J Romero*/ España
De creer al diario El País, la crisis del Silycon Valley Bank (SVB en adelante) se
inició hace cuarenta años con una partida de poquer entre un grupo de amigos
que decidieron crear la entidad cuya caída ha costado decenas de miles de millones
a inversores de todo el mundo. El brusco hundimiento de esta entidad, abrió una
carrera que se llevó por delante a otras: Signature Bank, First Republic, y Credit
Suisse…Aunque nadie pueda a estas alturas asegurar que sean estos los únicos
peones que caigan en el tablero financiero internacional, lo que sí parece evidente
es que la crisis bancaria, lejos de estar localizada en un sector o en un país
determinado, traerá como consecuencia una profundización de la crisis económica
general.
Ahora que todos los analistas burgueses presentan al capitalismo como la culminación del proceso de desarrollo económico y social de la humanidad, y afirman que, a pesar de algunas disfunciones transitorias (ciertamente muchas y cada vez más profundas en las última décadas) se rige por una lógica interna que apunta hacia su superación sin mayores consecuencias; a pesar de que vivimos unos momentos de confusión y estímulo de un profundo irracionalismo que, vestido con los ropajes más extravagantes (incluso alguno auto titulado de “comunista”), analiza los procesos que se dan en un mundo tan convulso como el actual, con una perspectiva mística, formal o visceral, según los casos; a pesar de todo ello, lo cierto es que, como afirmara el presidente yankee: así funciona el capitalismo.
Y basta un pequeño repaso a los textos de K Marx, para darse cuenta de que, en un momento histórico en el que el capitalismo aún se encontraba en su fase de “libre competencia”, el genial dirigente del proletariado ya fue capaz de desentrañar las principales tendencias del modo de producción capitalista y sus consecuencias. Tendencias y consecuencias que siguen expresándose periódicamente con toda su contundencia en este periodo de capitalismo de libre mercado o imperialismo.
Marx, anticipó hace más de cien años las evidencias que hoy niegan una inmensa mayoría de los “analistas” del imperialismo que, tras los problemas consustanciales al modo de producción, solo ven disfunciones coyunturales o errores subsanables, y consideran sus penosas consecuencias, para millones de personas, únicamente el precio a pagar para poner de nuevo en marcha el mecanismo, para ellos insuperable, de un modo productivo que, sin embargo, realmente acelera su velocidad hacia la catástrofe.*(1). Vayamos por partes.
1) La crisis bancaria se ha dado en el marco y como consecuencia de una crisis de sobre producción capitalista “Tan pronto como se produce una paralización a consecuencia de los retrasos de los reflujos, de un abaratamiento de los mercados o de una caída de los precios, se dará un exceso de capital industrial, pero bajo una forma que le impedirá desempeñar su función…habrá una masa de capital mercantil, pero invendible.
Una masa de capital fijo, pero ociosa en gran parte por el estancamiento de la reproducción…la razón última de todas las crisis reales es siempre la pobreza y la limitación del consumo de las masas frente a la tendencia de la producción capitalista a desarrollar las fuerzas productivas como si no tuviesen más límite que la capacidad absoluta de consumo de la sociedad…Por eso el negocio aparece siempre casi exageradamente sano justo antes de crack”.( K Marx El Capital Libro III Tomo II Edit. Akal Páginas 203 y 205)
En el modo de producción capitalista, la función principal del crédito es la de adelantar la plusvalía que el capitalista obtendrá del proceso de reproducción ampliada de su inversión. La crisis se da cuando este proceso de reproducción se ve paralizado, como señala Marx. No es una casualidad que el SVB, que dio inicio al crack, estuviera especializado en dar soporte crediticio en el ámbito de las empresas tecnológicas (de ahí su nombre) y startups (empresas que utilizan modelos de negocio escalables y usan profusamente las nuevas tecnologías); ni lo es tampoco que, previamente a la crisis, algunas de las grandes empresas del sector, haya
llevado a cabo o puesto en marcha brutales procesos de reconversión, con despidos masivos (un personaje tan “peculiar” y siniestro como Elon Musk, inmediatamente después de comprar Twitter despidió a la mitad de su plantilla, por email).
Quienes afirman, contra toda evidencia, que, conforme el capital mejora y abarata los procesos productivos, la economía avanza, deberían tomar buena nota del análisis marxista, corroborado constantemente por la vida económica real, que afirma que, en
un modo de producción como el capitalista, las mejoras y los avances técnicos finalmente se constituye en obstáculos al desarrollo de los procesos productivos y provocan las crisis de sobre producción.
La mayoría de los expertos insiste en que ha sido el rápido incremento de los tipos de interés lo que ha contribuido a desatar una crisis bancaria que se veía venir desde hace tiempo. Marx señalaba en su estudio sobre el Capital: “Si se observan los ciclos de rotación en que se mueve la industria moderna se verá que el bajo nivel de interés suele corresponder a los periodos de prosperidad…y que el interés máximo, hasta llegar al nivel extremo de la usura, se da en la crisis”. (K. Marx. El Capital Libro III Tomo II, pag. 36 Edición Akal).
Dicho de otra forma, la tendencia al incremento de los tipos de interés es también una manifestación de la crisis capitalista; una manifestación que, sumada a otras, confirma que la ineficacia de los banqueros ayuda a desencadenarlas, pero las crisis bancarias y su rápida generalización forman parte de un proceso general de crisis cuya génesis real está en el estancamiento provocado por la sobreproducción;
y que ésta se constituye en una tendencia esencial en el modo de producción capitalista.
Hace años que la crisis de sobreproducción que incuba el imperialismo viene provocando un incremento constante de la especulación, mediada por los símbolos de valor, por el dinero. La burbuja de las criptomonedas y sus constantes altibajos, por ejemplo, forma parte de esta erupción especulativa (tras la caída de SVB, el súbito
miedo de los inversores a apostar por los activos bancarios y otros valores en riesgo,
ha hecho incrementarse de nuevo el valor del bitcoin un 40% en una semana): a falta
de capital productivo o mercantil, el especulativo se convierte en refugio de las inversiones y combustible de nuevas crisis futuras.
El dinero, como hemos dicho en más de una ocasión es un símbolo de valor, sin
valor en sí mismo; es el fetiche en el que, cuando falla la producción, se refugia la
inversión capitalista. De hecho, una parte de la encarnizada batalla Inter imperialista
entre China y sus aliados, y EEUU y los suyos, no se libra en Ucrania, sino en torno
a cuál será el símbolo que rija las relaciones económicas entre las economías capitalistas, si las potencias en alza logran que el dólar pierda su papel de referencia en las transacciones internacionales.
Es por eso que el crack ha tenido lugar en este contexto de crisis, y en el área, las
nuevas tecnologías, que mejor representa la “vitalidad” del capital y su contradicción
fundamental; una contradicción que Marx expresaba así: “La transformación de todo
el capital en capital monetario, sin que haya gente que compre y explote los medios
de producción, …es naturalmente un absurdo. Y todavía sería un absurdo mayor que,
sobre la base del modo capitalista de producción, el capital arrojase interés sin funcionar como capital productivo, es decir, sin crear plusvalía, de la que el interés es tan solo una parte; que el modo capitalista de producción siguiese funcionando sin la
producción capitalista. (Ibidem Página 59)
2) La crisis del SVB prueba, además, que el carácter social de la producción capitalista, entra en contradicción con la apropiación privada del producto social. El afán de lucro es en última instancia el motor de la economía capitalista; por más que los estados proclamen a los cuatro vientos su intención de regular los mercados, la única libertad real que reconoce y asegura el capitalismo es la de mercado.
“Si el sistema de crédito aparece como la palanca principal de la producción y del exceso de especulación en el comercio, ello se debe únicamente a que el proceso de reproducción, que, por su naturaleza es elástico, se ve forzado ciertamente porque una gran parte del capital social la emplean quienes no son sus propietarios, los cuales actúan de un modo distinto a los propietarios, que, cuando actúan personalmente tienen miedo de traspasar los límites de su capital privado…”(Ibidem Páginas 148 y 149)
La justeza de esta afirmación de Marx se confirma de nuevo en esta ocasión. El me-
dio digital de EEUU Business Insider, señalaba el pasado 21 de marzo: “Silicon Va-
lley Bank ha quebrado en parte porque era un depósito de los comportamientos más
arriesgados de la industria a la que servía… El banco contribuyó a alimentar la burbuja
tecnológica y viceversa, retroalimentándose ambos hasta hacerlo saltar todo por los aires… En Silicon Valley, la máxima prioridad para cualquier empresa es el crecimiento.
Eso significa que si dan con cierta tendencia que puedan monetizar (transformar
en dinero) rápidamente, la industria al completo se lanza a ella. Con esta estrategia,
el SVB prosperó… Se convirtió en el tipo de activo que los fondos de capital riesgo
querían poseer durante el apogeo de esta burbuja: un negocio de alto crecimiento con una lista de clientes que incluía fondos de capital riesgo bien conectados, startups destacadas y depositantes que capitalizaban la última moda”.
Como señalamos más arriba, esta no es la primera crisis, ni será la última; y tiene
su origen en una crisis de producción, un estancamiento de la producción previo, que
es anterior a la pandemia y a la guerra de Ucrania, aunque estos procesos hayan contribuido a agravarla: “Así pues, cada uno de los elementos que se opone a la repetición de las viejas crisis encierra el germen de una crisis futura mucho más violenta… En un sistema de producción donde todo el mecanismo del proceso de reproducción se basa en el crédito, cuando este cesa repentinamente y solo rige ya el pago al contado, tiene que producirse una crisis, una demanda violenta de medios de pago… Además, aquí todo parece al revés, pues en este mundo de papel no aparecen en ninguna parte el precio real ni sus factores reales, sino únicamente barras, dinero metálico, billetes de banco, letras, títulos y valores”. (K Marx Ibidem).
Con la agudización de la crisis la especulación ha crecido: el bitcoin y otras criptomonedas, pero también los bonos y letras del tesoro de los estados que han servido de refugio para el capital “inmóvil”; si tenemos en cuenta que los Estados han tirado con profusión de la “máquina de hacer dinero” para llevar adelante planes de auxilio que evitaran el colapso de sus economías durante la pandemia, y, por tanto, la deuda de los Estados ha crecido exponencialmente, yendo a poder de muchos “ahorradores” y fondos de capital; ha sido suficiente el aumento de los tipos de interés adoptado por los Bancos Centrales para “evitar el aumento desbocado del IPC” para que se redujeran proporcionalmente los valores adquiridos por entidades como SVB para asegurar sus inversiones de riesgo. Todos estos factores y otros que harían excesivamente prolijo este artículo están detrás de la crisis bancaria que aún no ha cesado. *(2)
De hecho, cuando escribía este artículo, la prensa informaba sobre la brusca caída en la cotización bursátil de los bancos europeos y de la crisis agónica de uno de los principales, el Deutsche Bank (otra cuestión es que finalmente el gobierno alemán permita que uno de los mascarones de proa de su sistema financiero se hunda), lo que augura un rápido contagio a la economía europea en su conjunto.
3) ¿Quién salvará el culo a los especuladores?
A pesar de que se venda que una parte de los bancos afectados han sido “rescatados” por otros (lo que, en definitiva, acelera el proceso de centralización bancaria que está poniendo en manos de un puñado de entidades financieras el control del crédito)*(3); y a pesar de las palabras del presidente yanqui, J. Biden al inicio de la crisis: “Se arriesgaron a sabiendas y, cuando el riesgo no les recompensó, perdieron su dinero, así es como funciona el capitalismo”, los estados han corrido en auxilio de los financieros sin escrúpulos, en particular el gobierno de EEUU que debía salvar su “buen nombre”.
Business Indiser manifestaba en el artículo que mencionamos: “…la transformación de las empresas de capital riesgo de rudos tecnólogos libertarios a estatistas en apuros fue casi instantánea. Pedían a gritos ayuda a un gobierno que (parece que fue ayer) aseguraban no necesitar”. Y no hay nada que no puedan conseguir los “emprendedores” que sostienen los pilares del sistema, cuando pasan apuros. De modo que, pasado el primer susto, el Gobierno yanqui acudió en auxilio de los inversores unos días después, garantizando los depósitos de los clientes del SVB y Signature Bank, en su totalidad. * (4)
Lo que sí está claro es que el pago, como siempre, correrá a cuenta de la mayoría de los trabajadores. Y es que la contracción económica se acentuará, el crédito se contraerá aún más y los Estados invertirán el dinero que sea necesario para salvar el negocio bancario de la ruina. El medio digital, “El Economista.es” señalaba el pasado 24 de Marzo: “Los analistas del Bank of America Hartnett y su equipo esperan recortes “agresivos” de tipos en los próximos 12 meses, pero solo empezarán cuando empiecen a acumularse los despidos”.
4) A modo de conclusión. – Una de las consecuencias más graves del abandono
del marxismo por parte de la mayoría de las fuerzas de izquierda es que ha dejado
desarmado al movimiento obrero y popular, peleando sin armas ideológicas contra las consecuencias brutales de la que es la crisis más profunda del capitalismo imperialista.
La política reformista que defiende utilizar el Estado liberal para avanzar en la conquista de derechos sociales ha probado sobradamente su ineficacia; pero, conforme la crisis se agudiza y el Estado liberal pasa a ejercer su papel de sostén de la oligarquía financiera, esa política se va convirtiendo en uno de los principales escollos para el desarrollo de la lucha de clases.
Eso empieza a ser asumido por el sector más consciente del proletariado que paulatinamente se activa y reagrupa. La lucha del proletariado francés contra el Estado liberal de la V República y la soberbia de su representante, Macrón, es el mejor ejemplo de ese cambio de tendencia en el campo popular.
La respuesta del pueblo hermano a la chulería de Macrón, se está dando en la calle;
son millones las personas que responden a la cerrazón del imperialismo francés con
una lucha encarnizada que agrupa a más ciudadanos cuanto más se empeña el capital
en torcer el brazo del pueblo.
Los trabajadores franceses están abriendo un camino que seguro van transitar sus hermanos de clase de otros países; el único: la lucha.
*(1). – “Las recientes quiebras demuestran que las caídas bancarias y las crisis de liquidez pueden desarrollarse a una velocidad nunca vista” Tomado de El País 19 de marzo.
*(2). – La sección de economía del diario El País, señalaba que el Estudio de varios economistas planteaba serias dudas sobre la contención de la crisis con el salvamento del SVB: “…Ese estudio afirma que el 10 por ciento de los bancos en Estados Unidos (aproximadamente unos 400 bancos) podrían tener pérdidas no reconocidas mayores que las de SVB asociadas a la disminución del precio de sus activos de renta fija. Si se combina esta información de activo con los bancos que tienen mayores proporciones de depósitos no asegurados, se estima que unos 190 bancos podrían tener dificultades parecidas a SVB…”.
*(3). – UBS obtuvo Credit Suisse por un 60% menos de lo que valía el banco cuando los mercados cerraron dos días antes. Queda por ver si eso finalmente resulta ser una ganga. Las grandes fusiones están notoriamente cargadas de
riesgos y, a menudo, no brindan los rendimientos prometidos a los accionistas…El problema de tener un solo banco grande en una economía pequeña como la suiza es que si necesita un rescate —lo que hizo UBS durante la crisis de 2008— la potencia financiera del gobierno puede ser insuficiente. Tomado de CNN
*(4). – No era nada nuevo; el propio SVB para incrementar sin control sus depósitos presionó, junto con otros colegas, para que la Administración Trump elevase el tope de 50.000 a 250.000 millones de dólares en activos que el Estado yanqui había establecido tras la crisis de 2007 como límite para someter a los bancos a controles más estrictos. Lo que le permitió aumentar sus depósitos de 50.000 millones en 2019 a casi 200.000 en 2021.
Tomado del Periódico Octubre Abril de 2023| Número 164 | www.pceml.info