Por Ramiro Vinueza
Una reconfiguración de fuerzas políticas se ha producido en el Ecuador luego del proceso electoral realizado este 24 de marzo. Este proceso se realizó en medio del deterioro de las condiciones de vida de la población, el desgaste sostenido del gobierno de Moreno, de la debacle del movimiento Alianza Pais, hoy casi desaparecido. Un proceso caracterizado por la dispersión de fuerzas políticas, el gran número de candidatos en contienda y la presencia de numerosas alianzas electorales.
En efecto, a este proceso electoral se presentaron 168 organizaciones políticas, entre nacionales, provinciales, cantonales y parroquiales, presentaron 82 mil candidatos, un numero nunca antes visto, para disputarse 23 prefecturas, 23 vice prefecturas, 221 alcaldes, 867 concejales urbanos, 438 concejales rurales, 4 089 vocales principales de las juntas parroquiales, un total de 11 069 autoridades, entre principales y suplentes (concejales y vocales de juntas). Un número tan grande de organizaciones y candidatos no se había visto antes. En este amplio espectro de fuerzas, las alianzas fue otra de las características particulares de este proceso electoral, estas alcanzaron 109 de las 221 alcaldías.
La nueva correlación de fuerzas, confirma un escenario disperso. La derecha continúa dividida, el Partido Socialcristiano sale fortalecido parcialmente, se consolida en Guayas, pero pierde plazas importantes como El Oro y Machala; en la Sierra Centro, gana con alianza la alcaldía de Riobamba, pero pierde con Luis Fernando Torres en Ambato; el CREO va en caída, se reduce a tres alcaldías y dos prefecturas ganadas en alianza, Suma, se queda con la alcandía de Lago Agrio y la prefectura de Sucumbíos, otras fuerzas menores de esa tendencia no tienen resultados relevantes. La socialdemocracia queda muy disminuida con la perdida de Paco Moncayo en Quito, apenas puede reivindicar la alcaldía de Ambato, ganada en alianza y la prefectura de Carchi. Democracia Si, se sostiene y reivindica las alcaldías de Cuenca y Santo Domingo de los Tsáchilas, alcanzadas en alianzas.
El otrora hegemónico Alianza Pais, estalló en añicos y lo más probable es su pronta defunción. Otros partidos aliados de Moreno, entre ellos los de sus familiares tienen pobres resultados.
El correismo, usando la organización Fuerza Compromiso Social, alcanzó dos prefecturas, las de Manabí y Pichincha, con votaciones que bordean el 20%, eso fue posible por la dispersión política y el sistema de distribución. En Pichincha tanto la prefectura como la alcaldía de Quito, por primera vez se alcanzan con votaciones mínimas (21%). En realidad se sabía que el correismo aún tenía un porcentaje de entre 15 a 20%, lo sorpresivo fue que pueda ganar con ese porcentaje. Esto muestra que el correismo no está aniquilado, que aún tiene una base electoral que lo respalda, pero sería un error pensar que este resultado los pone en franca recuperación. La votación correista, sufre una disminución sostenida y tiene límites objetivos que le impedirán crecer, entre otros factores están, el mayoritario rechazo de la población que no está dispuesta a tolerar más al autoritarismo y la corrupción, por otro lado el caudillo que los inspira está prófugo de la justicia. Con toda seguridad, más temprano que tarde el pueblo enterrara definitivamente al correismo.
La izquierda crece en Ecuador
Sin duda la izquierda, alcanzó importantes resultados, se reposiciona, crece y sale fortalecida de este proceso electoral. Como tendencia, sumando las dignidades alcanzadas por Unidad Popular y Pachakutik, logran 7 prefecturas, apenas una menos de las alcanzadas por el Partido Social Cristiano y sus alianzas.
En el casos de las alcaldías triunfan en 5 capitales de provincia y suman entre las dos fuerzas, UP- PK, más de 30 alcaldías, aparte de cientos y de concejales y miembros de la juntas parroquiales.
Es el crecimiento de la izquierda y del movimiento popular ecuatoriano que ha resistido al capital, a las transnacionales, al autoritarismo y la persecución correista, que combate el extractivismo, la entrega de nuestros recursos, que enfrenta las políticas neoliberales correamorenistas y al FMI. Es una votación que ratifica la confianza en la capacidad de lucha de la izquierda en defensa de los intereses populares y del país y como alternativa de cambio.
En las condiciones políticas en que se encuentra el país, una izquierda fortalecida, que recobra espacios, que proyecta liderazgos, debe ser valorado adecuadamente en todas sus potencialidades de crecimiento, de incidencia y como alternativa política posible y viable para enfrentar nuevos retos
Unidad Popular y sus alianzas alcanzan victorias
Unidad Popular es una fuerza de izquierda nueva, con jóvenes liderazgos de gran ímpetu y experiencia, tiene su antecedente en el MPD organización perseguida implacablemente por Correa, hasta el punto de ordenar dictatorialmente su eliminación del registro de organizaciones políticas, medida que fue revertida por el CNE. Venciendo todas las dificultades y poniendo el entusiasmo por delante, UP fue la quinta fuerza en inscribir candidaturas.
Según el balance inicial realizado por esta organización, Unidad Popular y sus aliados alcanzaron tres prefecturas: en Orellana, con Magali Orellana (directora de UP en esa provincia) en Cotopaxi, con Jorge Guamán y en Zamora Chinchipe, con Cléver Jiménez. Alcanzan también las alcaldías en cuatro capitales de provincia. Esmeraldas, con Lucia Sosa. En Machala, con Darío Macas, quien derrotó al Partido Social Cristiano, en Francisco de Orellana, con Ricardo Ramírez y en la ciudad de Puyo con Oswaldo Zúñiga.
A esto se suman 12 alcaldías más ganadas en vario7s cantones, para un total de 16. En concejales urbanos y rurales fueron elegidos 80 ediles, en más de 40 cantones y cuentan con decenas de miembros de juntas parroquiales electos.
Giovanni Atarihuana, director de Unidad Popular, destacó el esfuerzo realizado durante la campaña por los más de 6 500 candidatos de las listas 2, de la militancia a nivel nacional. Agradeció a los miles de hombres y mujeres que entregaron su tiempo y sus mejores esfuerzos para llevar la propuesta política a la población. La población mayoritariamente votó por el cambio, votó por soluciones a sus más urgentes problemas, por lo que asumen con responsabilidad la confianza depositada en sus compañeros y compañeras elegidos y comprometen hacer los mejores esfuerzos por cumplir con el mandato popular y en cada territorio, junto al pueblo vigilar para que los nuevos alcaldes y prefectos cumplan con sus promesas, señalo.
El triunfo de Unidad Popular constituye una victoria política de las fuerzas de izquierda, logra ampliar sus espacios de acción social y política, proyecta un liderazgo político de izquierda renovado, acumula relaciones y afirma su organización en territorio. Este es el resultado de su proceso de inserción en la vida política del país, de la validez y oportunidad de sus propuestas en defensa de los intereses nacionales y populares, tiene que ver con el decidido combate a la corrupción, a la política correista y morenista y por supuesto de una campaña austera pero muy creativa, con propuestas claras, concretas y de contacto directo con la población.
La izquierda una opción política.
Marlon Santi, Coordinador Nacional del Movimiento Pachakutik, señaló que las prefecturas alcanzadas y la consulta de Kimsacocha, constituyen importantes victorias de este movimiento, que lo convierten en la segunda fuerza política. Por su parte, Luis Macas, líder histórico del movimiento indígena señalo que PK se convierte en una alternativa para las próximas elecciones generales y en una opción de gobierno a futuro y abren el desafío y la responsabilidad de lograr una reconcentración ideológica de la izquierda y las fuerzas políticas que nos oponemos al capitalismo mercantil corrupto y al colonialismo y neocolonialismo.
Por su parte, Geovanni Atarihuana, director de Unidad Popular, llamó “a todas las fuerzas democráticas y de izquierda a conformar un acuerdo social y político. A juntos levantar la movilización social en defensa de la vida, de los derechos y libertades, en contra de las medidas antipopulares acordadas por el gobierno con el FMI. Un espacio para concretar una propuesta programática desde la tendencia democrática y de izquierda para enfrentar la crisis económica y política a favor de los pueblos. A construir una alternativa política capaz de asumir un verdadero proyecto de transformación, derrotando a la derecha socialcristiana y al correismo”.
Estas coincidencias alientan la posibilidad de que el pueblo tenga alternativa propia.