El negocio de la guerra

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Por Patricio Camacho Z.

A un mes de la invasión de Rusia a Ucrania, ha cobrado relevancia las apariciones al mejor estilo de un triller de Volodimir Zelenski, con videos que recuerdan una pieza publicitaria, mientras Putin aparece frío y distante. La parte propagandística la está ganando Zelenski ya que cuenta con un aparato global que reproduce sus mensajes en todo el mundo occidental. Además, las imágenes de asesinatos de pobladores con ropa de civil, que se los atribuye al ejército ruso, tienen la firma de mercenarios chechenos que luchan del lado de Ucrania; recordemos que un centro de entrenamiento de este ejercito irregular, que funcionaba en un hotel, fue atacado por los rusos y destruido. 

Para tener una idea de la capacidad militar de cada uno de los protagonistas, entremos en detalles y llegamos a la conclusión que esta guerra ya es global. Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Alemania; entre otras potencias y países, están proveyendo de múltiples armas a los ucranianos y aliados como los chechenos. El mejor ejemplo son los de “Stingers”, misiles antiaéreos pequeños y portátiles que son disparados desde el hombro de quien lo porta, EEUU han entregado 1 400 unidades de este misil; el cual es capaz de volar un tanque de guerra o blindados rusos. El Reino Unido ha dado a los ucranianos más de 4 200 armas que se disparan desde el hombro, llamadas armas ligeras antitanque de nueva generación NLAW. En tan solo 15 segundos, los soldados ucranianos pueden desenganchar el arma relativamente barata, desplegar su mira, retirar el seguro y estar listos para disparar. El lanzador, que es fácil de operar y puede ser desechado después de usarse, ha demostrado ser muy útil, en especial en emboscadas a corta distancia. Estados Unidos ha enviado a Ucrania alrededor de 2 600 sistemas de misiles Javelin, armas de hombro de mayor alcance que también son capaces de penetrar el blindaje ruso. Otros 2 000 están en camino.

En total, los países de la OTAN han enviado más de 17.000 de misiles y cohetes antitanques a Ucrania. El gobierno británico anunció el miércoles que enviaría 6 000 “misiles defensivos” adicionales a Ucrania; esos misiles incluirán “armas antitanques y explosivas”; por ello señalamos que la guerra ya es global; sin embargo, ningún soldado regular de la OTAN ha derramado una sola gota de sangre, los ucranianos están poniendo los muertos y su país es el escenario de prueba de las nuevas armas, en su afán de cercar a Rusia.

Pero el ejército ruso también tiene los suyo. En Mariúpol, los rusos están utilizando cohetes con ojivas termobáricas, las cuales producen una onda expansiva más poderosa y de más larga duración que una ojiva explosiva típica, pero no están sujetas a ninguna prohibición internacional, además de bombas de racimo; una clase de arma que consta de cohetes, bombas, misiles, morteros y municiones de artillería que se abren en pleno vuelo y dispersan armas más pequeñas o bombas menores en un área extensa. La mayoría de las bombas de racimo son ilegales ante las leyes internacionales, pero Estados Unidos, Rusia y Ucrania no han firmado el tratado que prohíbe su uso. Además, Rusia no se puede dar el lujo de perder aviones MIG de última generación y ha optado por lanzar proyectiles de artillería desde vehículos móviles.

El negocio de la guerra involucra a varios países productores de armas.

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