Testimonios de la vida antigua en el Ecuador  

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Por Oswaldo Báez Tobar

Con el afán de reconstruir la vida antigua en lo que ahora forma parte del territorio ecuatoriano ofrecemos una breve visión de las colecciones paleontológicas que conservan y exhiben los museos de historia natural del Ecuador.

Visión del origen y evolución de la vida en la Tierra

En la sala principal del Museo de Historia Natural  “Gustavo Orcés” de la Escuela Politécnica Nacional en Quito se puede admirar la magnífica exhibición de la historia evolutiva de la vida en las diferentes eras geológicas de la Tierra: Proterozoica, Paleozoica, Mesozoica y Cenozoica y cada uno de sus períodos. Una magnífica pintura mural resume la historia de la vida en sus más diversas formas, las cuales han sido reconstruidas a partir de los fósiles; a la vez que se exhiben piezas auténticas como la del mastodonte Haplomastodon chimborazeae, megaterio Glossoterium wegneri, tigre de dientes de sable Smilodon … que datan del Pleistoceno. Además, las reconstrucciones del bosque petrificado de Puyango ubicado entre las provincias de El Oro y Loja; los hallazgos y recuperación de piezas paleontológicas del cantón Bolívar en la provincia del Carchi; o como se habría hecho en Alangasí, cerca de Quito y la quebrada de Chalán en la provincia de Chimborazo, que, con Santa Elena, son los principales yacimientos fosilíferos del Ecuador. El nombre de “Gustavo Orcés” que lleva el museo se debe al primer zoólogo ecuatoriano quien trabajó en la Escuela Politécnica y en la Universidad Central del Ecuador y fue el referente científico de los zoólogos del país.

Tras las huella del pasado

El Museo Ecuatoriano de Ciencias Naturales, que actualmente forma parte del Instituto Nacional de Biodiversidad, INABIO, ubicado en el parque La Carolina de Quito exhibe una interesante muestra de la megafauna del Pleistoceno, cuyo mayor representante es una réplica completa y en tamaño real del mastodonte Haplomastodon chimborazeae, de 6 m de largo y 3 de alto.  El ejemplar que se exhibe en el museo ha sido reconstruido a base de las piezas encontradas en Bolívar, provincia del Carchi, por el equipo de paleontólogos de las universidades  de Florencia y Pisa, y el equipo de técnicos de MECN entre 1989 y 1997. En este período encontraron fósiles de  mastodontes, milodontes, y microfósiles de roedores y otros mamíferos, de una antigüedad estimada entre 20 y 10 mil años, con lo cual se enriqueció el patrimonio paleontológico de país. El museo expone fósiles de aminitas, troncos fosilizados.

Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Central

En el campus de la avenida América de la Universidad Central está ubicado el Instituto de Ciencia Naturales que conserva varias piezas paleontológicas representativas de la fauna del Pleistoceno; las cuales son los restos de una importante colección que se perdió en el incendio de la Vieja Casona de la calle García Moreno. La pieza más importante que se consumió en el flagelo fue un esqueleto fosilizado del mastodonte hallado en Alangasí; por lo que la historia recoge este hecho como la “trágica noche del mastodonte”.

Encuentro con el perezoso gigante

En una reciente visita a la provincia de Santa Elena fue grato visitar el pequeño museo Arqueológico y Paleontológico, de la Universidad Peninsular de Santa Elena, UPSE. que está conformado por una colección de fósiles de grandes mamíferos, así como testimonios de la presencia de seres humanos en la región sur litoral, de lo que ahora forma parte del territorio ecuatoriano. Por esto, a partir de los primeros hallazgos en el año 2003, la UPSE estableció un programa de investigación, rescate y difusión de rico patrimonio arqueológico y paleontológico.

Lo más relevante de la muestra es la megafauna del Pleistoceno conformada por varios especímenes que testimonian la existencia de los grandes mamíferos que vivieron en Sudamérica entre 50.000 y 8.000 años., y que ahora forman parte la sección paleontológica del Museo MEGATERIO (Bestia Gigante). En efecto, al recorrer la sala del museo el visitante se puede maravillar con el megaterio gigante casi completo, de la especie Eremotherium laurillardi, enorme xenartro o edentado de la familia Megatheridaede 4-6m de alto y 4 ó 5 toneladas de peso.  Este fue un sorprendente encuentro con el milodón o perezoso gigante que habíamos conocido por la literatura científica, en verdad, es mucho más grande que el milodón que habitó en la región andina.

En el museo MEGATERIO se exhiben varias piezas del mastodonte de la Costa Stegomastodon,  fue un gran proboscideo de la familia Gomphoteriidae que habría tenido 4 toneladas; piezas del carapacho del armadillo gigante Glyptodon de la familia Glyptodontidae;  de los équidos  nativos de América Hippidium, un caballo de aproximadamente 400 kilogramos, Equus santa-elenaei  un caballo más reciente emparentado  con el caballo actual; Macrauchenia una gran bestia parecida a la llama o al camello pero con una trompa más grande que la del tapir de 1 tonelada de peso; el camélido antecesor de la llama actual Paleolama, entre otros.

Todas las piezas paleontológicas proceden de depósitos fosilíferos de la región peninsular de Santa Elena que fue el hábitat de una abundante megafauna. Los fósiles tienen color obscuro por estar impregnados de brea; pues  fueron extraídos de campos hidrocarburíferos de la península de Santa Elena. (Los yacimientos de la península fueron los primeros en ser explotados en el país y continúan produciendo desde  aquella época, por lo que también continúa operando la refinería de La Libertad).

Aproximación paleoecológica regional

Las características de la fauna antigua y la necesidad de alimentos por los grandes herbívoros nos llevan a reconstruir las condiciones ecológicas de la península de Santa Elena en el Pleistoceno, que habría sido una enorme llanura cubierta de vegetación herbácea y una gran sabana cubierta de gramíneas, arbustos y árboles que en conjunto habrían conformado un ecosistema bastante productivo. Ese habría sido el escenario ecológico que sustentó a los grandes mamíferos antiguos cuyos testimonios fósiles exhibe el museo Megaterio de la UPSE.

Cambios climáticos fuertes debieron ser determinantes para la sustitución de esa exuberante biota por la vegetación actual de la península de Santa Elena que es de tipo matorral desértico y subdesértico tropical y monte espinoso tropical, ecosistemas que sustenta a la fauna actual.

Bibliografía

Báez, O. 2015. Desarrollo de la Biología en el Ecuador en los últimos 50 años. En: Historia de las Ciencias en el Ecuador. Memorias del Primer Simposium de las Ciencias y el Pensamiento Científico en el Ecuador. Gustavo Pérez Ramírez, compilador.

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