¡Intensificar la lucha contra la política de guerra!

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Por Cipoml – Europa*

“De nuevo soplan vientos de guerra en Europa. Se intensifica la propaganda de guerra. En Ucrania y sus alrededores sigue aumentando la mayor concentración de fuerzas armadas desde la Segunda Guerra Mundial. La situación de aguda tensión podría convertirse en un estallido de guerra que se expandiría en otros países.

Este actual conflicto es interimperialista; este es su carácter fundamental y pone su firma y huella a todos los acontecimientos que a diario ocurren.

En el origen del actual conflicto, avivan las contradicciones interimperialistas entre EEUU y Rusia con China; como la intensificación de la lucha por los mercados y las esferas de influencia económica y política, por el saqueo de los recursos naturales, el control de los recursos energéticos, especialmente el gas, y la exportación de capital, para un nuevo reparto del mundo. Una lucha que se amplificó en medio de crisis económica y la pandemia que ha determinado más división y una grave inestabilidad en las relaciones internacionales.

El conflicto existente no surgió de repente. Ha sido preparado durante décadas de política de guerra, de la expansión de la OTAN y de la UE hacia el este, de sanciones y provocaciones, de cambios de régimen y conflictos locales en Ucrania, de la carrera armamentista y del despliegue de misiles, del nacionalismo agresivo y del entrenamiento de militantes fascistas y la instrumentalización de la crisis de los refugiados.

Los principales defensores y animadores de la guerra son los Estados Unidos. Su estrategia es mantener y reforzar su posición hegemónica en el mundo. Por consiguiente, su política de guerra está dirigida a:

–  Conquistar las regiones y países que antes estaban bajo la influencia rusa e incluirlos en la OTAN;

–  Cercar a Rusia militarmente, debilitarla económicamente para evitar que participe como un actor poderoso en la lucha interimperialista;

–  Aumentar la legitimidad de la OTAN y la cohesión interna del bloque, disciplinando a aliados inciertos como el imperialismo alemán que tiene fuertes relaciones económicas con Rusia y China;

–  Infligir un golpe a las relaciones comerciales y energéticas de los países europeos con Rusia (por ejemplo, con el bloqueo de los gaseoductos North Stream 2), con el fin de debilitar a los Estados y a los monopolios que necesitan modernizar su base industrial;

–  Crear la oportunidad de vender gas, petróleo, armas y aviones de combate a Ucrania y a los países de la UE.

No debemos olvidar que el principal rival del imperialismo estadounidense es el social-imperialismo chino. No pueden contener y enfrentar a China sin el apoyo de su «aliado» imperialista. Así que están buscando crear una atmósfera de guerra fría para reforzar su liderazgo en Europa.

El declive histórico del imperialismo estadounidense, su derrota en Afganistán, la desaceleración de su economía, la alta deuda y la inflación, la pérdida de importancia del dólar, las dramáticas consecuencias de la pandemia, las tensiones raciales y la pérdida de confianza del pueblo en su gobierno son factores que inducen al imperialismo de EE. UU. a concentrarse en la guerra para desviar la atención de sus problemas.

El imperialismo estadounidense está a la ofensiva, pero Rusia no es un «ángel de paz», es una potencia imperialista agresiva también. Las contradicciones capitalistas se están profundizando en Rusia y su camarilla imperialista gobernante busca una salvación en el militarismo. Su interés en Ucrania no es liberar a su pueblo del régimen reaccionario que los gobierna, sino consolidar su posición y salvar su esfera de influencia en la región.

Al mismo tiempo, Rusia está fortaleciendo su relación con China para hacer frente a sus rivales occidentales. Actúan juntos en los ámbitos económico, político, tecnológico y militar. El acuerdo firmado por sus gigantes monopolios para el suministro de petróleo y gas representa una directa advertencia a los países de la UE que dependen en gran medida de los recursos energéticos rusos.

Los Estados Unidos dicen que quieren «trabajar» al unísono con la UE, pero es obvio que hay contradicciones entre los Estados miembros de la UE y los Estados Unidos. La burguesía de diferentes países europeos no quiere ser sacrificada en una guerra EE. UU./OTAN contra Rusia. También está claro que varios gobiernos vasallos UE/OTAN apoyan el plan Biden-Blinken y envían tropas, tanques, aviones de guerra y barcos en la zona alrededor de Rusia.

La UE es parte de la política de guerra

En ese contexto, algunos gobiernos, fuerzas políticas y sociales, presentan a la Unión Europea como una entidad que podría actuar a favor de la «paz en Europa». En realidad, la UE en el campo militar está estrechamente vinculada a la OTAN, se afirma en cada Tratado, como siempre, especialmente desde la Cumbre de Lisboa, en 2011, que decidió desarrollar la política de defensa europea, estrechamente vinculada a la OTAN.

La UE, como construcción imperialista, está participando en esta política de guerra, y muchos Estados, miembros de la UE han enviado fuerzas militares en el despliegue de la OTAN alrededor de Rusia.

También debemos denunciar la creciente militarización del norte de Europa, donde el imperialismo estadounidense está reforzando abiertamente su presencia militar «contra el peligro ruso». El imperialismo estadounidense está reagrupando sus bases militares en Europa desde la época de la Guerra Fría, ahora queriendo colocar bases militares en Dinamarca y Noruega.

Alertamos sobre el peligro de la propagación de ilusiones en la UE y denunciamos todos los intentos de crear una «unión nacional» con la burguesía. No hay confianza en el «pacifismo» imperialista que paraliza a las masas y realmente prepara la guerra. Solo la clase obrera y las masas trabajadoras pueden detener la guerra imperialista, luchando decididamente contra las clases gobernantes.

Nuestras tareas

Nosotros, como partidos y organizaciones marxistas-leninistas de Europa denunciamos el carácter imperialista de la guerra y rechazamos la política belicista de todas las fuerzas imperialistas y capitalistas involucradas.

Llamamos a los trabajadores y a los pueblos a detener la guerra y la peligrosa carrera armamentística, explicando que su principal enemigo está en casa, en sus propios países: ¡es la burguesía!

Para las masas trabajadoras, los jóvenes, las mujeres, la guerra significan cada vez más recortes en el gasto social, una presión más fuerte para aumentar la explotación y reducir los salarios, la destrucción de los derechos de los trabajadores, así como la construcción de Estados policiales y así aumentar la presión para reclutar a jóvenes para los servicios militares.

La lucha por la satisfacer las necesidades de la clase obrera y de las masas populares están estrechamente ligadas a la lucha contra la guerra y el militarismo, por la democracia real, por la paz y por la solidaridad internacional.

Llamamos a la clase obrera de todos los países involucrados en el conflicto a intensificar la unidad de acción contra la burguesía de su propio país que sonaría, chovinista y fascista y la política de odio y división entre proletarios y pueblos oprimidos de diferentes países, desarrollando la solidaridad proletaria y el internacionalismo.

Denunciamos y condenamos las alianzas militares imperialistas, como la OTAN y la UE. Rechacemos la política de guerra en cualquier forma y pretexto, para apoyar «nuestro» imperialismo, o para apoyar a una potencia imperialista contra la otra.

No a los créditos y gastos militares, el dinero debe utilizarse para la salud, educación y transporte público, para un trabajo estable y seguro, para aumentar los salarios y reducir el alto costo de la vida.

Retirada inmediata de las tropas, armas y «asesores» militares enviados a otros países. Abajo los belicistas y sus políticas. Paren las maniobras militares internacionales.

Fuera de alianzas belicistas y antidemocráticas como la OTAN y la UE. No a la expansión de la OTAN sino a su disolución de esta organización terrorista y de guerra; ¡cierre de todas las bases estadounidenses en Europa!

Desarrollemos las protestas y las luchas en los tajos y fábricas, en las asociaciones de masas, en las calles, en todas las partes. Movilicemos a la clase obrera y a las amplias masas en los frentes populares contra los belicistas, condenando el sistema capitalista-imperialista que trae a los trabajadores y a los pueblos sólo la explotación, la pobreza, la enfermedad, la opresión y la guerra.

¡Cada vez es más necesaria una salida revolucionaria de la crisis general del capitalismo!

Febrero 2022

*Declaración de la Reunión Europea de la Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxistas-Leninistas. Partido Comunista de los Trabajadores – Dinamarca. Partido Comunista de los Trabajadores de Francia. Partido Comunista de Albania. Organización para la Construcción del Partido Comunista de los Trabajadores de Alemania. Plataforma Comunista para el Partido Comunista del Proletariado de Italia. Organización Marxista-Leninista Revolución – Noruega. Alianza Revolucionaria del Trabajo de Serbia. Partido Comunista de España (Marxista-Leninista). Partido Laborista (EMEP) – Turquía.

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