunta, hay una desacumulación de su electorado que bordea entre el 40% y el 50% en cada jurisdicción.
La derrota ha obligado a que se dé una crisis de Gabinete que ha generado varios cambios, en algunos casos como un enroque entre los mismos y, en otros casos, les ha tocado sustituir peones, como en la Secretaría Jurídica de la Presidencia.
Estos resultados afectarán la institucionalidad burguesa. Algunos aliados del Gobierno actuarán con reserva, con cálculo, pensando en sus proyectos personales y de grupo, teniendo en cuenta las perspectivas electorales del año venidero, por cuyo motivo, algunos renunciarán como el Fiscal subrogante, otros cuestionarán tibiamente la política de seguridad, como es el caso el Defensor del Pueblo. No hay que olvidar que está en proceso de selección la Primera Autoridad de la Fiscalía General del Estado, así como se tendrá que nombrar, en los meses que vienen, a los jueces de primero y segundo nivel de garantías jurisdiccionales y los jueces faltantes de la Corte Nacional de Justicia. A esto se debe sumar que, por meses, han estado en la congeladora la selección del Consejo Nacional Electoral, el Tribunal Contencioso Electoral, la Defensoría del Pueblo.
En el terreno político, los resultados electorales han puesto como contradicción principal la del pueblo contra la oligarquía; desplazando del tablero a la confrontación que marcó por varios años el escenario: correístas vs. anticorreístas. Este cambio principaliza el accionar de los trabajadores y pueblos, de sus organizaciones y sus líderes.
El triunfo del pueblo sobre la oligarquía en la consulta popular, genera un nuevo estado de ánimo en las masas, en el movimiento popular organizado, en la militancia política de los partidos y movimientos de izquierda, en nuestro Partido y en la militancia de Unidad Popular. Este elemento es muy importante porque permite recuperar el protagonismo de las masas en la derrota al autoritarismo, ayuda a superar los temores y miedos que se implantaron en un sector del pueblo, alienta a importantes sectores de los trabajadores y del pueblo en general, de la juventud y las mujeres, a incorporarse a la lucha para continuar enfrentando la política antipopular del Gobierno. En ese torrente de oposición, los marxistas leninistas jugamos un papel destacado, desde el inicio de la gestión de Noboa nos propusimos desenmascarar su gobierno, y lo hemos venido alcanzando.
Pese a los resultados, el gobierno y la burguesía no abandonarán la aplicación del proyecto económico-político neoliberal y la carta de intención del Fondo Monetario Internacional, pero las condiciones actuales son distintas, por lo que, les resultará más difícil ejecutarlo, ya que hoy enfrentan una oposición popular que se encuentra en mejores condiciones que antes.
Un elemento que debe ser trabajado, es la unidad de los sectores populares. La victoria del NO en el consulta es el resultado de la acción de un conjunto de organizaciones populares, de partidos y movimientos de izquierda entre los que destaca Unidad Popular, así como de académicos, artistas, hombres y mujeres que individualmente se incorporaron a la campaña. Esa confluencia de acciones, debe plasmarse en un proyecto unitario de largo aliento.
