Noboísmo y Correísmo

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Por Jaime Chuchuca Serrano

Las elecciones presidenciales del 2021, se enmarcaban en la crisis pandémica y el Levantamiento Indígena Popular de 2019, el desastroso gobierno de Moreno y su fraccionamiento del correísmo. Las elecciones presidenciales de este 20 de agosto, se encuadraron en la inseguridad provocada por la guerra de las mafias; el Levantamiento Indígena Popular de 2022, para estas elecciones, pasó desapercibido; las tácticas de golpear a los dirigentes indígenas y populares (Iza, Pérez), fraccionar organizaciones, cooptar y comprar consciencias, minimizaron completamente su participación. De otro lado, el funesto gobierno de Lasso fue la mejor campaña para el correísmo (Luisa González, 33,62%); las estructuras oligárquicas y comunicativas, con sus patrones históricos, fortalecieron las candidaturas de Noboa (23,42%), Topic (14,66%), Sonnenholzner (7,06%); el discurso anticorrupción y antimafia elevó la candidatura de Villavicencio, tras su cruel asesinato, se alteró el tablero electoral, y el voto rechazo fue a Zurita (16,44%). Se derechizó el ambiente electoral.

Las largas cadenas oligárquicas de la familia Noboa, se extienden a la concentración de la tierra antes de la República; formaron gobierno con Juan José Flores; Diego Noboa y Arteta, fue parte de un gobierno provisional y el séptimo presidente; la agroexportación del siglo XIX y XX, convirtió a los Noboa en ricos propietarios. Luis Noboa Naranjo y Álvaro Noboa Pontón, con las bananeras, fueron los hombres más ricos del país. Alvarito, fue cinco veces candidato presidencial, del bucaramismo del PRE, pasó a su propia tienda política; en los noventa y dos mil, tuvo significativas bancadas legislativas. Ahora, Daniel Noboa participa con organizaciones que resultaron de la división correísta, PID 4 y Mover 35, pertenecientes a la familia Moreno, y ADN, que vino de miembros del PRE. La mayoría de la derecha respaldará a Noboa.

El correísmo en casi dos décadas de historia, con Rafael Correa al mando, ha reciclado personajes de la misma partidocracia que cuestionó: PRE, PSC, élites con poder político, económico y comunicativo; algunos liberales, conservadores, ex socialistas, ex comunistas, ex PK, con lo que se ha consolidado el ecléctico correísmo. Antiguas familias oligárquicas han trabajado con el correísmo: Lasso, Noboa. Los períodos presidenciales correístas, modernizaron parte de la estructura estatal, lo cual conllevó luchas con otras élites. Correa reveló que Daniel Noboa le pidió ser candidato por su organización en varias ocasiones. En 2023, como en 2006, el correísmo y noboísmo se enfrentan en segunda vuelta para consolidarse en el Estado y la sociedad.

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