Por Ab. Juan Pablo Sansur Ode
Un país saldrá del atolladero, del marasmo y del despeñadero cuando se implementen políticas públicas de largo plazo y gran aliento, cuando cambiemos el modelo político, económico, social e institucional, este modelo neoliberal está agotado, es excluyente y concentrador de la riqueza en pocas manos, cuando cambiemos el chip de que esto no va más, solamente de esta manera podríamos tener esperanza, caso contrario no.
Resulta espeluznante sobre todo la insostenibilidad proveniente en cuanto al tamaño de nuestra deuda con un desbalance entre los flujos de pago y la capacidad del Estado, como de la economía para generar ingresos, en el 2026 destinaremos casi el 11% del PIB al pago de la deuda ominosa la cual no ha servido para enfrentar, ni afrontar, ni la salud, ni la educación, ni el bienestar social, peor la infraestructura, las carreteras descuajeringadas, destartaladas, en soletas, hay una desesperanza total por parte del conglomerado social, con un pueblo sin ilusión, deprimido. ante ello el panorama: deshonroso, afrentoso, retornando con el capítulo de la deuda: destinaremos 15.000 millones de dólares al servicio de la misma, esta cifra es técnicamente incompatible con la estabilidad fiscal, el funcionamiento del Estado y la provisión de servicios públicos esenciales, se destina casi la totalidad de los ingresos permanentes a cubrir obligaciones del servicio de la deuda.
Mientras tanto tenemos un mandatario perdido, dopado, escopolaminado en su burbuja, qué podemos esperar de alguien que nació en cuna de oro, que no conoce las necesidades del pueblo y que no hace el mínimo denuedo, ni esfuerzo para empaparse sobre la realidad en la cual están sumergidos la mayoría de los ecuatorianos que es triste y desoladora, mientras tanto se cumple a rajatabla, a dentelladas y en forma atrabiliaria el recetario del FMI, ya vendrá el desmantelamiento en cuanto al subsidio al gas, cuando un gobierno reconoce un error cambia cuadros, líneas, prioridades, agendas, pero el mandatario hace todo lo contrario: desafía al Ecuador, el cual enardecido saldrá a las calles suscitándose un estallido social, ya nos dirán violentos, cuando la violencia viene del gobierno al no mejorar las condiciones de vida las cuales son precarias e incipientes.
Gobierno indolente, inescrupuloso en cuanto al manejo de los recursos públicos y sobre todo se vislumbra la falta de gestión que se refleja en lo siguiente: pacientes con diabetes denuncian desabastecimiento de insulina y piden garantizar el suministro estable, mientras tanto en el concierto internacional de las naciones The New York Times manifiesta que el Ecuador se convierte en la superautopista global de la cocaína: por su territorio cruza el 70% del tráfico mundial, una cifra que expone la magnitud de la crisis de seguridad que ha golpeado a la región y que ha trastocado por completo el orden interno del país.
Ecuador no puede seguir en esta senda aberrante de profundización de la pobreza, la pobreza crítica se ha profundizado afectando a millones de personas, con 2.7 millones viviendo con menos de 3 dólares diarios, y 2.3 millones con menos de 1.70 diarios. El l incremento del IVA al 15% a golpeado fuertemente a los hogares de bajos ingresos obligándolos a reducir su consumo básico como comprar leche y añadirle agua y la respuesta del gobierno ante la crisis social es apostar por los Tratados de Libre Comercio que exacerban más la riqueza a favor de unos pocos, mientras que la gran mayoría sufre el detrimento y el perjuicio pues los pequeños productores no exportan sino los grandes exportadores, valga la redundancia, la apertura indiscriminada de los mercados acarrean consecuencias como la quiebra de las industrias locales, la pérdida de empleo, la migración, mientras que las grandes economías mundiales subsidian su agricultura, su ganadería como su industria.
