Redacción Opción
La Unión Nacional de Educadores, filial de Pichincha, manifestó en un comunicado su condena y repudio a la violencia sexual que habrían sufrido 21 niños/as en una institución educativa, al norte de Quito. (Caso denunciado por madres y padres de familia, este miércoles 26 de abril)
Asimismo, señalan que la UNE-P “condena al acoso laboral y violencia sexual, por parte de un funcionario distrital a una trabajadora del Ministerio de Educación, con una discapacidad psicosocial del 45% que labora en el Distrito Educativo 17D7 Quitumbe, en la ciudad de Quito” y denuncian que el Mineduc lejos de presentar la denuncia en Fiscalía en contra del agresor y de brindar protección a la funcionaria agredida, procedió a iniciar un sumario administrativo.
Condenan el abuso de una profesora contra 28 niños/as, entre el 2018 y 2020, a quienes se les tapaba la boca con masking, les amarraba de pies y manos por horas, o hacía uso de una mamadera donde ponía leche con ají que debían tomar si querían ir al baño, golpeaba y denigraba a sus estudiantes. El Distrito educativo no sancionó a la docente, las autoridades de turno callaron y quienes denunciaron reciben amenazas.
Insisten en el pedido de justicia para Johanna, (estudiante del Colegio Mejía) quien se quitó la vida días atrás debido al bullying de la que era víctima y exigen que este hecho no puede quedar en el abandono, ni en trámites burocráticos, es necesario acelerar las investigaciones del caso, para que su familia pueda tener reparación integral. De igual forma, demandan avanzar en los debidos procesos de investigación, acompañamiento y protección, a los docentes agredidos en varios planteles.
Manifiestan la preocupación por la incapacidad del Ministerio de Educación y del Gobierno, por garantizar vidas libres de violencia a todos los actores educativos. Frente a lo cual exigimos políticas públicas orientadas a la solución de problemas, enfocados en la sanción, pero fundamentalmente en la prevención, y esto pasa por inversión en lo social, salud, educación, trabajo.
La UNE-P afirma que los diferentes tipos de violencia que se vive al interior de varias instituciones educativas, es un reflejo y efecto de lo que se vive en la sociedad ecuatoriana, marcada por un alto nivel de violencia e indefensión. Johana, Mercedes, los 28, 21, niño/as, son víctimas del sistema, de la violencia instaurada por la inoperancia del Estado, del quemeimportismo de autoridades gubernamentales. Expresan su solidaridad y apoyo a todas las familias afectadas y ratifican su aporte para convertir a las instituciones educativas en espacios seguros, en espacios de paz y bienestar, ingredientes que también forman parte de la calidad educativa y convocan a la sociedad en su conjunto, a involucrarse en el debate, pero sobre todo en acciones que permitan promover una cultura de respeto, y tolerancia. No podemos y no debemos justificar ningún tipo de violencia fuera o dentro de los espacios educativos, venga de donde venga.