La ecología moderna: fundamento de la conservación de la biodiversidad

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Por Oswaldo Báez Tobar                                      

Orígenes de la ecología

La ecología es una ciencia entre vieja y nueva. En varias obras de filósofos y pensadores de la antigüedad ya se esbozaron algunas ideas de carácter ecológico en el tratamiento de las relaciones hombre y naturaleza. Empero, la ecología como ciencia dotada de un cuerpo de conocimientos definidos y una metodología establecida es una ciencia reciente, rica en cambios y de historia agitada, destaca Francisco Di Castri.

De la raíz griega, que significa casa, lugar donde se vive, la palabra ecología fue adoptada por Ernest Haeckel en 1869, quien definió a la ecología como la ciencia que estudia las relaciones entre el organismo y su medio ambiente. Según Haeckel, la ecología debía entenderse como el conjunto de conocimientos referentes a la economía de la naturaleza.

Eugene Odum, prominente ecólogo norteamericano, define a la ecología como el estudio de la estructura y la función de la naturaleza.  Para Ramón Margalef, reconocido ecólogo español, la ecología en sentido estricto es la biología de los ecosistemas, describe la naturaleza en términos de materia, energía y organización.

La evolución histórica de la ecología revela uno de los procesos más apasionantes de la historia de las ciencias. A partir de la formulación de Haeckel se inició la construcción teórica de la ciencia ecológica, la cual tuvo un desenvolvimiento diferente al de otras ciencias naturales, en cuyo desarrollo primó la orientación analítica y cierta forma, también, reduccionista. La ecología, en cambio siguió un camino diferente: es una ciencia de síntesis o ciencia holística ya que busca comprender el sistema en su conjunto, a través de la interrelación de los elementos que forman el todo. En esa tendencia se inscribe la ecología, ciencia de alto valor epistemológico, que propende la síntesis del conocimiento de la naturaleza y del ser humano como parte de ella.

La ecología, inicialmente, fue una ciencia descriptiva de las especies vegetales y animales en su medio natural. El estudio de cada especie en su hábitat natural dio origen a la autoecología. Más tarde se abordó el estudio de las poblaciones y las comunidades, para explicar las interrelaciones entre los organismos de diferentes especies, las cuales forman comunidades biológicas o biocenosis que son el objeto de estudio de la sinecología. Por este medio se llegó a entender el funcionamiento de las comunidades vivientes a través de sus procesos naturales: cadenas alimentarias, pirámides energéticas, dinámicas poblacionales y sus interacciones con el ambiente físico.

Este atractivo enfoque enriqueció el conocimiento de las comunidades vivientes; pero, fue necesario buscar una entidad más abarcadora en los estudios ecológicos: este fue el sistema ecológico o ecosistema.

Conceptualización del ecosistema

El concepto de ecosistema fue propuesto por Tansley y Lindeman quienes tuvieron el acierto de integrar la cadena alimenticia, el flujo de la energía y ciclo de la materia en el estudio de las unidades ecológicas, con lo cual lograron una mejor interpretación de la estructura y el funcionamiento de la naturaleza. Así, el sistema ecológico o ecosistema fue concebido como la unidad natural formada por componentes vivientes: plantas, animales y microorganismos, además de los componentes no vivientes, como el suelo, agua, aire, clima, la luz solar… Los organismos fotosintetizadores como las plantas terrestres y acuáticas, y las algas absorben y transforman la energía luminosa del sol en energía química de las substancias que sintetizan, que son el alimentan los animales, herbívoros, carnívoros y los desintegradores (hongos y bacterias). Los ecosistemas funcionan mediante el flujo de la energía y el ciclo biogeoquímico de la materia.  Un lago, una ciénaga, una isla, un manglar, un área de bosque, son ejemplos de ecosistemas.

Eugene Odum consideró al ecosistema como la unidad funcional básica de la naturaleza porque incluye tanto a los organismos como al ambiente en el que están inmersos, cada uno de los cuales influye en las propiedades del otro, siendo necesarios ambos para la preservación de la vida en la Tierra.  

Víctor Manuel Toledo -ecólogo mexicano contemporáneo- afirma: “El ecosistema constituye una unidad dotada de una estructura, organización y funcionamiento determinado. La ecología a través del ecosistema encuentra la unidad en la compleja diversidad del paisaje, descubre la estructura funcional de la naturaleza, en la cual los flujos de la energía y ciclos de la materia están en equilibrio dinámico. Todo lo cual revela la constitución y funcionamiento de la ‘maquinaria’ mediante la cual se renueva la biosfera”. En el ámbito académico se considera al ecosistema como el constructo intelectual más adecuado como unidad de estudio de la ecología, precisa el ecólogo ecuatoriano Fausto Sarmiento.

Nueva perspectiva de estudio

De la preocupación mundial por los problemas ecológicos surgió una importante corriente que se plasmó en el Programa el Hombre y la Biosfera liderado por la UNESCO, cuyo propósito fue estudiar las repercusiones de la actividad humana en el ecosistema global de la Tierra, con lo cual se integró al ser humano dentro de la biosfera; ahora se la concibe como la ecosfera, porque incluye  las interacciones ecológicas a escala mundial, lo que es altamente explicativo y permite demostrar en forma científica cómo  funciona   la naturaleza  con la presencia  humana.

En este marco conceptual surgió la ecología de paisajes: ciencia que estudia el ecosistema humano total, incluyendo los espacios naturales y construidos, pues, considera al ser humano parte de la organización ecológica de los paisajes. El paisaje comprende todos los atributos naturales y humanos que caracterizan la superficie de la tierra en una escala de 10 a 100 Km., y que incluye elementos a escala espacial y temporal de composición y dinámica entre los ecosistemas que abarca. Es una entidad dinámica que resulta de la continua interacción entre las sociedades humanas organizadas y estado actual del marco físico-biológico. Cfr. Sarmiento.

Ecología moderna: ciencia de síntesis y fundamento de la conservación

La ecología es la ciencia de síntesis por excelencia, ciencia de la naturaleza y de la humanidad, que en años recientes ha generado cambios substanciales en el abordaje de las ciencias naturales y también de las ciencias sociales. En efecto, la aprehensión global de la naturaleza, el medio ambiente y el ser humano, demandó una mayor cohesión de las ciencias naturales con las ciencias sociales y a la vez la reformulación teórica de importantes ámbitos de la economía política, sociología, antropología y el derecho; con  lo cual se remozó el pensamiento contemporáneo y se logró una nueva concepción  del mundo que permitió superar el viejo antropocentrismo, tan erróneo como nocivo  porque es responsable de la ecocrisis global que vive la humanidad.

La ecología moderna integra un conjunto muy amplio de conocimientos científicos que permiten explicar la interrelación de las sociedades humanas con la naturaleza y ayuda a reconocer sus valores en su real dimensión. La ciencia ecológica establece las bases científicas para la formulación de políticas de conservación, ordenamiento territorial y aprovechamiento racional y sustentable de la diversidad biológica; incluye los conceptos y principios generales que rigen el funcionamiento de la naturaleza, como la interacción, interdependencia, complejidad, limitación de los recursos que no deben ser desperdiciados, en expresión del ecólogo G. Tyler Miller.

Bibliografía

Di Castri, F., 1981. La ecología moderna: génesis de una ciencia del hombre y de la naturaleza. En El Correo de la Unesco.

Margalef, R., 1983. Ecología (3ra. ed.) Barcelona, Editorial Planeta.

Miller, G. Tyler, 1994. Ecología y Medio Ambiente. México, Grupo Editorial Iberoamérica, S. A. de C. V.

Odum, E., 1969. Ecología (2da.ed.) México, Editorial Interamericana.

Sarmiento, F., 2001. Diccionario de ecología: paisajes, conservación y desarrollo sustentable para América Latina. Quito, Abya Yala, Cepeige.

Toledo, V. M., 2015. Ecología y autosuficiencia alimentaria. (2ª. ed.) México, siglo XXI Editores.

Quito, agosto 2023.

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