¿Quién mato a mi padre?

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Lourdes Endara

Entrevista a la cineasta ecuatoriana Lourdes Endara

Por Nelson Rueda

¿Quién mató a mi padre?, es una  película de suspenso que intenta esclarecer las causas de la muerte del joven Ramiro Endara,  estudiante de la Facultad de Filosofía de la Universidad Central que fue dirigente de Unión Revolucionaria de Juventudes del Ecuador URJE, hecho sucedido en diciembre de 1962.

 La historia está construida en base a una pormenorizada investigación de los hechos que envolvieron tal crimen realizada  por la hija de la víctima, la cineasta Lourdes Endara.

¿Se suicidó el joven dirigente de URJE, Ramiro Endara, quien amaba la vida, bregaba por hacer realidad sus sueños de cambio? ¿De un joven dirigente firmemente convencido de sus ideales? ¿Cómo se produjo aquella muerte misteriosa  aquel 22 de diciembre en que el joven dirigente se trasladó a Sangolquí  a entregar juguetes para los niños pobres por las navidades?

Lourdes Endara, cuando alcanza los  25 años de edad ya siendo cineasta, tomó la decisión de investigar las causas de aquella dolorosa muerte para esos resultados plasmarlos en una película, en la cual han tenido participación un grupo de jóvenes cineastas, quienes le han prestado gran interés por el guion la película, que enfrenta un tenaz desafío ante una juventud que no conoce la historia y esta incidida por la deformación de hechos históricos publicitados a fines del siglo XX como la Caída del Muro de Berlín, está sujeta a la ofensiva ideológica del posmodernismo.

Remontarse a la década de los años setenta atraerá con seguridad la atención de los públicos jóvenes del país debido a la trama, a los personajes, al suspenso con la que  hoy  la destacada cineasta, rescata la figura idealista del joven revolucionario de la URJE de los años 70.

N R ¿Cuáles fueron las motivaciones para que, 50 años después, usted y su hija se propongan desarrollar una investigación y la producción del documental  ¿Quién mató a mi padre? 

La motivación principal fue que a lo largo de mi vida yo empecé a notar que no había claridad acerca de las circunstancias reales de la muerte de mi padre. Si bien en esa ocasión dijeron que murió por el disparo de un arma de fuego. Nunca nos pudieron aclarar, por qué, quién, cómo, cuándo le disparó. Y poco a poco se fueron diciendo algunas cosas que eran contradictorias.

Cuando tuve 25 años me decidí a investigar y a reunirme con algunos de los amigos de mi padre que habían estado en el momento de los acontecimientos y cada uno me dio una versión distinta. Entonces, en ese instante, sentí que algo se ocultaba. Esa duda me acompañó toda mi vida, pero me permitió tener conocimiento acerca de lo que ocurrió en el país de esos años de la muerte de mi padre. Comprendí mejor lo que él era, lo que él hacía, lo que él soñaba, sus ideales.

Y en un momento dado cuando estábamos discutiendo con mi hija la estructura de un guion para una película de ficción que se inspiraba en estos hechos, pero que era algo mucho más apartado de la realidad, decidimos empezar más bien, por un documental en el cual se explorarían esas circunstancias para entonces llegar a la verdad de la muerte de mi padre.

Legar a la verdad era lo fundamental;  no con un afán de venganza o de sanción penal. Pero si por conocer ¿Por qué ocurrió que un estudiante universitario, soñador, idealista, un joven revolucionario, murió en unas circunstancias tan absurdas y su vida se truncó? Y creo que la historia de mi padre refleja también la historia de muchos jóvenes latinoamericanos que, en esos mismos años, e inclusive ahora, han perdido la vida en circunstancias no esclarecidas que fueron atribuidas al crimen de Estado.

 Lourdes, tu experiencia de vida es particular ¿cómo creciste y viviste en ausencia de la imagen de tu padre?  

Gracias a mi madre, a mis familiares, me fui formando una imagen muy hermosa de mi padre, básicamente quienes lo conocieron decían que era un joven luchador, idealista, que quería un cambio social y que quería luchar por los demás. Y eso me acompañó a lo largo de la vida y me condujo a lo que yo hice. Yo estudié e hice tanto teatro como cine. Creo que fue una búsqueda para  entender al ser humano a través de estas profesiones; y luego, al final, esto se plasmó en acciones.

Mi familia logró tener, crear un espacio familiar muy cálido, muy alegre, donde a nosotros nadie nos hacía mención como una tragedia la muerte de mi padre. Algo así como, tu padre murió por sus ideales, él está en el cielo viéndolos crecer y está feliz de verlos. Tuvimos un ambiente muy sano para crecer, un ambiente muy feliz. Tanto mis hermanos como yo tenemos una imagen muy bella de mi padre, pero también una juventud muy bonita, muy hermosa, sobre todo, gracias a que mis abuelos asumieron nuestra crianza, nos protegieron, nos dieron educación, comida, vivienda, todo. Porque mi madre era muy jovencita cuando se lo mataron.

Momentos del rodaje de ¿Quién mató a mi padre? en los predios de la Universidad Central

¿Desde qué perspectivas haces tu  trabajo?

El cine se fue convirtiendo en mí como una oportunidad para ir indagando sobre estos hechos y me marca, aunque no haya sido en un sentido trágico. Pero la muerte – y la muerte de mi padre – es algo que a mi si me ha marcado. Y todas las películas que yo he realizado tienen que ver con el mismo tema, desde distintas perspectivas, pero acerca de la muerte.

Tienes una trayectoria larga ¿cuántas  producciones cinematográficas has dirigido?

Bueno, la primera fue siendo jovencita. Tenía diecisiete años. Se llamó: Un ataúd abandonado. Es una película del director Edgar Cevallos, uno de los pioneros del cine ecuatoriano moderno.  En esa película se habla de la muerte de un padre que se ha portado muy mal con todo el mundo. Al final, su temor es que nadie vaya a su entierro, esa es su angustia, pese a haber tenido muchas mujeres, tener una muerte a solas, de allí el nombre de la película.

Luego hice varias cosas, mi primer largo metraje de ficción que produje se  llamó Sensaciones, de Juan Esteban y Viviana Cordero. En esa película se explora igual, cómo la crisis existencial de los jóvenes conduce a tener insuficiencias buscando la libertad, buscando disfrutar de las sensaciones.

Luego, años después. (Solo estoy contando algunas cosas), produje una película de Carlos Larrea que es una película de bajo presupuesto. Una película, más de festivales, que se llama El último en morir y tiene que ver mucho con Sensaciones Que es cómo los jóvenes que no encuentran sentido a su existencia, porque consideran que la sociedad no les ofrece nada y que ellos tampoco pueden obtener nada de la sociedad, en un juego infantil terrible, empiezan a suicidarse, uno a uno. Entonces yo siempre he ahondado en esta temática. Siempre he pensado, pienso, en encontrar en mí misma el sentido de la muerte. Y eso es lo que hago en cine. Ahora, con motivo de ¿Quién Mató a Mi Padre? creo que estoy llegando al capítulo final de esta etapa de mi producción. Ojalá las próximas películas puedan abordar temas más simpáticos.

¿Por qué piensas  que la muerte de tu padre podría ser un crimen de Estado?

Bueno, alguien me dijo que es necesario, para  entender un crimen entender el contexto,  ¿con quiénes estaba?, ¿qué hacía la víctima? Eso es como una sentencia de la medicina forense. Entonces abordamos, en primer lugar, por ese lado: ¿Qué ocurría en el país? Y era justamente un momento de efervescencia del sentimiento juvenil rebelde inspirado en el triunfo de la Revolución Cubana del año 59 que da lugar a que se conforme URJE, esta alianza, esta unidad de jóvenes de distintas tendencias políticas pero que todos tenían en común una búsqueda del cambio social. Una conformación radical. Mi padre militó en URJE, ese movimiento no tenía un programa muy definido de lo que nosotros hemos podido investigar. Justamente porque era una coalición de distintos sectores juveniles. Lo que tenían en común era su afán de cambios, de transformación social. Había muchísima confrontación con sectores de derecha especialmente dentro de las aulas universitarias con los arnistas. ARNE era un grupo de la derecha que preconizaba el exterminio del comunismo; que tenía terror de que el comunismo fuera a instaurarse en algún país de América Latina.

Hubo varios enfrentamientos, algunos de ellos a bala como hemos podido constatar en las mismas notas de prensa. Aparte de eso, también por ese sentimiento de despertar en América Latina, la CIA tenía aquí un papel muy claro. Ellos estaban infiltrados. URJE estaba infiltrada. Los distintos partidos de izquierda estaban infiltrados y los agentes de la CIA actuaban a vista y paciencia del Estado pese a que, en ese momento, Carlos Julio Arosemena que había llegado a ser presidente de la República, luego de un intento de Golpe de Estado de Velasco Ibarra, contaba con el respaldo popular, con el respaldo de URJE y de ciertos partidos de izquierda.

Dicen que Carlos Julio Arosemena gobernaba…dicen…yo sé que en muchos casos desagrada…gobernaba con la mitad de la derecha y que la otra mitad era URJE. Pero había cierta afinidad ideológica entre los movimientos de izquierda y los urjistas.

A partir de que un grupo de jóvenes es detenido en Toachi empezando un entrenamiento militar para construir una guerrilla, se desencadena una presión muy fuerte contra Carlos Julio que lo obliga a romper relaciones con el bloque soviético y con Cuba. Por supuesto, se desencadena, yo diría, una confrontación violenta entre derecha e izquierda especialmente en el campo de la Universidad Central y también en la Universidad de Guayaquil.

Llegamos a diciembre de 1962, URJE gana las elecciones de la FEUE, en todas las facultades los arnistas (ARNE era una organización de derecha) impugnan y logran que se anulen los resultados en las Facultades de Filosofía, Medicina y Jurisprudencia. Hay ciertas crónicas, en libros y periódicos en los que se dice que esas noches cuando los chicos salían de acá de la Universidad, los arnistas los esperaban y les daban, les caían a palazos. Tenemos testimonios que muchos chicos de URJE murieron, aunque nunca fueron registradas esas muertes.

El 22 de diciembre mi padre va llevando algunos juguetes para los niños pobres en la comunidad de Sangolquí. Y es en ese momento cuando se produce su muerte sin que nadie pueda dar razón si él disparó. Si le dispararon. Si fue un disparo accidental o si fue un disparo a propósito.

La investigación en la película conduce a todas estas pistas hasta un momento en que se van atando ciertos cabos y se puede presumir, entonces, ¿quién era?, ¿qué hacía?, como una hipótesis se establece que mi padre fue disparado por alguien, por las condiciones encontradas, sea que mi padre estaba sentado o estaba arrodillado, las evidencias dan para  pensar que fue ajusticiado.

La película entonces la hemos ido construyendo como una película de suspenso para que el espectador pueda sentir y vibrar con lo que yo voy descubriendo a medida que investigo. Y las pistas que encuentro y las cosas que la gente me dice. Y es por eso creemos que es una película que puede acercarse mucho al espectador.

¿Cuánto tiempo más les llevara terminar la producción de la película?

Nosotros tenemos previsto un pre-estreno para el último semestre del 2019. Ese pre-estreno lo queremos hacer en el Teatro Universitario, porque este es un lugar simbólico de la vida de mi padre y del movimiento juvenil universitario de la época y creemos que es un espacio para reivindicar también lo que fueron los jóvenes universitarios de izquierda de esos años, que ese espíritu no se ha perdido totalmente, por suerte, y creemos  ahí debemos presentar la obra, lograr llenar el Teatro Universitario con los jóvenes universitarios de Quito al menos y luego haremos un recorrido por festivales hasta un estreno comercial en el 2020. Y ojalá la gente se acerque a ver esta propuesta de comprender la historia y como está incide en nosotros como seres humanos. Esto es lo que buscamos con esta película.

Un último mensaje para los lectores de nuestra Revista.

Creo que esta película está dedicada especialmente a los jóvenes. Me es muy difícil hablar de ello porque yo sueño con mi padre caminando por estos pasillos en esta misma Facultad, lleno de ilusión, de alegría, compartiendo con sus compañeros, con sus amigos, imaginándose un mundo nuevo. Y esto es lo que nosotros queremos que los chicos vean ahora. Darles ese mensaje de esperanza, de eso que es la necesidad de cambio al que todos damos un grano de arena.

Los años setenta fueron los años de la juventud, ellos transformaron el mundo en esa época.  Nosotros heredamos muchísimo de lo que lograron, aunque no alcanzaron todo lo que soñaron, gracias a lo que lograron  estamos aquí hablando.  

Nuestra película trata interpelar a la sociedad en torno de una época de esperanza, de ilusión, de cambio, de transformación, que es posible reconstruir y hacerlo también ahora.  Y que ojalá los jóvenes puedan sentir y el vibrar de las personas que participado en la elaboración de esta película, de los que nos han dado su testimonio que nos contaron como era su vida en esos momento y que los jóvenes puedan sentir esa preocupación por el otro, que encuentren un referente nuevo, distinto, una historia maravillosa que contar, y parte de esas historias maravillosas es lo que hicieron los jóvenes de los años 70 en Ecuador.

¿Quién mató a mi padre? tiene como telón de fondo: Mayo del 68, la Proclama de Córdova, los Jóvenes de Tlatelolco, la Revolución Cubana, la insurgencia y la movilidad de esos jóvenes que quisieron Asaltar el Cielo y construir una sociedad de equidad, de justicia, de bienestar para todos. Éxitos Lourdes en el trabajo y hasta una próxima.

 Gracias. Me ha hecho emocionar mucho.

Desde la Revista Rupturas queremos desearl el mejor de los éxitos, que esta obra artística contribuya para recuperar el optimismo; que lamentablemente durante la nefasta década pasada, todos esos imaginarios de justicia, de igualdad, de unidad, de solidaridad, de lucha, de reivindicación, del anhelo de sociedad nueva, de una propuesta de emancipación.

Editado por R/V Opción

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