Por Ramiro Vinueza P.
Los trabajadores latinoamericanos se movilizan este 1ro mayo, en memoria de esa gran movilización y huelga por la jornada de ocho horas conquistadas por los trabajadores norteamericanos en mayo de 1886 y en homenaje a Los Mártires de Chicago, que cayeron por la acción criminal de los capitalistas.
Desde que el Segundo Congreso Internacional de París, celebrado del 14 al 20 de julio de 1889, resolvió celebrar el 1 de mayo como el día internacional de los trabajadores, este se ha convertido en día de protesta contra la opresión y la tiranía, contra la ignorancia y la guerra de todo tipo. Es una fecha de celebración universal lograda con la movilización de los trabajadores, incorporada por varios estados latinoamericanos como fecha cívica oficial. En EEUU pese a que no es oficial, millones de trabajadores, sobre todo migrantes latinoamericanos realizan grandes movilizaciones reclamando sus derechos al trabajo, la salud y la educación
Fue en Argentina y Cuba, (1890) donde los trabajadores hicieron por primera vez manifestaciones públicas cumpliendo la orientación de la Internacional. Hoy las movilizaciones de los trabajadores suman millones en toda la región.
El movimiento obrero es uno de los actores destacados de la realidad política, económica y cultural de América Latina, ha marcado con su presencia, con su fuerza y transformaciones, la historia de los últimos cien años. Hoy enfrenta grandes retos al terminar una década de bonanza económica por los altos precios de las materias primas, principal rubro de exportación de los países latinoamericanos (petróleo, gas, minerales), y de la cual los mayores beneficiarios fueron los empresarios y banqueros locales, así como las transnacionales financieras, mineras y petroleras.
Ante la crisis que ronda por nuestros países, esos mismos grupos de poder, buscan ganar nuevos beneficios descargando la crisis sobre los hombros de los trabajadores. En estos últimos años el crecimiento económico ha sido débil y se desacelera aún más. Según la CEPAL, América Latica crecerá en 1,8% en el 2019. Esto significa que millones de trabajadores en la desocupación, la reducción y congelamiento de los salarios, la pérdida de la seguridad social, la rebaja de presupuestos para la educación, la salud, el empobrecimiento de gran parte de la población.
La fuerza de trabajo en América Latina y el Caribe (OIT) es de 414,2 millones de personas, de las cuales 289 están ocupadas; sin embargo, más de 150 millones personas, (53%), tiene empleo informal, es decir, están sobrexplotados, pobres o extremadamente pobres, pues sobreviven con bajos salarios, no tiene seguridad social; el 40% de los trabajadores y sus familias no tienen ningún tipo de protección social. El desempleo urbano en la juventud es 13, 3%, el doble de la tasa general de desempleo en la región que es 6,1%. Además, 6 de cada 10 jóvenes se ven obligados a aceptar empleos en la economía informal. Y 20 millones de jóvenes en la región no estudian ni trabajan.
Los trabajadores y los pueblos latinoamericanos que se movilizan este 1 de mayo rechazan, la injerencia del Fondo Monetario Internacional. Su presencia, antes como como ahora, tiene efectos de destrucción masiva, pues las economías nacionales decrecen y las condiciones de vida de la población empeoran, se privatizan empresas estatales, por tanto, los servicios que prestan se encarecen, se establece reformas laborales que legalizan la súper explotación y los bajos salarios, se anulan los derechos sindicales, crece la deuda externa con el FMI, Banco Mundial, aparte de las enormes deudas que varios países sostienen con China, Rusia y la Unión Europea.
Por ello en términos generales los trabajadores y los pueblos de la región se movilizaran por:
- El derecho al trabajo, por la estabilidad laboral y la creación de nuevos puestos de empleo. Por trabajo para los jóvenes.
- Por seguridad social que cubra las necesidades de los trabajadores, en prestaciones como la salud y las jubilaciones.
- En rechazo a la privatización de las empresas públicas de telecomunicaciones, hidroeléctricas, petroleras y de transporte, así como de la seguridad social que como en el caso del Ecuador están dentro de los compromisos firmados con el FMI.
- Por el alza de salarios. Pues estos no alcanza a cubrir a cubrir ni la mitad de la canasta básica familiar.
- En contra de la corrupción. Nunca como ahora ha sido tan evidente la podredumbre del capitalismo, la corrupción al más alto nivel de los funcionarios de gobierno que se pusieron al servicio de la empresa brasileña Odebrecht, causando millonarios perjuicios a más de una docena de países latinoamericanos.
- Contra deuda externa y contra la elevación de los impuestos para el pueblo.
Esta será una nueva jornada donde flamearan las banderas rojas de la clase obrera, las consignas y los cantos de la unidad popular, por un nuevo mundo, por la sociedad de los trabajadores.