Por Eco. Marco Flores
1. Los gobiernos se endeudan para realizar inversiones productivas, pero el Ecuador desde hace 8 años se endeuda para pagar deuda previa y gasto corriente.
2. El nuevo endeudamiento supera los pagos realizados, incrementando el saldo neto de la deuda pública y otros pasivos por pagar en más del 100%, a 90.000 millones de dólares.
3. Como el PIB y la correspondiente recaudación tributaria no crecieron más rápido que el costo del endeudamiento el gobierno incrementó impuestos, destruyó la inversión del Gobierno Central, desaceleró el gasto público y eliminó subsidios en medio de una economía largamente estancada y desempleada, produciendo mayor estancamiento y pobreza.
4. Es lo que ocurre desde el año 2017 en que la tasa promedio anual de la población creció 3 veces más rápido que la del crecimiento económico (PIB), sin que tampoco se haya hecho nada para al menos mejorar la eficacia y eficiencia del Gobierno Central. Esa diferencia es más pobreza, exclusión y migración, desempleo y subempleo, violencia e inseguridad.
5. Como consecuencia, luego de 8 años consecutivos de la misma receta económica no se ha solucionado en nada la insostenibilidad fiscal y es evidente que se ha agravado, junto con la crisis social, económica y de seguridad existente.
6. De este modo una deuda persistentemente alta como la de Ecuador, unida al estancamiento de la economía se convierte en un crítico obstáculo para el progreso del país y de la gente.
7. La mayor y principal batalla del gobierno ya no es política ni electoral, sigue siendo con la economía, y no la va a ganar ni la puede ganar si continúa haciendo lo mismo.
8. Pero hacer lo mismo significaría que también perdería las batallas que hasta ahora ha ganado, pero esta vez con ruptura de la paz social, indignación y reacción popular. 9. Si luego de 8 años no se arregló nada y empeoró todo es porque la receta es un desastre