Por Isabel Vargas *
Los barrios de los barrios del sur de Quito, se han reunido para conocer la gravedad de la situación de las familias por la falta de energía eléctrica y ahora por la falta de agua que afectará al bienestar, la salud y la seguridad de los pobladores.
El alcalde Pavel Muñoz, ha dispuesto que se recorte el líquido vital en “los barrios que más consumo demanden”, sin ningún estudio o justificativo para esta medida arbitraria. Hay que tomar en cuenta que, en los alrededores de Solanda, desde hace algunos años se han instalado 10 lavadoras de autos y que en la actualidad se han incrementado en un 1000%, con la consiguiente sobre demanda de consumo de agua, muchas de ellas no están reguladas.
La pregunta es: ¿por qué el líquido vital se restringe para las viviendas y no para las lavadoras irregulares? ¿Qué hay detrás de estos negocios que utilizan el agua ininterrumpidamente? ¿O hay mafias que operan al interior del municipio?
Mientras nos piden conciencia en el uso del agua debido a la escasez de lluvia, el municipio no hace nada por arreglar las fugas de agua potable en toda la ciudad.
Las 11 horas prolongadas sin agua es una violación a los derechos humanos, por eso estaremos vigilantes, pues si la Virgen del Panecillo le da la espalda al sur de Quito, los habitantes no permitirnos que el alcalde también haga lo mismo.
Organizados, unificados, lucharemos por la vida, salud, seguridad y el trabajo
Secretaria Cocepso