Por Remo Cornejo Luque*
El ascenso del doctor Marcos Oviedo al rectorado, en año 2018, creó expectativas para el bienestar de la comunidad universitaria y muchos sectores sociales aplaudieron sus propuestas que según hablaban de democracia, respeto a la libre organización, progreso y excelencia académica. Se pensaba que el pasado inmediato de persecución y malos hábitos del correísmo enquistados en la dirección del alma mater quedaban en el olvido.
Lamentablemente, a las personas sin criterio y praxis social y de servicio, sin personalidad definida, los entontece el poder y el dinero. La vanidad, la sobradez, las poses de capataz como hacendado, los hace obnubilar y desdibujar la visión y misión universitaria anteponiendo los intereses particulares para, fácilmente, convivir y sucumbir con los elementos seculares de un sistema carcomido por la corrupción. No olvidemos que la educación es parte de la superestructura de la sociedad y en ella se derivan y expresan todas las desigualdades e inequidades de la base económica que impulsan los diversos gobiernos que priorizan el capital antes que el bienestar humano.
Son tantas las irregularidades que ha cometido el rector Oviedo que van desde la tala indiscriminada de árboles afectando el ecosistema universitario; su metida de mano fraudulenta en las elecciones estudiantiles de FEUE, AFU y LDU; el cobro de un doctorado realizado en la Universidad de Matanzas de Cuba desde el 22 de noviembre de 2011 hasta el 11 de julio de 2018, estudios que realizó antes de ser autoridad y por lo tanto no tenía ese derecho a cobrar, perjudicando a la UTB por el monto de USD 25 481,62; nepotismo en concursos de merecimientos y oposición; desde la Contraloría General del Estado existen indicios de responsabilidad penal # DPLR-0026-2022 # DPLR-0028-2022 y # DPLR-0027-2022 como parte del examen especial a las operaciones administrativas y financieras, a la gestión de Talento Humano y al proceso de otorgamiento y pago de becas para capacitación y perfeccionamiento del profesor e investigador, su control y su uso; entidades relacionadas y denuncias en la Universidad Técnica de Babahoyo, por el periodo comprendido entre el 1 de enero de 2018 al 28 de febrero de 2022.
Desde el rectorado se ha perseguido a autoridades, profesores y estudiantes. La mano represiva del capataz Oviedo invadió, resto atribuciones y se arroga funciones que le competen al vicerrectorado académico; ha expulsado docentes y estudiantes. Los dirigentes estudiantiles expulsados solo hicieron un plantón exigiendo más presupuesto para la universidad y por las reformas a la LOES. Los estudiantes han ganado la acción de protección y el soberbio y arrogante rector no acata la resolución de la Corte Provincial de Justicia y envía escrito de ampliación para dilatar el juicio y seguir afectando en sus derechos a los dirigentes estudiantiles de Transformación universitaria y FEUE Nacional.
En su desesperación, pues su imagen es mal vista por la mayoría de la comunidad universitaria y ciudadanía en general, se ha encargado de aparecer como víctima de supuestos secuestros y atentados, pretendiendo indagar dicha responsabilidad en la lista que promueve el Rescate de la UTB. Es más, con argucias sucias y pueriles pretendieron no calificar la lista que no comulga con el continuismo de desesperanza, irregularidades, persecución y la antidemocracia.
Los estertores de una administración cuestionada de Oviedo se aproximan a culminar su ciclo de vida, llega a su fin, llega su ocaso. Es más, uno de sus candidatos a la reelección, el vicerrector administrativo del PHD Francisco Galarza Bravo acaba de presentar su renuncia irrevocable. La mala fe y el mal liderazgo de un entontecido por el poder y el dinero le está pasando factura, se le ponen las cosas cuesta arriba. La derrota es inminente, es crónica de una mala administración anunciada.
Por doquier se levanta la voz altiva de recuperar y rescatar la imagen de la UTB. Las candidaturas de la lista B que encabeza la PHD Betthy Mazacón, PHD Dalton Cadena, PHD Fabián Toscano y PHD María Vera, profesionales probos, de conducta intachable, es la única opción para que las cosas cambien en beneficio de la comunidad universitaria babahoyense.
Lo nuevo, lo transformador, la excelencia académica, la democracia, el libre pensamiento y la libertad de organización, se impondrá ante el pasado oscuro y nefasto de una administración que ha estado viciada de irregularidades.
El cambio se avecina. El triunfo de los sectores democráticos y progresistas será una realidad.