Por Hugo Jaramillo Muñoz
Frantz Roh, considera que el realismo mágico, describe la realidad “alterada” estéticamente, lo que implicaría la elaboración metarealista de contextos que nos permitan mirar entornos geohistóricos específicos.
Arturo Ushlar Pietri, afirma que la literatura hispanoamericana, está marcada por “la huella perdurable del Hombre como misterio en medio de datos realistas”. Significa entonces que el realismo mágico nos remite a contextos espaciales en los que se desenvuelve un Hombre y sus circunstancias rebasando los límites de una realidad terrena y temporal presentes en la obra de Alejo Carpentier, Miguel Ángel Asturias, Juan Rulfo, Gabriel García Márquez, Arturo Uslar Pietri, Jorge Luis Borges, Laura Esquivel, y en Ecuador José de La Cuadra, Demetrio Aguilera Malta, entre otros.
El otear en lo maravilloso, se constituye, no solamente en la obra literaria, sino en el escritor mismo, como una actitud vital: en Don Goyo de Demetrio Aguilera Malta, por ejemplo, se lee el siguiente pasaje que ilustra lo antes afirmado:
“Página 121 – Cusumbo se inclinó ante lo irremediable. — Yo pago, viejo. No se preocupe. Y, efectivamente, así fue. Empezó a pagar. El viejo murió. Y él siguió pagando. Vino un nuevo blanco a la hacienda. Y él siguió pagando. Pasó un invierno. Pasó otro. Y él siguió pagando. Llegaron destroncadoras y sembradoras a la hacienda. Muchos peones fueron despedidos. Pero él siguió pagando. Todos los días, todas las semanas, todos los meses, todos los años.
Esta inmortalidad de Cusumbo, subraya de manera dramática una forma de explotación feudal imperante en el Ecuador en los años post coloniales.
Este Hombre metareal, representa el realismo mágico en la literatura ecuatoriana, pero también evidencia que en esta forma expresiva literaria hay una clara influencia ideológica occidental. Es decir, en la literatura escrita de finales del siglo diecinueve y principios del veinte, no encontramos raíces ancestrales definidas. El mestizaje es sustantivo.
El cronista de indias Padre Juan de Velasco, nos cuenta que “Los de Quito, conservan la memoria de un antiquísimo general naufragio del cual se salvaron sus progenitores, refugiándose en la cumbre de una montaña…” Según lo narrado, Este diluvio tuvo su origen en una batalla mantenida por los hombres y una serpiente, que finalmente vomitó tanta agua que inundo el mundo. Esta leyenda mítica, ancestral, describe los ámbitos espacio-temporales y de los hombres de manera “realista. Se describe además que terminada la inundación los hombres bajaron a una aldea habitada por mujeres, con las que no podían entenderse porque hablaban distintas lenguas. Es decir, allí encontramos similitud con las narraciones bíblicas occidentales sobre el diluvio y la torre de babel.
Estas similitudes sobre la temática en la literatura americana, las encontramos, sino en todas, en casi todas las pertenecientes a los pueblos que habitan América.
Es evidente que lo concerniente a la difusión de cuentos, leyendas, casos, relatos míticos americanos ha tenido limitaciones que ponen en peligro su vigencia, precisamente por su condición expresiva eminentemente oral y porque las transcripciones hechas más tarde, por los cronistas de indias principalmente, han sido alteradas ideológicamente, en su contenido original.
Por otra parte, en cuanto a la literatura actual, las barreras que deben enfrentar los creadores, los escritores, tienen que ver con los procesos de edición y de difusión, cuyos costos son muchas veces prohibitivos e inalcanzables para el escritor: la edición por lo mismo, es limitada en cuanto al número de ejemplares y su exhibición en librerías y galerías implica un porcentaje de venta que favorece al distribuidor y perjudica al escritor, quién es el que paga la edición (en mi país por lo general recibe de un 10 a un 15% del precio de venta al público).
Otro limitante constituye la injerencia de las Instituciones responsables de “lo cultural”, porque, por lo general, el auspicio está supeditado a condicionantes político-ideológicos y los consabidos “amiguismos” , Los técnicos encargados de redactar informes para sustentar un auspicio, muy poco conocen sobre la temática-problemática desarrollada en una obra, por tanto, la tratan intuitivamente y se remiten a aspectos puramente formales.
Por esas razones, muchos de nosotros hemos recurrido a .la edición artesanal, es decir diagramar el libro en nuestra computadora, imprimirlo con una impresora laser, encuadernarlo manualmente el número de ejemplares que se necesite para cumplir compromisos puntuales (un recital por ejemplo)… Anecdóticamente, un poemario mío va por la vigésimo quinta edición (claro de cinco a diez ejemplares cada una)…. Es decir, esta forma de edición artesanal nos permite ser más objetivos en cuanto a la edición y a la difusión, evidentemente limitada, pero al menos posible con nuestros recursos y sin tener embodegados nuestros libros.
La tecnología digital sXXI, ha venido en nuestro auxilio, el formato electrónico es accesible a través de tablets, dispositivos móviles, los ordenadores, a través de las plataformas digitales, emails, etc., es decir el libro diagramado en formato digital que es reconocido epub o mobi, formatos que permiten adaptar el texto a la pantalla de los dispositivos. Las estadísticas muestran que cada vez hay más consumidores de libros electrónicos. Señalan además que el consumidor de libros electrónicos, leen más libros al año que los lectores de libros en el papel.
Nuestra experiencia cotidiana, nos demuestra que son los jóvenes y los niños los mayores consumidores de formatos electrónicos. Es decir son los potenciales lectores de nuestros libros electrónicos, desde cualquier parte del mundo, cualquier día y a cualquier hora…. NO HAY LÍMITES PARA ESA CAPACIDAD LECTORA…
Es importante, cuando emprendemos en esta aventura editorial, acogernos al DRM (gestión de derechos digitales) a fin de que nuestra obra no pueda ser plagiada o duplicada, se trata de una protección de los derechos de autor internacional, que protege la difusión y comercialización de la obra.
Es una alternativa legítima, barata, ágil, incluso que facilita la interrelación con los lectores interesados, puesto que este medio establece los llamados links, para intercomunicarse. Muchas bibliotecas ya han implementado los dispositivos para que los lectores puedan acceder al internet, y consecuentemente a las plataformas donde están a disposición los libros electrónicos. Desde ahora las redes sociales, son nuestras aliadas para proyectar nuestro pensamiento, ideología y concepción estética…