Por Cecilia Jaramillo*
La explotación y discriminación de que somos objeto las mujeres, tiene su origen en la explotación que ejercen los dueños de los medios de producción, los capitalistas, sobre los hombres y mujeres de las clases trabajadoras. Sin embargo las mujeres no tienen las mismas condiciones que los hombres para acceder al trabajo y para desarrollar distintas actividades en todos los ámbitos de la vida de la sociedad.
La explicación científica que Marx y Engels dieron sobre la condición de explotación y subordinación de las mujeres, en el libro “El Origen de la Familia, de la Propiedad y del Estado” de Federico Engels, es de gran importancia científica, este estudio echó abajo prejuicios y conceptos que planteaban como hecho natural las condiciones de vida de las mujeres, con la que se justificaba su discriminación y sojuzgamiento. Para las obreras que desde los inicios del capitalismo, lucharon por conseguir igualdad salarial y mejores condiciones laborales, las propuestas del socialismo científico, constituyeron banderas para acabar con el poder del capitalismo, reivindicar la igualdad plena entre hombres y mujeres y como un aspecto indisoluble para la edificación del socialismo. La frase de Marx, “La opresión del hombre por el hombre se inició con la opresión de la mujer por el hombre”, tuvo un impacto ideológico en las filas de las organizaciones proletarias y abrió el camino a la incorporación de las mujeres a la lucha revolucionaria.
Clara Zetkin, en 1890, inmediatamente después de la fundación de la Internacional Socialista, comenzó a hablar, a escribir y organizar la lucha de las mujeres para integrarlas a la lucha socialista. Proyectaba la visión de que ellas tomaran su lugar en la lucha de clases, su lugar en la revolución socialista que estaba en un proceso de organización en Europa y Rusia.
Aquel comienzo de incorporación de las mujeres al proceso revolucionario era muy duro: partido y sindicato eran cosas de hombres. El peso de las costumbres, de las religiones y de las normas vigentes en la sociedad generaba un ambiente desfavorable para que las mujeres se atrevan a participar en la lucha política de sus hermanos de clase contra la explotación del capitalismo y por la instauración del socialismo.
Sin embargo, surgieron líderes mujeres comunistas, socialistas y de pensamiento progresista, que crecieron en la confrontación a esas ideas y costumbres caducas y retardatarias. Clara Zetkin, Rosa Luxemburgo, Alexandra Kollantai y muchas otras, dejaron sus huellas con sus propuestas para organizar a las trabajadoras en las filas revolucionarias.
Fue determinante el debate sobre la importancia del socialismo para la emancipación de las mujeres. Los escritos de August Bebel, en 1885, con el libro “La Mujer y el Socialismo”, “La Nueva Mujer y la Moral Sexual”, de Alexandra Kollontai, los escritos de Clara Zetkin y “Sobre la emancipación de la Mujer” de Lenin constituyeron los pilares teóricos que sustentaron la necesidad de incorporar a las mujeres al movimiento revolucionario, a motivar su participación política por su propia liberación y por la emancipación de toda la humanidad.
Las mujeres socialistas crean el Día de la Mujer
La huelga de las obreras tejedoras y modistas de Petrogrado, declarada el 8 de marzo (16 de febrero de acuerdo al calendario ruso) se constituyó en el detonante de la revolución bolchevique, ratificando la tesis de que las “mujeres trabajadoras son protagonistas de la revolución”.
En esa época, en varios países capitalistas, las mujeres obreras protagonizaron huelgas y movilizaciones en contra de la explotación de que eran víctimas. Las obreras textiles de Nueva York se movilizaron el 8 de marzo de 1857 para demandar una jornada laboral de 8 horas pues tenían jornadas extenuantes de 12 horas; estas obreras en huelga fueron atacadas brutalmente. En Chicago, Minessota, en Inglatera y Alemania, las obreras se movilizaron permanentemente para reclamar mejores condiciones de vida.
En estas condiciones se realiza el Congreso Internacional de las Mujeres Socialistas, en Alemania, en él, Clara Zetkin, propuso que se establezca el 8 de marzo como DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA, en homenaje a todas las luchadoras que se movilizaron contra la explotación capitalista.
A partir de esta declaración, las mujeres en el mundo cada año se movilizan por reivindicar sus derechos y para generar un movimiento de mujeres que permita potenciar este anhelo de igualdad y libertad que está presente en sus luchas.
La lucha por la emancipación de las mujeres, sufre el ataque de las fuerzas reaccionarias del capitalismo, de los sectores conservadores que promueven acciones para desfigurar esta lucha que en esencia es anticapitalista y antipatriarcal, y con este propósito se promueve la mercantilización del 8 de marzo para despojarla de su contenido revolucionario.
Por ello es necesario fortalecer un movimiento de mujeres de izquierda, anticapitalista y por la liberación social y empujar las movilizaciones teniendo como ejes de lucha:
- Contra la explotación capitalista y la opresión patriarcal
- Por trabajo y salario digno, contra la precarización y flexibilización laboral.
- Contra los despidos de trabajadoras y trabajadores por el Gobierno
- Por la erradicación del trabajo infantil y las formas de esclavitud generadas por el capitalismo
- Por el derecho al trabajo de las madres, de las jóvenes y de las mujeres de los pueblos y grupos sociales históricamente discriminados
- Por seguridad social para las mujeres y la jubilación de las trabajadoras a los 30 años de servicio sin límite de edad
- Por servicios sociales gratuitos y de calidad para las mujeres trabajadoras del campo y la ciudad
- Por la erradicación de todas las formas de violencia contra las mujeres; la erradicación del femicidio
- Por el fin de la explotación sexual de niñas, niños y mujeres; contra la trata de personas.
- Por el respeto a los derechos sexuales y derechos reproductivos de las mujeres y la despenalización del aborto
- Por garantizar educación, salud y vivienda dignos para las mujeres jefas de hogar y sus familias
- Contra la discriminación, la xenofobia y el racismo
- Por los derechos humanos de las personas con diversidad sexo genérica
- Por la soberanía de los pueblos y por una nueva sociedad de respeto y dignidad para todos los seres humanos.
*Dirigente de la organización Mujeres por el Cambio de Ecuador