Ante la imagen de Ceuta

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Hablan de Dios? Si, existen dioses y diosas, ángeles, y son terrenales. Son la gente que te salva, que te protege, los que te dan alimentación cuando tienes hambre, los que te abrazan cuando has evadido a la muerte, como la joven que consuela al migrante que llegó a Ceuta, que llora en sus brazos aferrándose a la vida. Los que te dan la mano luego de atravesar el mediterráneo, los que te salvan de la esclavitud en Libia, los que te rescatan de entre los escombros en Palestina, los que curan las heridas luego de los bombardeos sionistas. 

Están a los que les arrancaron los ojos, desde Chile pasando por Colombia, Ecuador, México hasta el pueblo Saharahui.

Son los indígenas en Brasil, y en toda América latina, resguardado la tierra, el agua, la vida. Los que te dan esperanza para que vivir valga la pena. 

Los que luchan y no se venden, los que sienten las injusticias como propias y lo asumen, y no callan y actúan. Los que pelean por un mundo distinto donde no haya opresores ni oprimidos. Las inmensas masas de trabajadores de todos los continentes, que se organizan, que llenan las calles como en la India, o como los trabajadores que paralizan la fábrica, que hacen huelga. Como los trabajadores en un puerto italiano que boicotean el cargamento de armas para que Israel no asesine a niños palestinos. 


Ni todos los fundamentos teóricos, políticos pueden explicar lo que ha sido capaz y es capaz el ser humano. Nos queda aprender de la historia, de los hombres y mujeres que se revelaron, nos queda las luchas, los ejemplos de pueblos enteros, las heroicas batallas de los desposeídos en busca de la liberación, las luchas y resistencias que nos dan aliento para seguir buscando esa utopía, sueño, anhelo de una sociedad socialista, común, colectiva, comunitaria, humana…que nos permita vivir como seres humanos parte de una naturaleza maravillosa a la que le debemos tanto.


Vemos un capitalismo en decadencia, obsolescencia, en muerte y pestilencia de lo viejo y atrasado que no quiere morir, que para vivir destruye, consume, expolia, explota todo lo que encuentra.
Y desde abajo miles de seres humanos en lucha y resistencia. Si, la lucha de clases en su  esplendor, motor de la historia.


Inevitablemente llegará el día de los pobres, los oprimidos, los trabajadores en nombre de aquellos que dejaron su vida, que la pusieron al servicio de la liberación de los pueblos.

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