Por Jaime Chuchuca Serrano
El estallido de la especulación, de la impresión excesiva de dólares sin respaldo en EEUU, que se decuplicó en pandemia, y otro tanto con la Guerra Rusia-Ucrania, supuso primero el incremento del precio del barril de petróleo, y ahora su notable disminución. La estrategia de Rusia y China, de vender y comprar los hidrocarburos en su propia moneda, está siendo seguida por otros países, lo que representa uno de los peores golpes para EEUU y Europa, a pesar de su bloqueo sobre Rusia. Estos conflictos son la base de la inflación mundial y el incremento de las tasas de interés. La quiebra del Silicon Valley Bank y del Signature Bank, genera en cascada la reducción de los valores de otros bancos y de las bolsas de Norteamérica. Aunque Biden declaró que tiene respaldo para el sistema financiero, eso no ha significado la disminución del retiro de los dólares.
Como un mismo cuerpo, al siguiente día de la quiebra del Silicon Valley Bank, el sistema bancario de Europa respondió inmediatamente: cayeron la mayoría de bolsas, las acciones de los bancos decrecieron entre el -8% y -30%. El Credit Suisse Bank, denominado de “importancia sistémica”, disminuyó -30% y recibió el salvataje del Banco Nacional Suizo, por 51 mil millones de Euros, recuperándose al 31%; al siguiente día cayó nuevamente -11%. Cristine Lagarde, presidenta del Banco Central de Europa, demagógicamente ha dicho que tiene dinero para salvar a todos los bancos europeos, pero seguida de una nueva subida de tasas de interés (del 0,5% al 3,5%). Lagarde también impulsa la subida de años para la jubilación “porque la gente vive mucho”, cosa que ya se ve en la reforma de Macron y en las protestas de Francia.
América Latina no tardará en sufrir los estragos de esta crisis internacional. La disminución del barril golpeará a los países petroleros y a sus presupuestos. Las acciones del Banco Santander disminuyeron -8%, el cual tiene capital Latinoamericano. El decrecimiento de las acciones de los bancos europeos, supone también la disminución de intereses de las Reservas Monetarias Internacionales que tiene los gobiernos latinoamericanos en sus bancos. Para el caso ecuatoriano, 9.500 millones de dólares en Ginebra, que por ley solo sirven para el presupuesto del sistema financiero privado. Igualmente, caerá el volumen del comercio internacional y las remesas de los migrantes.