¡Abajo el golpe de estado parlamentario, orquestado por la derecha y el imperialismo norteamericano!

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Por Nilo Candela*

Lo acontecido el día miércoles 07 de diciembre de 2022, al medio día en el Perú, no ha sido un hecho sin planificación o solamente un arrebato de aventurerismo del ex Presidente Pedro Castillo, que dio un discurso televisado para disolver el Congreso de la República y de esta manera buscar poner fin a las disputas entre el Poder Ejecutivo y Poder Legislativo que han entrampado muchos proyectos de ley que podrían dar algunas soluciones en el actual contexto de crisis alimentaria, energética, económica y política que vive el país. Existen elementos mayores que no podemos perder de vista, para no ser víctimas necias del engaño ajeno y propio, y desenmascarar los intereses de clase que se vienen disputando en la actual coyuntura, frente a los cuales no podemos ser ingenuos.

La misión de la OEA, acantonada en el país semanas atrás, trajeron más que una misión para aportar a la estabilidad del Perú, las posibilidades de establecer un gobierno de transición en el marco del encargo de mantener la calma en la región, como una de las directrices del imperialismo norteamericano; al cual el gobierno de Pedro Castillo no afectó en ninguno de sus intereses, sino que por el contrario le dio más posibilidades para afianzarnos a su dominio, siguiendo las recomendaciones del FMI y Banco Mundial. 

La misión de la OEA y los intereses del imperialismo norteamericano, debían buscar la estabilidad, para que las fuerzas de izquierda no levanten más la exigencia de la “Convocatoria a una Asamblea Constituyente Soberana y Popular”, que siente las bases de un nuevo modelo económico que posibilite el desarrollo nacional y la mejora de las condiciones de vida del pueblo trabajador, además de esto, evitar que haya un nuevo gobierno que acerque más al Perú a la influencia China y Rusa, tras la constituyente.

Existe en el mundo un contexto de disputa Inter imperialista, que nos pone en peligro de guerra. Estados Unidos, los países de la Unión Europea, Rusia y China; pugnan por un nuevo reparto del mundo en el marco de crisis económica, política, alimentaria y energética a escala mundial. Para lo cual, el imperialismo norteamericano debía enfriar los focos que posibiliten el progreso de las fuerzas de izquierda y se preste más atención a las contradicciones Inter imperialistas.

Hay un fondo muy importante en el que la oligarquía peruana juega un papel, pues fue la que tramó que Pedro Castillo sienta confianza en el respaldo de las Fuerzas Armadas y Policiales para que en su discurso pretenda “disolver temporalmente el Congreso” y a la hora definitiva sea abandonado, dándole todas herramientas para que proceda una Vacancia Constitucional, desde el Congreso de la República y asuma la conducción del país, la Primera Vice-presidenta Dina Boluarte, que desde hace mucho tiempo venía siendo la carta de transición de los partidos de la derecha y ya tenía preparado un discurso que denuncia el intento de Autogolpe de Estado de Castillo y levanta las banderas de la defensa del Orden Constitucional y el respeto a la institucionalidad de las Fuerzas Armadas y Policiales.

Pedro Castillo quiso realizar un golpe de Estado al estilo fujimontesinista repitiendo infelices frases que nos llevan a recordar el origen del plan violento de implantación del neoliberalismo en el Perú, decía Marx «La historia se repite dos veces, primero como tragedia, luego como comedia», y la farsa en la que cayó Pedro Castillo, sin duda significa un golpe a las banderas que levanta el movimiento popular para el cambio de Constitución Política, para limitar la acción de los monopolios y oligopolios, acabar con el papel subsidiario del Estado y frenar la venta descarada de nuestros recursos naturales a las transnacionales.

Los trabajadores están en las calles levantando su voz de protesta contra esta maniobra de la oligarquía y el imperialismo norteamericano, quienes con un falso llamado de “unidad nacional” pretenden desviar nuestra atención del peligro que actualmente corren las comunidades campesinas y nativas y la producción nacional agropecuaria, al existir más de 46 mega-proyectos mineros que quieren ejecutarse arrebatando territorios comunales, sin contar con licencia social y sin haberse evaluado cabalmente el impacto en el ambiente y la producción agrícola; así mismo, por haberse limitado el uso del referéndum para realizar cambios en la Constitución de 1993 y estar en un contexto de crisis alimentaria, que en lo que va de la primera etapa productiva nacional ya se ha perdido el 20% de la producción agrícola por ausencia de lluvias, no existe producción de fertilizantes ni una planta petroquímica que industrialice nuestro gas; todo esto afectará el suministro de alimentos desde el segundo bimestre de 2023. 

Los monopolios que controlan la importación de alimentos, el sistema financiero y la prensa que agitaba la vacancia, para seguir recibiendo dinero por propaganda Estatal, son los más beneficiados por este golpe de estado de la derecha, orquestado por el imperialismo norteamericano y que no transmite el movimiento en las calles de los trabajadores y pueblo organizado.

Desde el Partido Comunista Peruano (marxista – leninista), hacemos un llamado a los trabajadores y los pueblos a continuar en las calles para defender el programa popular, contrarrestar la intentona de la burguesía parasitaria de imponer proyectos e intereses transnacionales en el país y así avanzar en forma organizada para exigir que se vayan todos los corruptos y se convoque a una Asamblea Constituyente Soberana y Popular, donde las fuerzas organizadas del pueblo debatan el modelo de país que actualmente necesitamos. 

La reciente experiencia nos ha demostrado que la vía electoral de la democracia burguesa tiene sus límites y no debe ser la única forma en la que el pueblo trabajador exprese su voluntad, así mismo, es claro que las Fuerzas Armadas y Policía Nacional siempre están al servicio de las clases dominantes en el país y no podemos creer que desde el Congreso y la nueva presidencia del país se puedan hacer los cambios que el pueblo y país necesitan. No habrá ningún caudillo que reemplace el papel del pueblo trabajador organizado en la tarea de construir una República Democrática Popular, ni defienda sus intereses.

Ni las fuerzas del nacionalismo con tendencia fascista que cubrieron el escape de Montesinos en el año 2000, ni la socialdemocracia y las ONG (que quieren nuevas elecciones sin cambio de Constitución) son caminos certeros para el cumplimiento del programa del movimiento popular.

¡Solo el pueblo organizado salva al pueblo!

¡Abajo el Golpe de Estado Parlamentario tramado por la derecha y el imperialismo norteamericano!

¡Por una Asamblea Constituyente Soberana y Popular, que se vayan todos los corruptos!

*Secretario General, por el BP. del CC del PCP (m-l)

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