Algunas reflexiones sobre la guerra en Ucrania

Periódico Opción
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Mariano Santos N.

Ya van más de 3 semanas en que se desató la guerra en Ucrania y, el mundo entero comienza a sentir los efectos colaterales de la misma. Para realizar un análisis objetivo de lo que ocurre en Ucrania es necesario tomar en cuenta todas las circunstancias que provocaron la crisis.

1.La OTAN y su expansionismo.

La OTAN, organismo político militar, que aglutina a EEUU y los países europeos, debió desaparecer, en 1991, al mismo tiempo que desaparecía la URSS, lo cual suena lógico, pues la OTAN se creaba en 1949 para confrontar y «defenderse» del bloque socialista, que más tarde, en 1955, creó el Pacto de Varsovia, luego de la II guerra mundial.

A raíz de la desaparición de la URSS y el Pacto de Varsovia, la OTAN no desapareció y, hubo el ofrecimiento de los norteamericanos a Rusia a «no extenderse ni una pulgada hacia el este» …

Como podemos apreciar hoy en día, este ofrecimiento jamás se cumplió y, más bien, la OTAN, desde los años 90 del siglo anterior, no solo que comenzó con su agresiva expansión hacia el este, sino que comenzó con la incorporación de nuevos países, e, inició toda una serie de invasiones a otras naciones.

En efecto, de los 12 países fundadores, la OTAN cuenta hoy con 30 países, algunos de los cuales fueron parte del pacto de Varsovia y sumó 3 exintegrantes de la Unión Soviética, Estonia, Letonia y Lituania. En resumen, en pocos años la OTAN se extiende hasta las puertas de Rusia y dentro del territorio de la antigua URSS. La alianza militar obedece las órdenes de Estados Unidos, pues el comandante Supremo de las fuerzas aliadas en Europa siempre es «por tradición» un general estadounidense nombrado directamente por el presidente norteamericano, y los demás puestos de mando fundamentales también están en manos de militares estadounidenses.

Al mismo tiempo, Washington pone los países del este de Europa no tanto al servicio de la OTAN directamente, sino al servicio de Estados Unidos. Apenas ingresados en el bloque militar, exintegrantes del pacto de Varsovia como Rumania y Bulgaria pusieron a disposición de los gringos las importantes bases militares de Constanza y de Burgas, en el Mar Negro, aparte de Rzeszów, la base militar instalada en Polonia, a más de la ampliación del escudo antimisiles de república Checa, todos ellas con misiles apuntando a Moscú.

Mientras los misiles emplazados en Polonia o Rumania pueden alcanzar a Moscú en 15 minutos, sus hipotéticos equivalentes en Ucrania lo harían en tan sólo 5 minutos…

Acordémonos, en 1962, la URSS instaló toda una plataforma de misiles dirigidas hacia EEUU, en Cuba, en respuesta a una acción similar realizada por los gringos en Turquía que apuntaba hacia La URSS, por lo que los gringos pegaron el grito al cielo amenazando con una guerra nuclear.

2.El largo historial genocida de la OTAN

Con la caída de la URSS, comenzaron entonces las agresiones militares a otros países.

Así las cosas, el primero en la lista fue Yugoslavia, que comenzó el mismo año del colapso de la URSS, es decir 1991 y que tuvo su clímax en 1999 con el bombardeo a una de las naciones más desarrolladas de Europa, la cual fue desaparecida del mapa, “reduciéndola” a 7 pequeños Estados, que son hoy los más pobres y atrasados del viejo continente.

¿Muertos?, si, por miles de miles, otros tantos heridos y otros que quedaron con discapacidad; inclusive se dieron el lujo de bombardear la embajada china en Belgrado causando varios muertos y heridos entre sus diplomáticos, tema que hasta ahora está en la total impunidad. Por supuesto, la OTAN (y los EEUU) llevó a cabo el bombardeo sin contar con una autorización del Consejo de Seguridad de la ONU y algunos de esos países-retazos fueron también incorporados a la OTAN (Eslovenia, Croacia, Montenegro, Macedonia del Norte).

Más tarde le tocó el turno a Afganistán; ¿nos acordamos de la guerra humanitaria?, con centenares de miles de muertos, heridos y discapacitados. Luego, le llegó el turno a Irak; ¿nos acordamos de las armas de destrucción masiva? Aquí se batieron todos los récords, pues los fallecidos superaron de largo el millón, incluso algunos hablan de 2 millones, muchos de ellos niños, no menos de 300.000, un verdadero ¡GENOCIDIO!

Uno de los que denunció las atrocidades en Afganistán e Irak, Julián Assange, todavía está en prisión, esperando su extradición a EEUU, donde seguramente será condenado a cadena perpetua, mientras que los criminales responsables como Obama (del cual el hoy presidente, el mismísimo Biden fue su vicepresidente, por ende, coautor, cómplice, encubridor de las matanzas), fue más bien “galardonado” con el premio Nóbel de la paz…si, la paz de los sepulcros, mientras el otro genocida, el actual presidente Biden, quiere ahora darnos ejemplos al mundo entero, ¿ cómo masacrar pueblos enteros?.

Después, EEUU y su arma de destrucción masiva, la OTAN, metieron sus ensangrentadas garras en Libia, en 2011, uno de los países más desarrollados de África de la época, pero hoy, como producto de la agresión criminal, convertido en un estado fallido y desbaratado.

Luego le tocó el turno a Siria, con el consabido resultado de miles y miles de muertos, heridos, desplazados, migrantes que no son aceptados o parcialmente aceptados a regañadientes por los mismos países de la OTAN, causantes de su desgracia. Hace poco, Biden llamaba “criminal de guerra” a Putin, ¡qué desvergüenza!, ¡el burro hablando de orejas!

3- El fascismo neonazismo se instala en Ucrania

Con todos estos antecedentes es que asistimos hoy al conflicto de Ucrania. En 2014 hubo un golpe de Estado, de carácter neofascista-nazista en Ucrania, impulsado por los propios EEUU. Decimos nazista, por que se hace apología de criminales exlíderes nazis de la II guerra mundial como Stepan Bandera, que estuvo al lado de Hitler, al que el presidente ucraniano Zelenski lo considera como héroe nacional, por eso los monumentos y calles en su honor. Históricamente, se considera que los ucranianos descienden de pueblos escandinavos, protogermánicos y eslavos; pero para Zelenski y los nazis ucranianos, los verdaderos ucranianos son los descendientes de los escandinavos y los proto germánicos, mientras que los eslavos (la gran mayoría de rusos) no lo son, son solo rusos … “subhumanos”. La población ucraniana utiliza simultáneamente el idioma ruso, el ucraniano y también el húngaro. Pero desde el 1º de septiembre de 2020, se prohibió por ley el uso de cualquier otra lengua que no sea el ucraniano en la administración, en los servicios públicos y en la enseñanza. Las escuelas donde se enseñaban los idiomas ruso y húngaro fueron cerradas, lo cual fue motivo de protestas oficiales de la Federación Rusa y de Hungría.  

El 21 de julio de 2021, Zelenski fue mucho más lejos, promulgó una «Ley sobre los Pueblos Autóctonos». Esa ley estipula que sólo los ucranianos de origen escandinavo y proto germánicos tienen «derecho a gozar plenamente de todos los Derechos Humanos y de todas las libertades fundamentales», excluyendo de esos derechos y libertades a los ucranianos de origen eslavo. Es la primera ley racial que se adopta en Europa desde la época de Hitler, en más de 70 años.

En 2014, representantes de Rusia, Alemania, Francia y Ucrania firmaron los acuerdos de Minsk 1 y 2 en 2014 y 2015, para poner fin a la guerra entre la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk y Ucrania, teniendo como objetivo principal el alto al fuego entre el ejército ucraniano y las fuerzas separatistas prorrusas de ambas repúblicas, acuerdos que nunca fueron cumplidos por Ucrania, sino más bien asistimos a otra agresión, tipo OTAN, para agredir a los habitantes de las 2 provincias rebeldes, básicamente ruso hablantes y con cerca de 1 millón de nacionalidad rusa, que ha dejado hasta la presente alrededor de 14.000 muertos, matanzas ocultadas parcial o totalmente por la prensa occidental.

Ya en febrero del presente año, Ucrania, asusada por EEUU y la OTAN, arreció con los bombardeos, lo que degeneró en la respuesta rusa del reconocimiento como repúblicas independientes del Donbas y la posterior invasión a Ucrania.

4. Colapso de la URSS y Vladimir Putin

A raíz del colapso de la Unión Soviética, en cuya caída tuvieron un rol bastante destacado la Cía. y el Pentágono norteamericanos, se reinstaló completamente el capitalismo, que en sus inicios desató un verdadero festín en el País eslavo: su primer presidente, Boris Yeltsin y su camarilla decidieron poner en venta, privatizar, todas las empresas públicas, a precios de ganga, para cuyo fin recibieron no solo el apoyo logístico sino, principalmente económico de occidente. Los principales aprovechadores fueron los altos ejecutivos burócratas del nuevo gobierno, muchos de ellos dirigentes del totalmente descompuesto partido comunista y como resultado de esa demencial orgía de los bienes públicos, comenzaron a aparecer entonces en Rusia los poderosos “inversionistas”, ricos, multimillonarios, los oligarcas, se constituyeron en la gran burguesía rusa. Se ha calculado que estos oligarcas tienen riqueza fuera de su país por un valor equivalente al 85% de su PIB, algo lejanamente comparable con otras potencias capitalistas, es decir, alrededor de 1,1 billones de dólares.

Al inicio, esa gran burguesía era mayoritariamente pronorteamericana. Con el pasar del tiempo, una burguesía antinorteamericana apareció, que luego se hizo dominante, entre los cuales sobresalió otro oligarca, Vladimir Putin(cuya fortuna se desconoce), y esta gran burguesía anti norteamericana aprovechó la gran riqueza de recursos  naturales, minerales, petroleros, gasíferos de Rusia; desarrollaron la agricultura, la tecnología en términos generales pero principalmente apuntaron hacia el mejoramiento de la tecnología militar, que de por sí ya era avanzada; industrialmente no es un país desarrollado pero esa gran burguesía quiere disputar los mercados internacionales, los recursos  con la potencia en decadencia(EEUU), para el saqueo de los países de baja renta(subdesarrollados), aunque la propia Rusia no sea precisamente uno de alta renta.

5.El nuevo orden mundial

En la actualidad, asistimos entonces, a una disputa entre un imperialismo en decadencia (USA) contra un capitalismo en ascenso (Rusia) por el control de un país, Ucrania, muy rico en recursos hidrocarburíferos, minerales, agrícolas. Sin embargo, esa disputa se da también en otras partes del planeta, en otros continentes como nuestra propia Latinoamérica, donde en países como Venezuela, EEUU ha sido desplazado por Rusia y China.

La lógica imperialista gringa es entonces, si tu te has metido en mi patio trasero, para la expoliación de los recursos naturales que antes yo hacía, ¿por qué no puedo yo intervenir en tu patio?

En Venezuela, por más que siempre amagó con invadirla, los gringos jamás lo hicieron; en Ucrania por más que Zelenski, pide y suplica, que vengan, tropas de EEUU y la OTAN, igual, nada, solo se han limitado al envío de ayuda económica, armamentista, posiblemente nuclear; sanciones a cada rato, presionando incluso a sus países vasallos(ya que los gringos no tienen aliados, sino solo intereses) de todo orden, económicas, financieras, comerciales, energéticas, mediáticas, culturales, deportivas, etc., etc., en una histérica y demencial carrera por ver quien impone más y más sanciones, que en nada ayuda a resolver el conflicto, pues le echan y echan más y más combustible al fuego.

En contrapartida, lo que, si es cierto, es que los gringos y la OTAN no intervienen directamente, pues de lo que se sabe, no habría un solo soldado de ellos, por allá.  

Acordémonos, en Siria, los rusos ganaron la guerra, aunque todavía los norteamericanos están posesionados de una provincia, en la base At-Tanf, desde donde se roban el petróleo sirio (alrededor de 100.000 barriles diarios), para llevarlo a la vecina Irak, en donde también están “a la brava”, pues existe una decisión de su parlamento para que abandonen el país, pero continúan allí, como si nada. La posible y única explicación de la no participación directa de los gringos y la OTAN tendría que ver con lo siguiente: En 2018, Putin dio a conocer de un misil, el hipersónico Avangard, capaz de superar el escudo antimisiles estadounidense y según el presidente ruso, los sistemas de defensa antimisiles que se desarrollen en el futuro. El Avangard puede alcanzar las más densas capas de la atmósfera y superar en 20 veces la velocidad del sonido, o sea a Mach 20**, a diferencia de un misil convencional, cuya velocidad es de Mach 1. Y pueden transportar tanto bombas tradicionales como nucleares, lo que le permite llegar a territorio de Estados Unidos en tan solo 15 minutos.

Estados Unidos ha acumulado un importante retraso en este campo, que según expertos es de unos 2 o 3 años.

Sin embargo, los chinos no se quedan atrás, al disparar un misil desde un vehículo de planeo hipersónico HGV, que volaba sobre el mar de la China Meridional a al menos 5 veces la velocidad del sonido (Mach 5). «Dio la vuelta al mundo, luego volvió a China e impactó en su objetivo…», según reportaba el diario británico Financial Times del 22 noviembre de 2021.

Recuérdese que, en su mensaje de anuncio del inicio de la guerra, Vladímir Putin envió una advertencia clara a las grandes potencias de la OTAN, en particular a las tres que cuentan con armamento nuclear –Estados Unidos, Reino Unido y Francia–, recordándoles que Rusia “tiene ciertas ventajas en la línea de las armas de última generación” y que atacarla “tendría consecuencias devastadoras para un potencial agresor”. Lo que si es cierto es que ya estamos en un nuevo momento de la historia mundial, en un nuevo orden mundial, multipolar, con un bloque imperialista occidental en caída, ¿confrontado a uno oriental en ascenso?

O, asistimos al prólogo de las famosas palabras de Albert Einstein, quien declaraba…”no se como será la tercera guerra mundial, solo sé que la cuarta será con piedras y palos…”

** MACH: Es un número adimensional normalmente usado para describir la velocidad de los aviones. Mach 1 equivale a la velocidad del sonido, Mach 2 es dos veces la velocidad del sonido, etcétera. Este número fue propuesto por el físico y filósofo austriaco Ernst Mach (1838-1916)

La velocidad del sonido es 1234 km/hora

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