Por Carla Báez
El templo hindú BAPS Swaminarayan Akshardham, está localizado en Robbinsville, Nueva Jersey a unos 90 minutos de la cuidad de Nueva York. Está compuesto por un majestuoso templo central conocido como Mahamandir, un estanque sagrado rodeado de jardines, un pabellón de peregrinación, un museo y un centro de bienvenida donde se explica a los visitantes la historia del templo de manera didáctica.
Sin duda, una joya arquitectónica de mármol y piedra tallada por más de 12.500 voluntarios devotos que quisieron reflejar la majestuosidad de la cultura hindú y su fe en un templo o mandir considerado el más grande de este tipo en el hemisferio occidental y el tercero más grande del mundo. Este mandir se considera un lugar de conexión con lo divino donde se puede encontrar la paz y la guía espiritual.
Construido en entre los años 2015 al 2023, este templo ofrece los visitantes un deleite a los ojos y una caricia al espíritu.


Al entrar, es inevitable trasportarse a la India a través de sus majestuosas esculturas y gigantescos y cuidados jardines, desde los cuales se pueden escuchar los cánticos característicos de esta milenaria cultura, cargada de sabiduría.
Sabiduría que se plasma en la virtuosa vida de sus dioses y diosas que a través de sus actos de servicio se catalogaron como seres dignos de adorar, entre ellos se pueden citar a Vishnu, Shiva, Lakshmi y Parvati siendo la principal deidad del templo, Swaminarayan, un líder espiritual quien promovía la moralidad y servicio al prójimo.
Vishnu: su función es proteger el orden cósmico (dharma) y la moralidad, interviniendo en la Tierra a través de sus diez encarnaciones, para restaurar el equilibrio.
Shiva: destructor y regenerador, esencial para el ciclo cósmico de creación y destrucción.
Lakshmi: es la diosa hindú de la riqueza, la fortuna, la prosperidad (material y espiritual) y la belleza.
Parvati: es una diosa central en el hinduismo, conocida como la consorte de Lord Shiva, representando la energía divina femenina, el amor, la fertilidad y la devoción.
Sin duda una experiencia espiritual que se converge en la historia, cultura y sabiduría hindú, donde la importancia de la meditación y altruismo en el día a día se convierte en el factor común en la vida de los sabios y deidades que inspiraron el templo.
Es invaluable lo que se puede rescatar de esta experiencia, que, sin necesidad de compartir la concepción religiosa, se deberían compartir los mismos valores universales que el hinduismo promueve, el desapego, la generosidad y la espiritualidad como modelo de vida.
Para finalizar, quisiera compartir una de las frases plasmadas en uno de los muros del templo, sin duda enriquecedora y sabia:
During the floods, large trees that stand erect are often washed away, while short grass remains in its place because of its flexibility. Similarly, in the floods of life, the inflexible and egotistical are swept away. While the flexible and humble endure. Shri Yogiji Maharaj.
Durante las inundaciones, los grandes árboles que se mantienen erguidos suelen ser arrastrados, mientras que la hierba corta permanece en su lugar gracias a su flexibilidad. De igual manera, en las inundaciones de la vida, los inflexibles y egoístas son arrastrados. Mientras que los flexibles y humildes perduran. Shri Yogiji Maharaj.
