Otro golpe en Bolivia

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Por Jaime Chuchuca Serrano

Las tensiones políticas de Bolivia tuvieron un terremoto: el golpe de Estado frustrado del 26 de junio contra el presidente Luis Arce. El golpe anterior, contra Evo Morales, en 2019, tuvo como cabezas visibles a Luis Camacho y Jeanine Áñez, y su motor fueron las fuerzas armadas. Ahora, el golpe contra Arce, reúne a militares gorilas que quedaron dentro del Estado y apoyaron la anterior desestabilización contra Morales. El general Juan José Zúñiga y el vicealmirante Juan Arnez Salvador, intentaban liberar a los golpistas presos, deponer a Arce e impedir que Evo Morales sea candidato, nuevamente, en las próximas elecciones presidenciales. La foto de Arce, encarando a Zúñiga en el Palacio Quemado, resume la crisis permanente entre el poder civil y el poder militar en Bolivia.

La división del MAS, la contienda entre Arce y Morales, han causado un enfrentamiento frecuente entre el legislativo y el ejecutivo, permitiendo reconstituirse a la oposición de derechas. Estas fuerzas, han censurado las políticas del gobierno y han tratado de deslegitimar su dirección. No obstante, Evo fue uno de los primeros en respaldar a Arce el día del golpe. Además, de esta problemática, no hay como olvidar en las tensiones, la presencia de EEUU y las transnacionales que impulsan a la derecha. Para los yanquis, son un objetivo, los campos de litio y otros minerales del suelo boliviano, mucho más, sobre todo ahora que EEUU ha entrado en un nuevo auge industrial y tecnológico. La hipótesis del autogolpe, impulsada por la oposición, es poco creíble. Más de 17 personas relacionadas al ataque militar han sido apresadas.

La estabilidad económica boliviana, de casi dos décadas, es envidiada por otros países de la región. En Bolivia no primó el modelo neoliberal (salvo el período de Áñez), sino más bien uno de carácter nacionalista y popular; y al presidente Arce, se le reconoce como uno de los coautores. La disminución de dólares, la inflación y la carestía tienen una respuesta regional, además de la crisis postpandémica. A los acreedores les disgusta que hayan disminuido las reservas internacionales que garantizan el pago de la deuda. En varios niveles, muchos problemas económicos son inducidos por la injerencia extranjera, así como el despliegue de la propaganda mediática en contra el modelo masista. Al momento, el gobierno constitucional de Arce se mantiene por el apoyo popular y el fracaso de la cúpula militarista.

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