Por Mariano Santos N.
Este 5 de julio, Guillermo Lasso realizó cambios en algunas carteras de Estado, siendo uno de ellos el del ministerio de economía y finanzas. El ministro saliente, Simón Cueva, fue el residente representante del FMI en Bolivia, entre 1999 y 2003, en su gestión, el FMI, por iniciativa de Cueva, casi que exigió (entre otras medidas) al presidente boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada, uno de los más ricos y propietario del mayor grupo minero de Bolivia, el poner un impuesto del 12,5%a los salarios, llamado IMPUESTAZO, el 11 de febrero de 2003 medida con la cual se buscaba disminuir el déficit fiscal y conseguir recursos para poner en marcha su divulgado programa de “Obras con Empleos”. Eso generó una gran revuelta popular, con cientos de heridos, decenas de muertos, centenares de detenidos, incendios y saqueos, que concluyó, pese al firme apoyo de Washington y de la Unión Europea.
Con la caída del presidente Sánchez, quien presentó la a su cargo, huyó del país hacia Miami el 17 de octubre del año 2003 con un par de ministros, el de Sanidad y el de Defensa, quienes habían dirigido las acciones represivas de las fuerzas militares.
¿Algún parecido con el paro indígena popular ecuatoriano de junio de 2022?
Con los acontecimientos de junio, alguien de su entorno, preocupado por el futuro del gobierno, le mostró a Lasso los videos de la revuelta y la precipitada fuga del mandatario boliviano, por lo que el banquero se asustó y ordenó inmediatamente la salida de Cueva, por lo que ahora habla de la unidad y se ha olvidado por el momento de atacar a sus adversarios, ya no tilda de vándalos, ni de golpistas a los movilizados, habla ahora de una reconciliación.
Cueva es el autor intelectual de la delincuencial ley de la reforma tributaria, aquella que pasó por el ministerio de la ley, que permite a narcos, grandes ladrones del País, a los grandes evasores, legalizar sus bienes que tienen en paraísos fiscales y repatriarlos. Es el mismo que recortó más de $200 millones a la educación para el presente año, el mismo que, en contubernio con la ministra de salud, tuvo a hospitales públicos y del IESS en cuarentena económica, con pacientes fallecidos por falta de medicamentos, el mismo que, en contubernio con la de educación, no dio fondos para la reparación de la infraestructura de numerosos escuelas y colegios, que estaban (algunos todavía están) en condiciones calamitosas, al igual que la de algunos hospitales públicos.
El mismo que no sabía hacer cuentas, pues decía que la equiparación salarial del magisterio le costaba al País más de $2.000 millones anuales, pero que luego comenzó a hacer «rebajas» hasta llegar a los $496 millones de la actualidad, pero que igual, «tienes razón, pero vas preso», pues hasta la presente y pese al pronunciamiento de la Corte Constitucional, no se publica en el registro oficial, por ende, no se efectiviza.
¿Qué hacen Cueva y Lasso con los casi $3.000 millones de excedentes de la recaudación tributaria y de los precios del petróleo?, ¿por qué no pagan la deuda interna?, del IESS, ¿de los organismos seccionales? La salida de Cueva es evidentemente uno de los logros del paro nacional, de uno de los elementos más nocivos, un duro golpe al FMI y al propio Lasso, que ahora está a la defensiva, contra las cuerdas. Como fruto del paro, Lasso ha dado marcha atrás en sus planes de privatizaciones, por lo menos es lo que públicamente dijo hace poco, respecto a los sectores estratégicos y bienes públicos.
Por otro lado, el mismo martes 5 de julio, diario El Universo recoge un twit del todavía gobernador del Guayas, quien postea: «he aceptado la invitación del Sr. presidente para dirigir la cartera de economía; me voy dejando una provincia segura y casi sin delincuencia y desde este nuevo desafío voy a hacer por la economía del Ecuador lo que hice por la seguridad de mi provincia», Pablo Arosemena Marriot, ministro de economía y finanzas.
¿” Provincia segura y casi sin delincuencia”?, ¿en qué País vive el nuevo ministro?, ¿se habrá equivocado de provincia?
¡Qué barbaridad!
Con esas declaraciones, con esas escandalosas mentiras, el nuevo ministro deja muchas dudas, pues da la impresión de que vive en un mundo paralelo, de ficción. Si esa es su apreciación sobre la seguridad de Guayaquil, de Guayas, ¿qué le espera a la economía y finanzas del País?
Acordémonos, es el que con chaleco antibalas, en una rueda de prensa, en medio de una de las varias masacres de la penitenciaría del litoral decía que, “todo está controlado”, que todo estaba no sólo bien sino muy bien y, a las pocas horas y días después, el Ecuador entero vio exactamente lo contrario, con nuevas y sanguinarias masacres.
¿No será acaso otro personaje, como su antecesor, peligroso?, que intentaría aplicar su fallido recetario de seguridad a la economía del Ecuador?
No hay que olvidar que los plazos ya están corriendo, los 90 días, en que Lasso, Arosemena y otros funcionarios del gobierno deben atender y responder los 10 puntos que motivaron el estallido social, pues el paro no ha terminado, solo está suspendido.