Lucha social: el cambio de forma

Periódico Opción
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Por Jaime Chuchuca Serrano

Probablemente si continuaba el Paro Nacional con las tácticas de bloqueos viales la CONAIE y las fuerzas sociales podían desgastar aún más al gobierno de Noboa, pero el costo social y económico era altísimo. El desborde militar noboísta podía continuar con más derramamiento de sangre. El llamado “cese” del Paro de la CONAIE y otras fuerzas (sin unidad orgánica) es un cambio de forma de la lucha social, al terreno político del voto NO en la Consulta Popular por la Constituyente. De este modo, se abren nuevos escenarios políticos. Continúan las movilizaciones rurales y urbanas, las Asambleas y reuniones ciudadanas en los territorios: una forma de cohesión del movimiento social con sus bases.

Ante el cambio de estrategia, el gobierno de Noboa se ha llamado a sí mismo ganador frente a las movilizaciones; aunque ha dispuesto 8 tipos de bonos después de la subida del Diésel, los que suman alrededor de 662,4 millones. ANTEP, sindicato petrolero, ha estudiado que el Estado gastó 113 millones en el subsidio al diésel en 2024, una cifra por debajo de los nuevos bonos. Por lo que se ve, el gobierno continuará con la persecución a dirigentes, manifestantes y a la oposición política; así como prolongará los shows mediáticos para distraer la atención pública, y no asumir las culpas por la pobreza generada, la corrupción, los homicidios, la inseguridad y el derroche.

La oligarquía noboísta no pretende ningún diálogo, sino someter al Estado y a la población bajo sus intereses de clase. La Asamblea Constituyente que quiere el noboísmo es para consolidar su poder en todas las instituciones del Estado y en la sociedad civil. Hasta algunos capitalistas que mantienen competencia con las corporaciones de los Noboa se pueden ver desplazados. En el terreno electoral, el gobierno ha multiplicado sus gastos, y como en las anteriores elecciones, tiene el CNE y al TCE de su parte. El manejo institucional, mediático y coactivo gubernamental se desplegará al mismo tiempo que los bonos y la compra de conciencias. La confrontación entre el oficialismo y la oposición no se resolverá en las elecciones del 16 de noviembre, y todo apunta a que continuará la lucha política por otros medios; las movilizaciones y paralizaciones podrían retornar.

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