Por Leonardo Lobato
Genetista ecuatoriano
Análisis y comentario del ensayo de cómo se aprecia y disfruta el arte en todas sus formas y cómo influye nuestra constitución biológica en la manera en que nuestros sentidos lo captan. Este ensayo es analizado profundamente por Néstor O. Bianchi, investigador argentino, experto científico en GENÉTICA MOLECULAR HUMANA, quien establece que la finalidad de la aparición del arte y su evolución en el hombre primitivo y su posición cromosómica, el rol de la herencia y de los genes en la creación y apreciación del arte.
El autor inicia el estudio de la genética y el arte definiendo ¿ Qué es el Arte? y se remite al Diccionario de la Real Academia, para saber que el arte es una virtud o disposición inherente al ser humano y por lo tanto todos creemos estar capacitados para identificar una obra de arte y decidir si nos agrada o no. Aunque no es fácil establecer una definición satisfactoria, hay algunas condiciones que deberían cumplir las obras de arte: no existir en la naturaleza y ser el resultado de una creación del ser humano, incluyendo la acción de reproducir algo preexistente en la naturaleza o emplear elementos de la naturaleza para crear algo original; contener un simbolismo que el artista desee transmitir al público; generar una respuesta emocional en los que observan y analizan una obra de arte. Aclara esta cuestión, analizando el ejemplo del Ballet y la Gimnasia artística que se sustentan en la genética, porque en las dos actividades se analizan los genes que favorecen una y otra actividad y su posición cromosómica. Sabemos que el ser humano en sus células somáticas tiene 46 cromosomas: 22 pares de autosomas y el par sexual XX para la mujer y 22 pares de autosomas y el par sexual XY para el varón; investigadores israelíes especializados en genética, psicología y medicina del deporte, determinaron que los bailarines de ballet y atletas de alto rendimiento presentaban el gen transportador de proteínas específicas ubicados en el cromosoma 17 y 12 que determinaban la eficiencia de las actividades atléticas y de los baletistas. La genética muestra en algunas ocasiones que algunos artistas pueden tener genes o genomas que resulten ventajosos para tener éxito en su vocación.
Este ensayo tiene la finalidad de analizar la relación entre la Genética y Arte y veremos con frecuencia que la Genética moderna ayuda a reinterpretar obras de arte clásica. Además, se analiza de qué manera los genes o una enfermedad genética influyen en la producción de un artista. También se intenta determinar cuando aparece el arte en la evolución del Homo sapiens
El autor relata que tuvo una experiencia extraordinaria y mágica al realizar trabajo de campo para estudios genéticos de roedores Akodontinos, cuando visitó la cueva de las manos pintadas y quedó sobrecogido al ver el arte en las imágenes de las manos pintadas de color ocre; y hoy se sabe que esas pinturas tiene una antigüedad de 9 500 años.
Hoy se conocen de la existencia de cuevas con arte rupestre en varios continentes, especialmente en Europa Occidental como Francia y la Península Ibérica con mayor concentración y que muestran las obras más antiguas. Se observan paredes con variaciones de estilo de pinturas rupestres según su antigüedad; además, las cuevas son reservas de tallados en hueso, marfil y piedra, de restos de animales y de fragmentos residuales de carbón y que mediante la prueba de Carbono 14 determinar la época en que las cuevas recibieron la visita de los artistas y chamanes prehistóricos, tal vez hace 45.000 AP o 35.000 AP. El hombre de Neandertal y por otra parte el Homo sapiens cromañón o moderno, manifestaron actividades artísticas distintas; el hombre de Neandertal era capaz de producir herramientas y ornamentos personales tallados en hueso, piedra, asta y dientes de animales. Es interesante mencionar que en África, se encuentran cuevas muy antiguas, conteniendo herramientas y ornamentaciones que indican desarrollo artístico primitivo hace 77.000 a 75.000 AP. Todo este simbolismo del arte primitivo está relacionado con el desarrollo del cerebro con capacidad para formular ideas abstractas y de la existencia de un lenguaje que permitió comunicación con sus congéneres; esto no aconteció bruscamente, sino que apareció gradualmente a lo largo de cientos de miles de años durante la evolución del género Homo.
El autor de este ensayo, analiza el desarrollo del volumen cerebral del género Homo durante su evolución y que determinó una correlación para el pensamiento abstracto e inteligencia. Y, pregunta cuándo aparece el arte en el hombre primitivo. Existen pruebas de que el hombre de Neandertal pudo haber generado objetos con contenido que pudieran considerarse manifestaciones protoartísticas; quizá en una cueva de Israel se encontró una figurilla hecha en lava que aparentemente representa una mujer y que data 230.000 AP; mientras que una antigüedad de 800.000 AP llevaría a concluir que el Homo erectus era capaz de crear proarte. El hallazgo de pigmentos de ocre en algunos sitios arqueológicos, sugiere que los neandertalenses tenían el hábito de pintar sus cuerpos.
Carlos II de España.
Retrato por Juan de Carreño Miranda
Se considera que la aparición de modificaciones en la estructura, organización y conexiones cerebrales pudo haber sido el motivo esencial del origen del arte en el Homo sapiens, un fenómeno de este tipo habría tenido una base genética. Si el arte dependiera de cambios neuroanatómicos la transmisión generacional sería por la herencia biológica o también si dependió del aprendizaje, se transmitiría por la herencia cultural.
GENÉTICA Y EXPRESIÓN DEL ARTE
Néstor Bianchi nos introduce en la relación entre la genética y el arte desde perspectivas diferentes: reproducción de modelos con anormalidades por causas genéticas o hereditarias; algunos pintores reprodujeron cualidades corporales de individuos en sus cuadros, utilizando modelos con condiciones patológicas de origen genético o hereditario. Por ejemplo un caso típico es el enanismo acondroplásico, causado por la mutación dominante de un gen que controla el crecimiento ubicado en el cromosoma 4. La deficiencia de funcionamiento de este gen produce la detención del crecimiento en las extremidades y algunos huesos faciales; hay tres buenos ejemplos de esta anormalidad genética: las Meninas, en el bufón Don Sebastián de Mora de Diego Velásquez siglo XVI museo del Prado y el Enano Morgante de la corte de los Medici por Angelo Broncino siglo XVI Florencia.
Henri de Toulouse Lautrec
Otro ejemplo, el síndrome de Down mal llamado mongolismo, se presenta in individuos con alteración numérica de los cromosomas 21 que en lugar de ser 2 tienen 3, trisomía 21 con un total de 47 cromosomas. El semblante del Down es muy característico, que viene acompañado de retraso mental; el cuadro La adoración del niño Jesús de origen Flamenco 1515 de autor desconocido; se aprecian los típicos rostros Down de un niño junto a la Virgen y del personaje que tiene un cuerno en la mano. Se detallan otros síndromes relacionados con alteraciones genéticas: como el albinismo muy frecuente en el ser humano y es la consecuencia de una mutación en el gen que controla la formación del pigmento melanina; la mutación es recesiva, que afecta a los 2 genes en el par cromosómico 11 y el individuo presenta pelos y piel blancos; la artista T. Cameron, pintó una serie de cuadros de albinos.
La progeria enfermedad genética rara que produce la alteración de las 2 copias del gen ubicado en cromosoma 1 y que afecta al individuo desde la niñez con vejez prematura y la muerte alrededor de 12 a 13 años; Roberto Fabelo presenta varios cuadros con esta afección.
Una afección muy conocida y emblemática en Europa es la presentada por ciertos monarcas, es el alargamiento de la mandíbula inferior o progmatismo que confiere al semblante un aspecto peculiar, debida a una mutación dominante, Diego Velázquez en 1655 pintó a Felipe IV y en 1692 Lucas Giordano pintó a Carlos II de España con esta afección. Ambos retratos se exhiben en el museo del Prado.
El aumento exagerado de la vellosidad corporal se denomina hirsutismo o hipertricosis, generalmente ocasionado por trastornos hormonales que genera incremento leve a moderado del vello en la cara, el cual es muy notorio en la mujer; este rasgo se debe a una mutación dominante de un gen en el cromosoma 8 y produce un exagerado hirsutismo de cara, hombros y miembros superiores. Hay un óleo de Lavinia Fontana 1584 que ilustra la pintura de una mujer portadora de afección. Bianchi, en su ensayo, describe muchas anomalías genéticas que fueron ilustradas en obras de arte; inclusive menciona anormalidades genéticas en artistas de la pintura, ejemplos de esta aseveración menciona a Charles Merión que padecía una ceguera congénita al color rojo.
El pintor del siglo XX con ceguera al color merece una mención especial por el valor de su obra y por la magnitud de los trastornos psiquiátricos que lo afectaron, se refiere a Vincent van Gogh que tal vez su ceguera al color era de origen genético o por intoxicación por plomo o digetilina. Otro famoso pintor Edgar Degas, también sufrió de trastornos visuales debido a un componente genético. El pintor post impresionista y dibujante de afiches, el francés Henri de Toulouse Lautrec, pintor de la noche de la Belle Époque parisina; su entorno, los cabarets de París, fue hijo de una pareja endogámica de primos hermanos y recibió de sus progenitores el gen recesivo que le produjo una Picnodisostosis; los síntomas más evidentes de esta enfermedad aumento de la densidad ósea, talla moderadamente baja, anomalías dentarias, deformidades craneanas y del tórax y otras anormalidades.
La Meninas
Diego Velázquez 1656
El autor, en su libro, analiza un gran número de otros trastornos de origen genético y que se recrean en obras artísticas. También comenta de anomalías genéticas en los artistas de la música y danza; un ejemplo de trastorno genético menciona a Maurice Ravel compositor del famoso Bolero y se afirma que Ravel padecía de la afección de demencia fronto temporal.
Los grandes músicos probablemente depende su musicalidad de factores genéticos: capacidad para crear, dirigir o ejecutar música de la más variada, seguramente que hay genes que favorecen el tono musical perfecto
Con respecto a la danza, existen algunos genes que permiten alguna forma de expresión artística. La danza y la asimetría fluctuante son comunes en el ser humano y ambas cualidades, parecen estar vinculadas; aunque no se conoce que genes intervienen, la asimetría fluctuante tiene un evidente componente genético. En cuanto a la escultura, existe poca evidencia de ejemplos históricos de figuras que muestren afecciones genéticas: una de ellas es de origen genético de 4.500 años de antigüedad y se denomina el enano de Seneb y su familia que padecía un enanismo acondroplásico. En la costa del golfo de Méjico se encontraron estatuillas de la cultura Olmeca y cabezas de tamaño grande que son representaciones de niños y adolescentes con síndrome de Down. En las culturas amerindias prehistóricas en especial colombiana, ecuatoriana, peruana hay representaciones de una anomalía congénita el labio leporino que es un síndrome que se acompaña con paladar hendido determinado por factores hereditarios.
Para finalizar esta revisión del ensayo, el autor afirma que existe una interacción y correlación entre el arte y la genética porque se conoce científicamente que el ADN es la molécula más popular y estética porque se relaciona con el código genético, que controla la vida y la evolución de las especies.