Machismo: el recuento de los daños

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Por Jenny Segovia

El machismo es parte de la ideología de las clases dominantes que pretende reafirmar la superioridad del hombre, a través de prácticas sociales, conductas y actitudes que marginan a la mujer en los diferentes ámbitos: familiar, sexual, económico, histórico, intelectual, político, anatómico, entre otros; está presente en todas las clases sociales, aunque se expresa de maneras más extremas en las clases más pobres y desposeídas; puede definirse como un fenómeno transcultural, que en los países latinoamericanos, viene dado desde el mestizaje, luego de la conquista Española, y que en la actualidad es una reproducción del sistema Capitalista, que promueve la dominación del capital sobre el ser humano y el trabajo social, que cada día acrecienta las brechas de desigualdad económica y social, y que, agudiza la violencia a causa de las políticas económicas que implementan los estados. Esta conducta muy arraigada en nuestra sociedad, especialmente en los países latinoamericanos, es la causa directa de diversos tipos de violencia en contra de las mujeres y otros grupos sociales. El machismo es abusivo por concepción y por objetivos, por táctica y por estrategia.

En sociedades como la nuestra, patriarcales, subdesarrolladas, dependientes en lo económico, lo técnico y lo científico de las grandes potencias, desiguales y marginadoras, el machismo ha significado, en especial para las mujeres, un sin número de formas de violencia, como la violencia verbal, física, sexual, económica, laboral e institucional, llegando a su máxima expresión, con el cometimiento de femicidios que han acabado con la vida de miles de mujeres.

Estos son algunos datos referentes a los tipos de violencia que enfrentan las mujeres en el mundo; cada año 15 millones de niñas son casadas anualmente en contra de su voluntad antes de cumplir 18 años; anualmente quedan embarazadas aproximadamente 16 millones de adolescentes de 15 a 19 años, y 2 millones de adolescentes menores de 15 años; una de cada tres mujeres ha sufrido algún tipo de violencia (física o sexual, 35% de las mujeres a nivel mundial), cada 3 días una mujer es asesinada por razones de género (principalmente por un compañero sentimental o expareja); cada 18 segundos una mujer es maltratada en algún lugar del mundo; unos 15 millones adolescentes (de entre 15 y 19 años) de todo el mundo han sido obligadas a mantener relaciones sexuales forzadas (coito u otras prácticas sexuales forzadas) en algún momento de sus vidas; el 49% de las víctimas de trata de personas a nivel mundial son mujeres; 200 millones de mujeres y niñas entre 15 y 19 años de edad han sufrido mutilación genital femenina; solo el 22% de los cargos directivos a nivel mundial están ocupados por mujeres; 7 de cada 10 personas en situación de pobreza del mundo son mujeres; casi dos tercios de la población mundial analfabeta son mujeres; cada año 15 millones de niñas en edad de cursar la primaria no asistirán a la escuela; las jóvenes y mujeres entre 25 y 34 años tienen un 25% más de posibilidades de vivir en extrema pobreza. (Fuente de información: UNICEF, ONU Mujeres, CNN, Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe).

El Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, actualizó el indicador de violencia contra las mujeres, para ello recogió cifras oficiales de 34 países de América Latina y el Caribe correspondientes al año 2018, misma que da cuenta de que la cifra de mujeres asesinadas por el solo hecho de ser mujeres superaba las 3.529 en el año 2018.

Los países de América Latina y el Caribe, con las tasas más altas de feminicidios o femicidios, son El Salvador (6.8), Honduras (5.1), Bolivia (2.3), Guatemala (2.0) y la República Dominicana (1.9), países donde la prevalencia del feminicidio supera las 4 muertes por cada 100.000 mujeres, de acuerdo con la información del último año disponible. Es difícil recabar este tipo de información por cuanto en la mayoría de los países de la región, la divulgación de los datos de femicidios solo ocurre una vez al año. (Fuente de información Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el caribe).

México, por ejemplo, cerró el año 2019 con cifras históricas y alarmantes respecto al número de feminicidios. Durante el año 2019, el gobierno contabilizó 1.006 víctimas de este delito en todo el país. El Sistema Nacional de Seguridad Pública reportó que, en los últimos cuatro años, los delitos de feminicidio se duplicaron al pasar de 411 en 2015 a 916 entre enero y noviembre de 2019. (Fuente de información CNN).

En Brasil, los feminicidios aumentaron en un 4% en 2018, en este país de 200 millones de personas, se registraron 1.206 víctimas de feminicidio. El 88,8% de los casos fueron perpetrados por un compañero o excompañero sentimental, y cada 2 minutos se registra un caso de violencia doméstica, según información de la cadena CNN.

En Argentina, entre el 1 de enero y el 30 de noviembre de 2019, se registraron 297 feminicidios, según el Observatorio “Ahora Que Sí Nos Ven”. De estos el 63% ocurrieron en la vivienda de la víctima, 27% en la vía pública y un 4% en la vivienda del agresor, de estos porcentajes el 44% de los femicidios fueron cometidos por la pareja de la víctima, el 19% lo cometió la ex pareja, el 14% algún familiar, y el 6% un conocido de la víctima. A causa de los femicidios, 267 niños perdieron a su madre. Argentina registra cinco femicidios cada semana, y en lo que va del año 2020, tan solo en el mes de enero se han registrado 21 femicidios. (Fuente de información CNN).

En el hermano país Bolivia, nueve feminicidios se suscitaron en los primeros siete días de 2020, este registro supera las cifras del mismo periodo en 2018 y 2019. En Venezuela se registran 20 femicidios, en lo que va del año.

Perú, finalizó el año 2019 con 165 casos de femicidios, mientras que ya cuentan son 24 casos registrados hasta febrero de este año.

En Ecuador desde el año 2014 (año en que se tipificó este delito) hasta 2019, 648 mujeres han sido asesinadas por razones de género, y en lo que va del año 2020 se registran 6 femicidios hasta el momento; de las víctimas de femicidios, el mayor porcentaje se dio en la provincia de Guayas, seguida por la de Cotopaxi y Pichincha, en el 54 % de los casos los agresores emplearon armas blancas para cometer los crímenes. El 34% de las víctimas murieron apuñaladas, el 15% fueron estranguladas, el 14 % asfixiadas, el 7 % degolladas, y otro 30% heridas, disparadas o decapitadas. En el 62,7% de los casos (37 en total) los femicidas fueron parejas de las víctimas, mientras que en el 37,3 % eran terceras personas o desconocidos. El 47,5 % de las mujeres asesinadas (28) eran madres de menores de edad y en ocho casos las víctimas habían sido reportadas previamente como desaparecidas. Una de las fallecidas por este tipo de agresiones era una menor de 17 años, y otra, una adulta mayor de 86 años de edad.

La Fiscalía realiza un estudio sobre el entorno social y mapa de relaciones de las víctimas. En más del 70% de los casos, los agresores son personas que tenían una relación afectiva con la víctima. (Fuente de información El Comercio)

Conviviente                                                                                131 
Cónyuge                  73 
Ex conviviente       73 
Pareja   58 
Ex pareja                 12 
Otros no familiares               8 
Pariente consanguíneo (familiar)      8 
No identificado      8 
Amigo      3
Ex cónyuge            5  
Conocido   
Desconocido   2  

ALGUNOS ROSTROS DE LAS VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA MACHISTA

Estos son algunos rostros de mujeres y niñas que han sido víctimas del machismo, en diferentes países de América Latina:

Fátima Cecilia, con apenas 7 años fue brutalmente asesinada y tirada en una bolsa plástica en Ciudad de México, ella desapareció el 11 de febrero al salir de la escuela. Según lo que dijeron las autoridades y enseñaron en un video, la niña habría sido sustraída de la escuela por una mujer. De acuerdo con las investigaciones de la Fiscalía, cuando la madre llegó a recoger a su hija la niña ya no estaba. El cuerpo sin órganos de la menor fue hallado en una bolsa plástica, el sábado 15 de febrero a las 2 de la tarde.

Ingrid Escamilla, una joven de 25 años que el pasado domingo 9 de febrero de 2020, murió y fue descuartizada a manos de su pareja de 46 años en la capital del estado de México, delante del hijo de él.

Yanina Pérez, una joven de 24 años que había sufrido quemaduras en el 50% de su cuerpo. Su novio fue detenido como sospechoso de haberla prendido fuego. El hecho ocurrió el domingo 2 de febrero de 2020, cuando la víctima se encontraba con su pareja, en una casa ubicada en Quebracho, en la zona de Barrio Lindo, Argentina.

Johanna Cambi Saavedra, de 34, se convirtió en la primera víctima de femicidio de este año en Ecuador. ella fue asesinada la noche del 1 de enero en el bloque 6, de la cooperativa Unión de Bananeros, del Guasmo sur de Guayaquil, la víctima recibió dos puñaladas que acabaron con su existencia.

Lucrecia Quisquillo Pilco, de 60 años, tenía heridas en la cabeza y desprendimiento de una mano, asesinada por su ex conviviente, el sábado 11 de enero de 2020, en una casa situada en la ciudadela Bellavista, en el suroeste de la ciudad de Milagro.

Melissa Dioselina Zambrano Vargas, de 22 años, fue asesinada en la comunidad Eloy el Ají de la parroquia Membrillo del cantón Bolívar, cuya cabecera es Calceta, en Manabí, habría sido estrangulada por su pareja.

Noelia Vargas, de 18 años de edad, fue asesinada el 25 de enero en la Cooperativa Flor de Bastión, noreste de Guayaquil. Según las investigaciones, el crimen habría sucedido debido a que la mujer pensaba abandonar a su pareja, quién le propinó dos balazos, uno en la espalda y otro el rostro.

Tamia Sisa Alta González, joven indígena de 22 años de edad, perdió la vida luego que su expareja le disparo en el abdomen. El hecho se suscitó en Cotacachi el pasado 04 de febrero, la víctima tenía una boleta de auxilio en contra de su atacante, ya que no era la primera vez que demostraba ser violento.

ESTADO CÓMPLICE

El Estado a través del sistema de justicia juega un papel importante en el esquema de opresión femenina, es responsable directo de la impunidad del femicida, permite todo tipo de violaciones a los derechos de las mujeres. En varios países las cifras reales son ocultadas desde el propio Estado, desde sus instituciones, desde los gobiernos de turno. Parece que esconder la realidad y mantener la opresión, fuera más importante que cambiarla, ningún gobierno se ha propuesto transformar de manera estructural la realidad de las mujeres, no se asigna presupuestos para implementar políticas a favor de niñas y niños, no se invierte en programas que permitan la emancipación femenina y el empoderamiento, desde las instancias gubernamentales no se vigila el cumplimiento de los mandatos constitucionales en referencia a los temas inherentes a los derechos de las mujeres, y prevención de la violencia, las instituciones gubernamentales re victimizan una y otra vez a las mujeres cuando se deciden a denunciar que han sufrido algún tipo de violencia.

POSIBLES SOLUCIONES

. Transformación de los patrones socioculturales.

. Repensar el rol de género de las mujeres.

. Promover espacios para reflexionar sobre la temática de violencia de género.

.Establecer rutas claras de atención para situaciones de violencia.

. Instituir políticas claras de enfoque de género dentro del sistema de educación en todos sus niveles.

. Educar para erradicar la violencia.

. Trabajar aún más en normativas que permitan eliminar todo tipo de violencia, en especial la que es contra las mujeres.

. Revertir el orden del sistema patriarcal.

. Cambiar el modo de producción capitalista por otro que respete al ser humano y lo ubique por encima del capital; que propicie una distribución equitativa de la riqueza.

. Que el estado garantice el goce pleno de los derechos políticos a las mujeres, para generar espacios de poder democráticos y equitativos.

. El estado debe garantizar el goce de derechos sexuales y reproductivos a las mujeres, que sean ellas quienes decidan cuando, cuantos y con quien procrear, brindando la información y los servicios de salud que se requiere.

. Garantizar el derecho a un trato digno y equitativo, en donde las mujeres gocen de las mismas oportunidades de desarrollo personal integral. Nadie, bajo ninguna circunstancia, debe limitar, condicionar o restringir el pleno goce de todos los derechos individuales, colectivos y sociales a las mujeres.

. Dejar de naturalizar la violencia.

. La familia debe aportar a la formación de seres humanos, iguales, respetando derechos, construyendo colectivos políticos de discusión y análisis, de debate de temas relacionados al rol de hombre y mujeres dentro de la familia y la sociedad.

. Construir nuevas masculinidades, que permitan replantear la idea de masculinidad y desaprender los roles de género adquiridos durante toda la vida y perpetuados a lo largo de siglos. Construir nuevas masculinidades implica, acabar con la violencia de género y con las actitudes que conducen a ella; dejar de formar hombres violentos que todo lo pueden, así como rechazar cualquier forma de machismo que aparece en la vida cotidiana. 

. El Estado debe garantizar a las mujeres, el no ser torturadas, ni sometidas a maltrato físico, psicológico, abuso, acoso o explotación sexual.

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