Amazonia víctima del homo economicus

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Francisco Escandón Guevara

A las millones de hectáreas incendiadas en la Amazonia, se suman las incuantificables víctimas, animales y vegetales, que perecen ante el fuego y los no pocos pueblos ancestrales que huyen de las llamas. Más esa difundida realidad, esconde a los verdaderos responsables de esta catástrofe ecológica.

Detrás de las quemas de bosques y la deforestación existen poderosos intereses vinculados a las actividades agroexportadoras, mineras, gasíferas y petroleras. Pero también está la negligencia y hasta la complicidad de varios Estados que, a nombre de promover el desarrollo, flexibilizaron sus políticas ambientales.

Dicha flexibilización se refleja en los escasos controles a las prácticas productivas que deterioran la naturaleza, además se expresan en las adjudicaciones y concesiones de extensos territorios, que entregaron los gobiernos para el beneficio de monopolios y transnacionales.

Esta lógica capitalista del actual progreso está guiada por la racionalidad del homo economicus (ser humano económico) que pretende naturalizar la primacía de la ganancia individual, sustentada en escasos esfuerzos, por sobre el bienestar colectivo y el del propio planeta.

Esa es la causa original de la depredación de la naturaleza, pero además es el fundamento teórico de la corrupción generalizada, de la acumulación de las riquezas en pocas manos, de la sobreexplotación laboral, de la precarización de la vida, etc.

Los incendios de los bosques amazónicos no son sólo obra del presidente de Brasil, son consecuencia de la imposición de un caótico sistema que es adoptado por un fascista como Bolsonaro, por un desarrollista como Evo o por un neoliberal como Vizcarra. En fin, todos esos modelos de gobierno garantizan la vigencia del capitalismo, el reinado del homo economicus y la continuidad de la crisis ambiental.

Si siguen mandando los cuantiosos intereses económicos de los países imperialistas y de las poderosas corporaciones la Amazonia y el planeta se destruirán. Si los pueblos no transforman las relaciones de poder, la continuidad de la especie humana está en riesgo.

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