Por Remo Cornejo Luque
Por cuarta ocasión consecutiva asistimos al balotaje entre el correísmo y anticorreísmo. En el 2017 triunfó el correísmo, expresión de la derecha del SXXI, con Lenin Moreno; en el 2021 y 2023 triunfó la derecha tradicional y servil al FMI, de la mano de Lasso y Noboa, respectivamente. Ahora en el 2025 se vuelven a medir Noboa con Luisa.
Este comportamiento electoral merece algunas reflexiones y respuestas que sirvan de abrebocas para el diálogo y debate del campo popular y de izquierda. En estas líneas, expongo algunas ideas.
1. En la medida de que los trabajadores y pueblos carezcan de memoria histórica y no logren entender o identificar las verdaderas intenciones, propósitos y objetivos de clase, de los diversos candidatos y partidos políticos, la mayoría poblacional seguirá viviendo bajo el yugo del sistema de explotación, del populismo aberrante y de las ofertas demagógicas de cualquier variante. Los partidos y movimientos de izquierda deben asumir mejor este papel para exponer y desenmascarar, a los cuatro vientos, la verdadera naturaleza de clase de cada uno de los partidos políticos.
2. Es indudable que el proceso de adquisición de la conciencia social, no es etéreo, no es abstracto. Tiene que ver con el entorno, desarrollo y ser social, con el empuje y labor cotidiana de quienes detentan el poder económico, los grandes medios de comunicación, del accionar de los diversos partidos políticos y líderes como expresión alta de una clase social determinada. Cada partido promueve su política y su ideología, dependiendo de la clase social que provengan.
Es fácil colegir que quien tiene la fuerza, el poder, el dinero y el control de la información podrá incidir con mayor ventaja. Esta batalla de ideas y de lucha política seguirá mientras haya un sistema social injusto, lleno de inequidades en todo orden, y es ahí donde los partidos de izquierda, las organizaciones sociales, populares y sindicales, deben enfrentar toda esa maquinaria sistémica trituradora de la conciencia social y decidirse con más bríos a cumplir su misión histórica, con la conjunción de un grande y amplio frente unitario popular y de izquierda.
3. Los sostenedores del sistema capitalista sean estos neoliberales ortodoxos, reformistas, socialdemócratas, progresistas o mal llamados del socialismo siglo XXI, cumplen su rol de castradores de conciencia social y política; trabajan desde siempre por prostituir la política, por degradarla; por promover el clientelismo y oportunismo dadivoso. Hoy en día es normal ver cómo la cultura política ha descendido al nivel del lumpen, ¿qué tienes para darte mi voto?, o de olvidar rápidamente, cual «Doris buscando a Nemo», las acciones de los verdugos gubernamentales. Se ha hecho natural la cultura del robo pero que haga obras, «de que hay que llegar y robar para estar hechos». A la incultura política se la combate con cultura y conciencia política revolucionaria.
4. La corriente de cambio existe desde siempre, se ha expresado, desde el retorno de la democracia representativa, principalmente, entre los intereses del campo popular y de izquierda versus los de la derecha neoliberal. Luego de la «década robada», mañosamente, desde las élites del poder económico y político, dicha corriente la han transformado en correísta y anticorreísta, alejada de una posición de clase, minimizando o despreciando las contradicciones existentes entre los intereses de los trabajadores y de la burguesía. Desde el poder trabajaron la polarización, la maquinaron y la vienen desarrollando al estilo bipartidismo. Es algo sesudo que busca debilitar las raíces ideológicas y políticas de las masas, entontecer y encasillar a la mayoría de la población en esta línea.
5. Para las élites de poder político y económico, la polarización consiste en que «o estás con el pasado corrupto del correísmo o estás contra él», y todo lo que esté contra Correa es mejor así sea peor y en esto la derecha tradicional tiene sus ventajas y adelantada su agenda en defensa del gran capital y al servicio de EE UU.
Esta polarización que ya lleva 8 años, en estas elecciones de primera vuelta tuvo su clímax ya que captó el 88% de la votación en un escenario de 16 binomios presidenciales. La derecha muy fragmentada y golpeada en estas elecciones, de seguro, terminará alineándose con su símil en el gobierno.
Desde el campo popular y de izquierda debe existir un redoblar esfuerzos y trabajo cotidiano para dotar de conciencia revolucionaria a la corriente de cambio en general, y muy en particular ir a recuperar a la corriente anticorreísta para los propósitos de la izquierda; levantando la unidad de los trabajadores, campesinos, pueblos y nacionalidades indígenas. Aprovechar bien y al máximo las curules de asambleistas de izquierda y sintonizarlas con la política de resistencia popular en las calles. Es decir, a la acción parlamentaria popular y de izquierda hay que acompañarla con la movilización y lucha de las masas por sus derechos y reivindicaciones y en contra de la arremetida del neoliberalismo.
6. Frente al balotaje del 13 de abril, vale algunas reflexiones. ¿Se podrá alcanzar el progreso y desarrollo de los trabajadores y pueblos, con un gobierno que ya tuvo la oportunidad y no propició los cambios radicales en favor de los trabajadores y pueblos? ¿Se quiere volver a un gobierno de una década donde todos los altos funcionarios están presos o tienen que rendir cuentas a la justicia?
¿Se podrá seguir creyendo en un gobierno de cartón que no ha resuelto las necesidades básicas insatisfechas de la población; que mantuvo al país con hasta 14 horas diarias de apagones; con miles de desempleados, con incumplimiento de ofertas de campaña, mentiroso, con políticas de beneficios para la tía, con compatriotas deportados, con inseguridad latente, ¿con violaciones constantes a la Constitución?
Yendo más allá. ¿Cuál de los dos finalistas está dispuesto a meter preso a todos los corruptos y que haya cero impunidades? ¿Quién se compromete a asignar el 6% del PIB para educación y el 4% para salud? ¿Cuál de los dos se compromete a pagar la deuda del Estado al IESS, deuda que alcanza los USD 24 mil millones? ¿Quién asume públicamente declarar la moratoria de la deuda externa para que esos USD 9 mil millones anuales sirvan para reactivar nuestra economía y atender las áreas sociales del país? ¿Cuál de los dos va a dar nombramiento definitivo a los docentes, respetar la LOEI y aprobar un reglamento que sea respetuoso de derechos y reivindicaciones? Ahí los quiero ver.
7. El Ecuador reclama cambios verdaderos y radicales y eso no se encontrará en los que ya fueron gobierno, a no ser que quieran cambiar su guion, libreto y hoja de ruta gubernamental y ponerse al servicio de los intereses de los trabajadores y pueblos, cosa bien dura y difícil por su naturaleza de clase y por los intereses a quienes responden.
Mientras eso se dilucida, insisto, urge, es imperioso, retomar las conversaciones, despojándose de sectarismo, etnocentrismo, hegemonismos, para avanzar en la construcción de la unidad desde el campo popular y de izquierda. Los actores populares y revolucionarios tienen en su mano la decisión de avanzar en la lucha por conquistar un gobierno del pueblo y para el pueblo o sucumbir ante la escisión del movimiento de izquierda.