Por Isabel Vargas Torres
Los maestros y maestra del Ecuador celebramos nuestro día, 13 de abril, en medio del júbilo por el fortalecimiento de nuestra organización la UNE, por ser los protagonistas de la lucha en defensa del pueblo, que es defender la educación; el presente y futuro de nuestros niños y jóvenes.
Hace 44 años nacimos como organización para defender la educación pública y de calidad. Con organización y lucha alcanzamos la primera Ley de Escalafón del Magisterio y continuamos por esa senda. Hemos recuperado la Casa del Maestro y nuestra personería jurídica, luego de que le nefasto y corrupto gobierno de Rafael Correa, de forma dictatorial, nos la arrebató.
Luego de 78 años de incansable lucha seguimos de pie flameando la bandera roja de la dignidad, venciendo al tirano, al populista, al neoliberal, al dictador y lo hacemos con la convicción plena de defender la educación pública, laica gratuita y de calidad; que es un derecho de los y maestros y maestras y de toda la comunidad educativa
La UNE se levanta con el puño alzado, con el ejemplo de Eugenio Espejo, de Juan Montalvo, de Emilio Uzcátegui, Alfonso Yánez, de mujeres grandes como Dolores Cacuango, Tránsito Amaguaña y Rosita Paredes, su legado de consecuencia, de entrega a las altas causas por cambiar la situación, su permanente e inclaudicable lucha, lo hemos asumido como parte de nuestras vidas.
Como maestra y dirigente reafirmo mi compromiso de continuar batallando por una educación y un país mejor, asumo con orgullo la nominación de “mujer guerrera” que me hicieran en la provincia de Morona Santiago. Eso somos las maestras, que junto con los maestros estamos dando la clarinada de la unidad y la reanimación de la lucha social contando con el FUT, el FRENTE POPULAR, la CONAIE y demás sectores organizados
Arrancamos al poder uno a uno nuestros derechos, lo hicimos en agosto del 2021, con una huelga de hambre, la más larga de nuestra historia, pues duró 32 días. Vencimos a la Corte Constitucional, luego a la Asamblea Nacional y seguimos luchando hasta vencer al Ejecutivo.
Hemos levantado nuestra voz, en la gran jornada nacional desarrolla en Quito, el 8 de abril, esa multitudinaria movilización, inundó de rojo la capital política del Ecuador, exigiendo al gobierno de Guillermo Lasso que invierta en educación, que cumpla con el mandato de la Corte Constitucional de reparar nuestros derecho, que ejecute la Ley Orgánica de Educación Intercultural Bilingüe, el reingreso de los maestros desvinculados, el ingreso de 30.000 docentes por el desdoblamiento de las partidas docentes, porque la malla curricular no perjudique el intereses superior de nuestros hijos, el refuerzo del departamento de consejería estudiantil para cuidar la salud mental de nuestros estudiantes y por nuestra equiparación salarial, caso contrario se topará con el pueblo rebelde que en Quito y el país que ha echado del poder al tirano.
Esta lucha por nuestros derechos se enmarca en la confrontación contra la corrupción, el neoliberalismo que cual jinete del Apocalipsis, junto a la pandemia mundial, se lanza contra los pueblos y los maestros. Nos enfrentamos al poder de unos pocos que acumulan mucha riqueza contra la mayoría que se empobrece. Vivimos en injusto sistema económico y social, gobernado por gobiernos e instituciones caducas y en crisis. Por ello, los maestros enarbolamos una educación emancipadora, liberadora que le entregue herramientas a nuestros jóvenes y niños para buscar un nuevo derrotero en las páginas de la historia.
En los momentos actuales, hemos presentado propuestas concretas, viables, necesarias y no renunciamos a nuestra lucha, por eso seguimos en movilizaciones y asambleas permanentes, hoy lo hacemos en la plazas y en la calles, no nos tiembla el pulso para enarbolar la bandera roja de la izquierda, como es la Unidad Popular, el partido de la “Estrellita Roja”, que fiel a su tradición histórica jamás nos ha dado las espaldas y que lucha junto al pueblo, por mejores condiciones de vida y con él disputaremos los espacios de poder parroquiales, municipales y provinciales.
¡Viva el magisterio ¡