Cese del Paro, pero la lucha continúa

Periódico Opción
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Por Remo Cornejo Luque

Marlon Vargas anunció el fin del paro nacional, sin haber destacado en la lucha en territorios y peor sin haberse sentado en la “mesa de diálogo” del gobierno.

En una aparición en medios digitales comunicativos, con un discurso pausado, conciliador y con tufo de desaliento, ordenó el repliegue de las comunidades indígenas como estrategia, -ante las amenazas de Noboa de usar con mayor fiereza la represión militar y policial para desbloquear las carreteras- y planteó algunas demandas al gobierno. Esta actitud ha sido cuestionada por las bases que sí estuvieron un mes en resistencia y, con dignidad, afirman que la lucha continúa y que la dirigencia nacional les queda debiendo en su liderazgo.  

Mas allá de este desenlace, es importante abstraer algunas lecciones. Primero, es indudable que se han escrito nuevas páginas en la lucha de resistencia y contra las políticas antipopulares; se ha desarrollado una lucha sin precedentes en el país en cuanto al tiempo de duración. Han sido 31 días desde que la CONAIE declaró el inicio del Paro, período en el que se han producido cierres de carreteras, movilizaciones en las ciudades, fuertes choques con las fuerzas represivas, asambleas de comunidades, acciones unitarias de fuerzas sociales y políticas, altas expresiones de solidaridad.

El epicentro ha estado en la provincia de Imbabura, pero hubo también expresiones importantes en otras provincias como Carchi, Loja, Chimborazo, Pichincha, Chimborazo, Azuay, Cotopaxi, Guayas, entre otras.

Segundo, es una lucha que inició en oposición a la elevación del precio del diésel y se convirtió en una lucha política. Se puso en cuestionamiento la política antipopular del gobierno.

El carácter autoritario y represivo de Noboa y su gobierno ha quedado totalmente al descubierto. La acción de las FFA y la Policía cobró la vida de tres luchadores populares. Más de 400 personas han sufrido heridas, cerca de dos centenares fueron encarcelados y una cifra similar de dirigentes populares enfrentan procesos judiciales.

Tercero, siendo real que la unidad del pueblo, la combatividad y la razón, la justeza de la lucha y su pliego de peticiones, ha podido más que la represión, no es menos cierto que la unidad debe ampliarse y consolidarse en todas las regiones del país, integrando a más fuerzas sociales y políticas inconformes con las políticas neoliberales, dejando de lado el sectarismo, la hegemonía, la bandera partidista, el celo enfermizo, la zancadilla y avanzar con mayor fuerza y contundencia con el grito y las acciones para frenar el proyecto privatizador de Noboa.

Evidentemente, al cabo de treinta días y con un aparato represivo concentrado en el epicentro de los acontecimientos, las fuerzas no podían mantener los combates en los mismos niveles, con la misma intensidad y combatividad. Los pueblos indígenas no se han rendido, se prepararán nuevas oleadas de protesta y resistencia popular.

Cuarto, no debemos soslayar que con la lucha se logró que la Corte Constitucional declare la inconstitucionalidad de leyes aprobadas por la Asamblea Nacional, como la Ley de Integridad. Se detuvo el proyecto minero de Quinsacocha en una multitudinaria marcha en defensa del agua y de la vida. Esto lo alcanzamos en este período. Esto es una victoria importante que le afecta al proyecto fondomonetarista de Noboa.

Quinto, el gobierno sale debilitado y desgastado, su imagen se afectó, ha perdido respaldo popular. Inició su segundo mandato con un 64 % de aceptación, hoy no llega al 40%. Sectores que tenían expectativa en su gestión van sintiendo frustración, desencanto. Hay mucha gente arrepentida de haber votado por el “Nuevo Ecuador” donde sigue reinando el narcotráfico y el crimen organizado, y no hay fuentes de empleo.

Sexto, la lucha contra la política antipopular del gobierno no ha cesado, esta lucha continúa alrededor de algunas demandas políticas y sociales:

1.- Justicia, memoria y atención integral para las víctimas de la represión, por los tres comuneros asesinados y los 412 heridos en la provincia de Imbabura.

2.- Liberación inmediata de los 12 detenidos de Otavalo y de todos los detenidos en el país.

3.- Realizar asambleas permanentes ante las medidas neoliberales del gobierno impuestas por el FMI. Continuar rechazándolas y combatiéndolas.

4.- Declarar a Imbabura como territorio capital de la resistencia y la dignidad popular.

5.- Exigir las disculpas públicas de Daniel Noboa, Andrés Pavón, Álvaro Castillo y Pablo Jurado, por sus declaraciones que estigmatizan la protesta legítima del movimiento indígena y el pueblo como terrorismo y han promovido el racismo.

6.- Exigir la desmilitarización de los territorios de los pueblos y nacionalidades de todas las provincias, y en particular de Imbabura.

7.- Que se atiendan las reivindicaciones y los pedidos de los pueblos en lucha, que se declare en emergencia a la salud y a la educación. Rechazar cualquier intento de privatización de la seguridad social.

8.- Que se fiscalicen los actos de corrupción del gobierno, por ejemplo, caso PROGEN. De igual manera se esclarezca el bullado caso PORSCHE y se sancione a los responsables intelectuales y materiales de los coches bombas en Guayaquil. 

Y finalmente, la batalla de la Consulta Popular es otro round planteado. Lo que está en juego no es un simple “sí o no”, nos proponen reformar la Constitución para permitir bases militares extranjeras, debilitar la representación popular y convocar una Constituyente sin controles, abriendo la puerta para favorecer las políticas neoliberales que promueven las privatizaciones de las áreas estratégicas de la economía y de las áreas sociales del Estado.

La Constitución, aprobada el 28 de septiembre de 2008, por la voluntad soberana del pueblo ecuatoriano, consagra derechos fundamentales conquistados tras siglos de resistencia de nuestros pueblos y nacionalidades y por la lucha de hombres y mujeres, trabajadores del campo y de la ciudad, maestros, estudiantes, jóvenes, ambientalistas, intelectuales y sociedad en general. 

Esta constitución garantiza derechos fundamentales como:

1.- El derecho a una vida digna y a un ambiente sano (art. 66).

2.- El derecho a la salud y educación pública, de calidad y gratuita (art. 26 y 32).

3.- El derecho a la seguridad social y al trabajo estable y digno (art. 33 y 34).

4.- El reconocimiento del Estado social de derechos, plurinacional. Intercultural y laico (art. 1)

5.-Los 21 derechos colectivos de los pueblos y nacionalidades ancestrales (art. 57).

6.- la protección d ellos derechos de la naturaleza (art. 71, 72 y 73).

7.- La soberanía sobre nuestros recursos naturales (art. 14).

8.- La libertad de pensamiento y expresión (art. 16).

9.- La paz, la seguridad y la democracia como derechos fundamentales (art. 66)

Urge, entonces, levantar una cruzada de UNIDAD para evitar que el monstruo del pasado, el neoliberalismo, ose poner sus garras voraces en desmedro de los intereses de los trabajadores y pueblos del Ecuador.

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No es miedo, es memoria. ‎No es rechazo, es defensa. ‎No es favorecer al pasado, es defensa de derecho y garantías populares.

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¡Por nuestros derechos, por el principio de soberanía y por el debido proceso democrático, este 16 de noviembre VOTA NO en todas las preguntas!

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