Por Mariano Santos N.
La noticia «calientita» de estos últimos días es aquella qué nos dice que los hermanos Roberto y William Isaías están de regreso al Ecuador luego de unas prolongadas y «merecidas» vacaciones en el nido y paraíso de los delincuentes del planeta, Los Estados Unidos, pero, vienen pateando la puerta, «con chalaca», pues anuncian interponer un reclamo por nada menos que $2.000 millones de «reparación» a los daños que le irrogó el Estado ecuatoriano…¡Qué barbaridad!, Ecuador es uno de los pocos países del mundo en donde los pájaros disparan contra las escopetas, pues el Ecuador no se olvida del Feriado bancario, con bancos quebrados a los cuales el gobierno de la época, Jamil Mahuad, del cual fue, vale hacer memoria, el superministro de economía, don Guillermo Lasso, los «rescató» con ayuditas de centenares de millones de dólares, pero con banqueros que no quebraron como es el caso presente y que generó el éxodo masivo de conciudadanos hacia el norte, hacia Europa, a cualquier parte.
Como es de dominio público, el perjuicio para el Ecuador entero rebasó los $8000 millones.
En el año 2012, los Isaías fueron sentenciado por peculado, sentencia ejecutoriada, pero en el 2021, luego de un recurso de revisión, fueron declarados inocentes, ¿justicia comprada?, ¿a la medida?
¿Quién tiene que responder este reclamo?
Nada menos que el abogado del Estado, el Dr. Iñigo Salvador, ¿abogado del Estado? El cual tiene un pasado reciente poco recomendable, pues como funcionario en el gobierno de Correa fue el que dio el visto bueno para contratar con el consorcio Worley Parsons – AZUL, COINCIDENTEMENTE la fiscalizadora de la Refinería de Esmeraldas y la del Pacífico, en donde se botaron a la basura $2 369 millones y $1 528 millones, respectivamente.
Hay nada menos que 8 informes con responsabilidad penal contra este consorcio australiano-ecuatoriano, que «fiscalizó» la Refinería de Esmeraldas y del Pacífico. Es el mismo que decía que había que pagar pronto y rápido a la petrolera Perenco, que se suponía era francesa, pero que en realidad estaba asentada en un paraíso fiscal y que hasta ahora no se sabe si pagó deudas, impuestos, etc.
¿Quién es el abogado que patrocina esta demanda?, pues nada menos que el Dr. Ricardo Noboa Bejarano, hermano del hoy difunto Gustavo Noboa, corresponsable del feriado bancario, ya que Gustavo era el vicepresidente, acordémonos, de Mahuad…, pero si llama poderosamente la atención es que el abogado de los Isaías, haya sido nombrado por Guillermo Lasso como árbitro del Ecuador ante el CIADI, el «famoso» centro de arbitraje del Banco Mundial que sirve para expoliar los recursos naturales de los países dependientes, a través de las transnacionales, las cuales siempre ganan esos juicios. En estos conflictos de los Estados y las transnacionales, solamente estas últimas pueden demandar a los Estados, lo contrario, Estado contra empresas no está permitido.
¿Por qué siempre ganan?, porque, de entrada, antes del pitazo inicial, ellas ya tienen 2 árbitros (el propio y el del BM), de los 3 que conforman el “tribunal”, por supuesto, el tercero lo pone el Estado demandado; aunque en ciertas ocasiones, las empresas ganan por goleada(3×0), pues el árbitro del País demandado vota también en favor de las transnacionales. Imagínate estimado lector, en un conflicto cualquiera, Ricardo Noboa ¿votaría en favor del Ecuador?
Nuestro país ya había salido del CIADI en julio de 2009, pero Lasso nos mete nuevamente en esta cueva, herramienta imperialista para el saqueo de los pueblos, en junio del año anterior; inclusive la misma Corte Constitucional se confabuló para decir que todo estaba muy bien, pese a que por disposición de nuestra Constitución en su art. 422, se dispone…“no celebrar tratados o instrumentos internacionales en los que el Estado ceda jurisdicción soberana a instancias de arbitraje internacional en controversias contractuales”.
Pero, siguen los peros, resulta, según un twit de la asambleísta Mónica Palacios, que don Ricardo y su hijo son también abogados del banco de Guayaquil y su sobrino es directivo y abogado de Banisi, acordémonos, uno de los activos de Lasso en paraísos fiscales((Panamá), offshore del banco de Guayaquil. ¡todo en GALLADA!, todo en los paraísos.
Los hermanos Isaías ya pusieron hace poco a un alto funcionario en un sector estratégico del Estado ecuatoriano; se trata del gerente de Petroecuador, Ítalo Cedeño, quién fue su empleado en una empresa petrolera fantasma, creada, para variar, en un paraíso fiscal, llamada Petro Manabí, tema que lo trataremos en un artículo aparte.
En el proyecto llamado Ley de inversiones que la Asamblea archivo este jueves 24, que no era otra cosa que el remate final para la subasta de los bienes públicos del Ecuador también se ratificaba la adhesión de nuestro país al CIADI en negocios que superen los 15 millones de dólares.
Los Isaías arriban al País con la MESA PUESTA, con la MESA SERVIDA… ¿Por qué?
Porque su colega Lasso ya le aprobó, «por el ministerio de la ley, la reforma tributaria, una verdadera ley delincuencial que permite a que aquellos que tengan activos en paraísos fiscales(ladrones, corruptos, evasores, narcos, tratantes de personas, etc.), con un módico pago, quedan legalizados, si es dinero mal habido(que es lo que normalmente ocurre en esos paraísos), no deben preocuparse por que el Estado tiene terminantemente prohibido, por disposición expresa de esta ley, seguirles alguna acción legal, penal, sus montos y nombres se guardarán con absoluta reserva.
Entonces con la fortuna que tienen pueden ahora INVERTIR, sin ningún problema, ya están aseguradas con el CIADI. Ah ¡me olvidaba, ellos tienen parte de sus dineros en el paraíso fiscal de Dakota del Sur, el mismo, el mismísimo Estado, donde por pura coincidencia también tiene un par de fideicomisos Guillermo Lasso. El SRI y su jefa, la Sra. Marisol Andrade, todavía no se entera que ese Estado norteamericano es el paraíso fiscal más grande del planeta en la actualidad.
Entonces, los Isaías podrán comprar ¿Sopladora?, ¿el oleoducto?, a lo mejor no les disgusta CNT; «su» gerente en Petro le podrá dar más luces para una «inversión» más suculenta, como el campo petrolero Sacha, por ejemplo.
¿El precio a ofertar?, ¡el más bajo posible!, si no veamos un pequeño antecedente de estos hermanitos que no son de la caridad. Nos referimos a lo que ocurrió con el famoso ingenio azucarero Astra, de La Troncal, el de la matanza de sus trabajadores, que fue «comprado» por los Isaías en apenas $100.000 sucres en 1994, a tal punto que la Comisión contra la corrupción de la época, la cuestionó y denunció; la Comisión Contra la Corrupción se preguntaba: ¿se vendió o se regaló el ingenio azucarero Astra a Roberto Isaías?, que de acuerdo con la documentación presentada en una demanda planteada por los trabajadores del ingenio, tenía activos tangibles avaluados en $70 millones, cifra muy distante de los
$100 000, es decir ¡700 veces menor!
¡Alerta ecuatorianos!, los banqueros están en el poder…