Fusión de Petroamazonas y Petroecuador: ¿subasta?

Periódico Opción
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Por Ing. Mariano Santos N.

El gobierno de Lenin Moreno ha decidido fusionar las empresas petroleras públicas PETROECUADOR y PETROAMAZONAS, con plazos hasta fin de año, es decir que,  al 1 de enero de 2021 tendremos una nueva y única empresa petrolera.

Se han dado algunas líneas generales de lo que podría ser esta fusión, por ejemplo, se dice que Petroecuador es la que absorbería a Petroamazonas; el problema es que estamos frente a un gobierno, el de Lenin Moreno, entregado totalmente al gran capital, al servicio de las transnacionales, con un ministro Ortiz, que no se queda atrás. Entonces, esta función tendría unos lineamientos político empresariales no precisamente al servicio del país; más aún, este es un gobierno que está a las puertas de irse a su casa, pues le faltan apenas menos de ocho meses y pensándolo bien y por el estado de descomposición en que ha estado sumido este gobierno, no sería de extrañar que esta fusión sea parte de otro acto de corrupción, para entregar una parte del patrimonio petrolero que nos pertenece a todos los ecuatorianos, precisamente al gran capital pues se habla entre otras cosas, de privatizar, que no es sino sinónimo de corrupción, una parte de esa nueva empresa.

Así, por ejemplo, el gobierno y su ministro, no han sido capaces de reformar o eliminar los contratos de prestación de servicios, por medio de los cuales el Ecuador paga una tarifa a las petroleras. Tarifa  bastante onerosa para el Ecuador, por lo cual en algunos contratos nuestro país pierde y, en otros tiene una utilidad extremadamente baja que no amerita este tipo de contratos. Éste tipo de contratación en realidad significó una privatización de la extracción o producción petrolera que la realizó el hoy condenado Correa, con sus ministros también condenados (Glas y Pareja); aunque otro, Pastor, el “cerebro” de esos contratos, con una acción legal en curso, pero por otro caso, el de Singue y, si es que hay justicia en el Ecuador debería ir a la cárcel junto con su hija.

De las refinerías, mejor ni hablar, pues Moreno y su ministro Ortiz tienen metido entre ceja y ceja la subasta de estas refinerías a quien menos pague: Esmeraldas, Península y Shushufindi. Por ética, al estar apenas a ocho meses de dejar el cargo, no debería realizar esta maniobra, que insistimos, es corrupción

i.- Algo de historia.

Cuando se analiza la historia de la empresa petrolera estatal, podemos determinar con claridad, que un denominador común existió por siempre: el de la corrupción, principalmente debido a la presión y chantaje de los grandes grupos de poder político-económicos del Ecuador, asociados en ciertas veces al gran capital extranjero.

El 23 de junio de 1972, nace la corporación estatal petrolera ecuatoriana, CEPE que, de acuerdo a la ley de hidrocarburos de la época, debía explorar, industrializar y comercializar los hidrocarburos; pero, ya desde esa época había la resistencia de grandes grupos económicos antinacionales locales y extranjeros.

Con el tiempo, y, fruto del sacrificio y capacidad de técnicos y profesionales ecuatorianos, se descubrió un campo petrolero grande, el denominado Libertador (antesala de otros posteriores grandes descubrimientos de técnicos e ingenieros ecuatorianos), que hoy está en manos privadas y en donde un alto ejecutivo es coincidentemente hermano del Presidente de la República…

En septiembre de 1989 durante el gobierno de Rodrigo Borja, se creó Petroecuador en reemplazo de CEPE y se conformó un Holding, es decir, una matriz (Petroecuador) y seis filiales: tres permanentes y tres temporales. Las permanentes eran: Petroproducción, Petrocomercial y Petroindustrial. Las temporales fueron: Petropenínsula (que manejaría los campos petroleros y refinería que pertenecieron a la petrolera inglesa Anglo, que se fue del País), Petroamazonas (que heredaba los campos petroleros que manejaba Texaco, que también salió del país) y Petrotransporte.

Para lo marginal que siempre resultó la producción petrolera en el Ecuador(comparada con otros países con una producción mucho mayor a la del Ecuador), esta disparatada desintegración de la empresa original CEPE no tenía ni pies ni cabeza; es evidente que uno de los propósitos centrales en el gobierno de la época denominado febres-borjista (en alusión al gobierno neoliberal de Febres Cordero), era la repartición de puestos por los compromisos, es decir cuotas políticas, igual que lo que existe ahora con los repartos y las cuotas.

Evidentemente, una empresa debilitada, desintegrada, era y es más fácil intervenirla desde afuera para protervos intereses…

En el año 2006, durante el gobierno de Alfredo Palacio, la petrolera norteamericana Occidental salió expulsada del Ecuador y, los campos petroleros que los manejaba, en vez de entregárselos a la filial Petroproducción que venía funcionando con bastante eficiencia, le fueron entregadas a otra empresa que se creaba, Petroamazonas (empresa ésta, diferente de la anterior Petroamazonas – que ya había desaparecido, pues era una filial temporal-  que, como ya lo señalamos,  había heredado los campos petroleros de la TEXACO).

Entonces, para el año 2006, existían: Petroecuador Matriz, sus filiales Petroproducción, Petroindustrial y Petrocomercial; a esas cuatro empresas se les sumaba la nueva Petroamazonas.

Normalmente, las petroleras privadas tienen una estructura empresarial muy diferente a la de una empresa estatal; en lo fundamental, tercerizan prácticamente toda la actividad, con el propósito de evadir problemas laborales. Así entonces, la nueva Petroamazonas heredó estas taras, con lo cual se legitimó el aumento significativo de los costos de producción, pues no es lo mismo que una empresa realice sus trabajos directamente con sus trabajadores, a que los realice a través de una empresa tercerizadora, que, por obvias razones, encarecen los costos y, en donde estos trabajadores de esta son sobreexplotados.

Por último, en el año 2013, durante el gobierno de Rafael Correa, se eliminaron las filiales Petroproducción, Petroindustrial y Petrocomercial y, quedaron solamente Petroecuador, para realizar las actividades de industrialización comercialización y transporte y, Petroamazonas para ejecutar las actividades de exploración y producción petrolera.

Esta simplificación de las empresas, coincidió con la expedición de la ley de empresas públicas, en donde se hizo una reducción igualmente de los integrantes de sus directorios, que pasaron de siete a tres. Así entonces, en las empresas petroleras los componentes del directorio eran solamente el ministro de energía, el secretario de planificación y el delegado personal del Presidente de la República; eliminándose entre otros, al delegado de las fuerzas armadas y al de los trabajadores, que le resultaban incómodos al gobierno. Con esta reducción, se le facilitaron las cosas a Rafael Correa, quien pudo entonces montar todo el aparataje MAFIOSO para hacer El saqueo en las diferentes áreas, en producción, en refinación, en transporte, en la comercialización, manejo este último que, siguiendo a sus antecesores, era realizado directamente desde el despacho presidencial.

Entonces, la simplificación de las empresas era algo positivo, pero, por supuesto para la delincuencia organizada, que es lo que dice la actual fiscal en la acusación y la condena ya ejecutoriada en casación. Sin embargo, al entregar la exploración y producción petrolera a Petroamazonas, en lugar de a  la filial Petroproducción, los costos comenzaron a subir de una forma escandalosa. Claro, si la nueva Petroamazonas, con su modelo empresarial privado y PRIVATIZADO, tenía todo tercerizado, los costos iban a ser superiores y esto es parte de la corrupción (corrupción que no es fácil verla, detectarla) en la industria petrolera.

En algún momento quien redacta estas líneas, escribió un artículo [1] en donde lograba demostrar que con esta mañosería el Ecuador fue perjudicado en un valor que estaría bordeando los $14.000 millones de dólares, cifra gigantesca que ahora en esta pandemia bien nos haría falta. El perjuicio al que hacemos referencia en torno a los costos de producción, tiene que ver única y exclusivamente con los costos en la extracción o producción petrolera; sin embargo debe también auditarse los costos de producción en otras fases como son la refinación, transporte, comercialización interna y externa etc.

II.- La empresa de energía del Ecuador

Es un nombre que suena bonito, al parecer sería el nuevo nombre de la empresa en gestación, pero, insistimos, ¿tendrán calidad moral los funcionarios de este gobierno embarrados hasta la médula, para fabricar una empresa que esté al servicio del país?, o, estarán pensando como dejar arreglado un NEGOCIO, a las puertas de la terminación de este gobierno nefasto.

Uno de los últimos actos de corrupción en la petrolera estatal fue la detención en junio del año anterior en el aeropuerto de Miami, Estados Unidos, de José Raúl de la torre, asesor del gerente de Petroecuador Pablo Flores, detenido junto al empresario Roberto Barrera con $250.000 en sus maletas y, tenía hasta un policía que le daba seguridad… (Por si acaso se le extraviara el dinero) por supuesto un policía activo de la policía nacional. De la Torre ya fue condenado en Estados Unidos por lavado de activos, ya que aceptó que ese dinero era una parte, apenas pequeña de los sobornos que recibía en Petroecuador;  pero acá en Ecuador, jamás se aclaró el caso. Flores estuvo en la gerencia de la estatal hasta hace unos pocos días en que se peleó con el ministro Ortiz, pero de lo que se conoce, hasta ahora, no se le ha implementado acción legal alguna. ¿Será acaso porque su ex asesor De la Torre es sobrino del Contralor?

Flores se va de Petroecuador, pero habla de ‘proceder sinuoso’ por parte del ministro Ortiz… ¿qué habrá querido decir?

Lo que sí es cierto es que Ortiz (quien asesora a un exministro socialcristiano, enfermizo privatizador, Fernando Santos Albite) tienen metido entre ceja y ceja la subasta de las tres refinerías (Esmeraldas, Península y Shushufindi), de los 2 únicos campos grandes que todavía maneja la estatal, ITT y Sacha y quien sabe de qué otros activos, como las centrales hidroeléctricas.

Actualmente existen trece procesados en los Estados Unidos por sobornos en la petrolera estatal, de los cuales ocho ya están condenados.  Más aún, una corte GRINGA señala que Petroecuador actuó como cómplice y conspiradora dentro de la trama de corrupción. El documento está firmado por el juez distrital Rodney Smith, en Ford Lauderdale [2].

Ah, pero los gringos juzgan con doble rasero; así, ¿por qué no devuelven al Ecuador a los prófugos hermanos Isaías, a los hermanos Ortega, a Carlos Pólit, y otros peces gordos? Pese a que el nuevo embajador decía pomposamente y con todo el cinismo del caso que ellos están contra la corrupción, que no iban a permitir la presencia de ladrones en Estados Unidos y que iban a repatriar a todos los corruptos…

Es evidente que una nueva empresa petrolera debería manejarse con cuentas claras y autonomía administrativa y financiera, para que pueda operar de una forma eficiente y transparente.

Algo fundamental sería la implementación de un comité de vigilancia, para precisamente vigilar a los pícaros que merodean por dentro y por fuera; comité que debería estar integrado por personas probas, principalmente desde las organizaciones sociales y desde las universidades, algo parecido a la conformación del comité nacional cívico contra la corrupción.

Para comenzar, debe hacerse una auditoría técnico económico con el propósito de determinar los verdaderos costos de producción pues, es en este rubro donde está muy probablemente la mayor parte del desfalco a las petroleras y al Ecuador.

En tratándose de las dos empresas públicas más importantes en lo económico y estratégico, «se dan el lujo» de no tener balances ordenados y auditados. En otras palabras, no existen certezas sobre la real situación financiera y económica de las dos instituciones.

Claro, para poder robar al Ecuador los $ 14.000 millones a los que hacíamos referencia, se debía tener esta tenebrosa y oscura situación financiera totalmente desbaratada es por esta razón que la información de utilidades y pérdidas que maneja el Ministerio de Economía no es nada real, no sé si se la podría denominar como una estimación que no puede ser adecuadamente validada al no existir los balances mencionados y tampoco tener control del Servicio de Rentas Internas (SRI).

Por otro lado, con la auditoría se deben reducir los costos, y para eso se tendría que comenzar con revisar las tarifas que se pagan a las empresas privadas que explotan petróleo. Dependiendo del precio del crudo, hay períodos donde los ecuatorianos subsidiamos a las petroleras (como ocurrió entre marzo y julio último), pero el denominador común es que, en el mejor de los casos, al país le quedan unos pocos dólares como producto de esos lesivos contratos…pues estamos pagando demasiado… ¡Qué generosos!

Por otro lado, la Contraloría estableció más de 174 observaciones a la información financiera”. Además, solo Petroamazonas, con corte al 31 de julio 2020, tiene deudas por $1.887,17 millones; además de unos bonos por $175 millones [3].

Hay voces que recomiendan seguir el modelo de la petrolera estatal (ahora mixta) colombiana Ecopetrol, es decir privatizar un cierto porcentaje que estaría entre el 10 y el 20%. ¡Cuidado! Ecopetrol debía haber privatizado el 20% de su participación, sin embargo, sólo «logró “el 11,48%, como producto de la lucha de sus trabajadores y otros sectores, que se oponían a esa privatización. En la actualidad ese 11,48% tiene 500.000 acciones, pero concentrados en poderosos sectores financieros colombianos y extranjeros (pues Ecopetrol cotiza sus acciones en algunas bolsas de valores, como la de Nueva York). Son estos grandes empresarios los que MANDAN, ponen a las autoridades de la petrolera y la han segmentado en una forma por demás bárbara,  pues la han dividido nada menos que en 29 filiales repartidas en varias partes del mundo, incluido en paraísos fiscales; y, para remate, muy probablemente entre sus altos ejecutivos estarían los narcos.

Los narcos del siglo XXI son bastante diferentes a los del siglo XX; éstos, como los Pablo Escobar, etc., tenían una forma chabacano populachera en su accionar; los actuales son muy refinados, muy finos, muy educados y pasan totalmente desapercibidos.

Una nueva empresa ENERGÉTICA debe comenzar por implementar un departamento de energías alternativas, con el propósito de determinar plazos perentorios en que el Ecuador abandone progresivamente el petróleo y sus derivados y ser un pionero en la implementación, desarrollo e investigación de energías alternativas. Hoy en día, existen numerosas petroleras transnacionales, las más poderosas que tienen un departamento especial donde precisamente desarrolla estas energías alternativas, con el propósito de que el cambio de la matriz energética no las sorprenda. En el Ecuador, y, si es que hay una voluntad política, podríamos ponernos a la cabeza en la región, inclusive con propósitos de exportar estas nuevas energías.

Notas.

[1]. EXTRACCIÓN PETROLERA: multimillonario perjuicio en los costos de producción. Mariano Santos, Periódico Opción, 15 marzo 2018.

[2]. Estados Unidos: Petroecuador fue cómplice de la corrupción, 8 de marzo, 2020. El Universo.

[3]. La fusión entre Petroecuador y Petroamazonas tiene tres puntos críticos. Diario Expreso, 4 de septiembre del 2020

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