Por Jaime Chuchuca Serrano
En Ecuador, los años 50 del siglo XX fueron identificados como el Boom del Banano, los años 70 como el Boom del Petróleo, la década del 20 del siglo XXI puede ser identificada como el Boom de la Cocaína. La gran diferencia es que la ilegalidad de las actividades de la cocaína no deja ningún rédito económico para el Estado, y al revés, vacía sus recursos. Aparte de la guerra regional de la droga, el proceso productivo y de circulación de la cocaína, está encadenado al sistema económico financiero, a la política estatal, a dispositivos culturales, propios del capitalismo. La estructura de poder y económica de la cocaína intermedia otras del capital legal, de ahí que cuando Mujica impulso la legalización de la marihuana en Uruguay, el obstáculo más grande fueron los mismos carteles.
Los números más conservadores de la CELAG, sostienen que el sistema del narcotráfico ecuatoriano lavó más de 4500 millones dólares en 2023, otros creen que fueron 6000 mil millones. En ese mismo año, de su lado, las empresas públicas y privadas vendieron -descontados los gastos de producción- alrededor de 8 mil millones de dólares en barriles de petróleo, sin embargo, al Estado se quedó con 3200 millones; la república gana 40% y el sector privado 60%. Lasso hizo un feriado petrolero privatizando varios campos muy productivos como Sacha y Amistad. Sin embargo, los ingresos por cocaína y petróleo no se quedan en el país, van al sistema financiero internacional. Otra forma de contratación lesiva para el país, como la del petróleo, es con las telefónicas Claro y Movistar. La dolarización sigue funcionando por el trabajo de las familias migrantes, que inyectaron 5315 millones de dólares el año pasado, y no por las políticas impositivas, ni la disminución de subsidios. Me atrevo a decir que el crecimiento de 1,5% del PIB de 2023, se lo debemos a los migrantes.
Solo contando los 500 deudores más grandes del SRI, estos le deben al país: 2 mil 114 millones 916 mil dólares. El principal deudor sigue siendo la Corporación Noboa, de la familia del presidente, con 89 millones 700 mil dólares. Como lo he dicho en otros artículos, las leyes de eficiencia económica y competitividad energética, perdonan deudas hasta por 3800 millones de dólares. Cuando el gobierno y los Chicago Boys ecuatorianos dicen que el Estado no tiene dinero, es porque con sus políticas permiten el desfalco.