Por Andrés Héctor López / Argentina
(..Hablando por la inmensa mayoría de profesionales médicos…)
Dejemos el panorama claro.
Estamos en una de las mayores crisis de salud de la humanidad y los médicos nuevamente somos llamados para ayudar y salvar a las personas.
Y está bien; pero no aceptaremos este discurso de que somos héroes.
Vemos a los medios y al gobierno llamando a los médicos héroes; y vemos exaltaciones, aplausos, discursos y agradecimientos.
Y -en parte- está bien; pero no nos traten «solo» como héroes. Somos padres y madres, tenemos hijos, familias y cuentas por pagar.
Y somos quienes hemos sido menospreciados por el Estado y el mercado. Y somos quienes sufrimos ataques y desvalorización de nuestros derechos por parte de políticos y de otros profesionales.
La gente que ahora aplaude lo hace solo porque está asustada; pero es la misma gente que no quiere pagar por una consulta médica. Es la gente que gasta mucho más en la peluquería, en las uñas, en el gimnasio o en la estética que en una consulta especializada.
Esa gente que aplaude es la misma que duda de nuestro diagnóstico y es la misma que nos menosprecia y nos critica cuando sale del consultorio.
¿Dónde están los políticos de este país que hicieron e implantaron leyes en contra de los médicos porque los consideran como potenciales homicidas?
¿Dónde están aquellos que alientan las demandas penales en contra de los médicos?
¿Dónde están aquellos que liquidaron los Colegios y las Sociedades Médicas y que nos sacaron del Código de Salud para poder juzgarnos y castigarnos con el Código Penal?
Y ahora que los médicos estamos en primera línea de una «guerra» desigual; ahora sí somos héroes.
¡Nada de eso!
Ojalá que la medicina sea -a partir de ahora- valorada en ese país.
Ojalá que podamos tener salarios, derechos y consideraciones compatibles con la importancia de nuestra profesión y nuestro trabajo.
¡¡..No somos héroes..!!
Somos profesionales abnegados, capaces y vocacionales que nos ha costado diez o más años preparamos con un costo económico, personal y familiar muy grande. Y nos diferenciamos por la naturaleza de nuestro trabajo que no es mejor ni peor que otros, sino diferente.
Necesitamos dejar de aceptar esto de ser apóstoles o héroes porque ese es el pretexto para que el Estado, el mercado y la sociedad continúen sin valorarnos; y continúen «pagándonos» con agradecimientos, reconocimientos o discursos.
Somos médicos, somos profesionales, somos seres humanos.
Después de la crisis, debería haber un giro radical en la forma en que nos tratan los empresarios, los pacientes y el gobierno de nuestro país.
Y ojalá así sea; aunque lo más probable es que seamos nuevamente denostados.
Yo Médico..!!