Por Farid Sánchez /Colombia
Colaboración para Opción
Quedará en los anales de la historia política de Colombia, que por primera vez un gobierno de corte progresista conducirá la administración pública del Estado colombiano. Es sin duda un triunfo que encabeza Gustavo Petro, pero que no hubiera sido posible sin la participación activa de una diversidad de organizaciones políticas y sociales en la dinámica electoral, y de un sector del establecimiento político tradicional que se encuentra en crisis y que se ha acomodado en la propuesta de “Acuerdo Nacional” del mandatario electo.
Con un llamado de fiesta nacional, el presidente Petro convocó a miles de personas de los distintos puntos del país para que asistieran al acto de posesión presidencial, la convocatoria fue un éxito. En las calles del centro de la capital solo se vivía un carnaval y una sensación colectiva de entusiasmo.
Mientras caía la tarde se dio inicio al acto de posesión. El presidente del Senado, Roy Barreras, figura política que genera tensiones dentro del partido de gobierno, inició su intervención resaltando que la guerra y el dolor que se ha desatado en Colombia ha dejado profundas tristezas en millones de colombianos y colombianas, y enfatizó en que la “democracia liberal” intentará parar la muerte y consolidar a Colombia como potencia mundial de la vida. De su intervención se destaca una propuesta muy parecida a la que se pensó desde la UNASUR, la tan soñada unificación de América Latina, una unificación que elimine las líneas fronterizas y que permita la libre circulación de una sola moneda.
Entre arengas de “sí se pudo” el presidente Petro, exmilitante de la exguerrilla del M19 y exalcalde de la ciudad de Bogotá, saliéndose del protocolo, dio la orden a la casa militar de mandar a traer la espada de Bolívar al acto de posesión en la plaza pública. Todavía retumba la orden presidencial: “Señores de la casa militar traigan la espada de Bolívar ante el pueblo, ante el congreso, ante el Estado”, esta es una de las cosas que más se recordaran de la tarde del domingo 7 de agosto del 2022. La espada de Bolívar representó para el M19 un símbolo de lucha, su extracción de la Casa Quinta de Bolívar en Bogotá en 1974 a cargo de miembros del M19 fue la acción con la que se dieron a conocer ante la opinión pública. Días previos a la posesión, el presidente saliente había dado la orden de no prestar la espada de Bolívar para la ceremonia. Bolívar ha sido visto por sectores de la extrema derecha como una figura peligrosa, puesto que bajo el proyecto bolivariano se han acogido diversas organizaciones políticas-militares que invitan al pueblo colombiano a una segunda y definitiva independencia.
En su discurso, el nuevo presidente ratificó que cumplirá con la implementación del Acuerdo de Paz, Acuerdo que fue pisoteado por el gobierno de Iván Duque y que sufrió constantes embestidas por parte de los sectores más reaccionarios y fascistas de la derecha. Es esperanzador que exista una voluntad del gobierno entrante en sacar avante las reformas consagradas en el Acuerdo de Paz, será dura la tarea porque los tiempos de la implementación se atrasaron y debe haber una modificación a todo el plan de implementación del Acuerdo de Paz.
“Acogeré las recomendaciones del informe de la comisión de la verdad”, entre aplausos y una euforia colectiva, fue acogida esta frase, ya que los informes que ha ido presentando la comisión de la verdad dan muestra del espantoso paso de la guerra por Colombia. Una de las apuestas del nuevo gobierno y así lo han manifestado es la divulgación de los informes para que todo el pueblo colombiano sepa qué fue lo que pasó y no esté condenada a repetir la historia.
Otro aspecto a resaltar del discurso presidencial, es que se puede dar la posibilidad de que existan diálogos regionales vinculantes que permitan construir propuestas que fortalezcan, como dice Gustavo Petro, el poder popular. Esta propuesta, si bien no se conoce a profundidad en cuanto a su procedimiento metodológico y demás, permitirá que las organizaciones sociales y populares se fortalezcan para llegar con exigencias claras al nuevo gobierno.
Ya para culminar hay una propuesta que se debe detallar bien y es la invitación que hace el presidente Petro a los grupos armados a dejar las armas a cambio de beneficios jurídicos. Parte de la visión del nuevo gobierno frente a los grupos armados es de que todos los alzados en armas son “organizaciones multicrimen”, y quiere poner en la misma mesa a organizaciones armadas que no persiguen un fin político con organizaciones armadas que hacen parte de la historia política del país y que por muchos años han hecho parte del debate político nacional. Antes de que se posesionara el nuevo gobierno, se ha hablado mucho de “la Paz Completa” hay muy poco sobre esa propuesta, se espera que en la marcha de los primeros 100 días de gobierno se aclare un poco ese concepto, ya que diversas organizaciones de los sectores alternativos hablan de “Paz con Justicia Social”, será un debate más que semántico.
Vienen cambios, no estructurales, pero habrá escenarios de participación en la institucionalidad que antes estaban cerrados…
Coordinadora Nacional de Procesos Sociales y Comunitarios